capitulo 7

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Harlan:

Se acercó a mi de una manera que hasta el piso me tembló. No sabía que es lo que intentaba hacer pero no la quería cerca. Tenerla cerca significaba peligro. Y yo no estaba para tentar al diablo.

Me aleje de ella queriendo abrir la puerta para salir pero seguía trabada. El enojo estaba empezando a consumir la poca cordura que me quedaba en este día de mierda.

- Solo, abre la puta puerta- Sisie entre dientes

- No- respondió firme arrancando de nuevo la marcha hacia la carretera.

Debo admitir que a una parte de mi le gustaba que quisiera secuestrarme, pero en este momento solo quería ir a casa.

Tome una profunda respiración y conté mentalmente hasta calmarme. Ella no dijo nada, sabía que no detendría el auto y que no me dejaría amablemente escapar de ella, así que me resigne a intentar huir de nuevo.

-¿A dónde vamos?- pregunté está vez controlando mi respiración y mi enojo cada vez un poco más.

Me miró con esos ojos negros que tanto deseé ver por unos años y ahora me volvían a mirar. Sus palabras resonaron en mi mente como un maldito eco << Vine a destruirte>>, sabía que no están aquí para hacer amigos, ni mucho menos para soporta a mi familia. No sabía que es lo que pensaban hacer, pero algo en mi desconfiaba. Tal vez no debía volver a caer por ella. Tal vez ellos están acá para terminar lo que quedó pendiente en el pasado. Pero, ¿Por qué ahora?.

-¿No me contestarás verdad?- dije- te recuerdo que teníamos un trató.

- Te llevaré a un lugar- dijo, estaba seria- tranquilo, no correrás peligro.

Mierda. No sabía si era verdad o no. Con ella a mi lado si corria peligro. La locura que manejaba Cande siempre fue lo que me atrajo, pero a la vez, era a lo que más temía. La última vez que trate con ella antes de este año, era impulsiva y posesiva, no sabía controlar su enojo y hacia las situaciones difíciles aún peores. Pero por lo que veo ahora controla mucho más sus emociones al igual que sus reacciones.

Me límite a mirar el camino por el que íbamos. Lo conocía, estábamos entrando a Livingfost, el antiguo pueblucho dónde nos conocimos.

Los árboles cubriendo los costados del camino y el feo cartel que seguía parado ahí. Nunca entendí por qué era tan feo.

Pude divisar un camino de tierra cuando doblo para adentrarse en el. El viaje en este fue corto. Se detuvo cuando el camino termino y se quedó en su asiento con la mirada perdida en algún punto del volante luego de apagar el motor. Parecía debatir internamente por lo que estaba por hacer. Sus ojos negros me miraron y yo no me aparte de ellos. ¿Que es lo que pensaba?, Esa fue mi duda interna. Volvió su vista al frente y saco el seguro de las puertas.

La mire con desconcierto: pues así me sentía, desconcertado.

Abrió su puerta y antes de bajar dijo imperativamente:

-Sigueme.

Y yo solo lo hice; la seguí. ¿Soy estúpido?, Seguramente, porqué por más que esto no me agradará del todo, tenia la mala costumbre de que sus palabras eran ley para mi.

Baje del auto detrás de ella y caminamos por unos minutos hasta llegar a lo que parecía un acantilado. Podía ver el río correr y más árboles del otro lado de este.

Tragué saliva. Lo único que esperaba es que no me tirará por ahí.

Parecía pensar en algo. Se paró al lado de un árbol que llamo mucho mi atención. Era el árbol donde la vi por primera vez hace trece años.

Lazos de Sangre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora