Cap 2

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Ya había pasado un año, desde que Eight Foot Joe empezó a vivir junto con Úrsula, y además se había convertido en su discípulo; para sorpresa de Úrsula, Joe realmente era alguien muy capaz, ya que todo lo que le enseñaba, lo aprendía rápidamente; lo cual era algo muy útil para Úrsula, ya que no faltaba mucho para que Joe se convirtiera en un asistente perfecto, según su criterio.

Aunque claro, algo en esa pacifica vida que tenían en ese momento, pronto sufriría de una alteración; algo que ellos no sabían, ya que ese día empezó como cualquier otro.

Úrsula: Muy bien Joe, tendré que salir de viaje para poder conseguir mas ingredientes para las pociones; cuida el lugar mientras no estoy.

Joe: Disculpe ama Úrsula - para ese momento Joe, empezaba a decirle ama, en lugar de señora a Úrsula, ya que ella anteriormente le dijo que así le empezara a llamar - porque no puedo ir con usted cuando sale de viaje; ya me he vuelto mas útil, estoy seguro de que le puedo de ser de ayuda.

Úrsula: Joe, ya te lo dije, no estas listo, en un tiempo lo entenderás, pero ahora hazme caso y quédate a cuidar el lugar.

Joe: Pero - Úrsula lo interrumpió

Úrsula: ¡¡Joe!!, ya te dije que no puedes ir, quieres ser útil, entonces quédate en la cueva, y vigila que nada pase mientras no estoy, entendido?

Joe: Si, ama Úrsula 

Úrsula: Muy bien, en esta ocasión mis bebes - refiriéndose a Flotsam y Jetsam - irán conmigo, así que espero que esto te de una idea de cuanto confió en ti, como para dejarte solo; ahora adiós

Joe se quedo en la entrada de la cueva, viendo como Úrsula, y las anguilas se iban nadando, hasta estar lejos de su campo de visión. A pesar de no ser esta la primera vez que Úrsula se iba, y lo dejaba; pero era la primera vez en que se quedaba totalmente solo en la cueva, durante tanto tiempo; lo cual obviamente le dejaba bastante triste.

El primer día fue normal, limpio todo, ordeno cada minucioso lugar dentro, excepto por uno, el cual era el cuarto de Úrsula, ella ya le había dicho claramente que no debía entrar ahí, por ningún motivo, y el obviamente no la iba a desobedecer. Pero el segundo día, fue cuando empezó a sentirse mal, debido a que como ya había limpiado todo el día anterior, ese día, realmente no tenia nada mas que hacer, por lo cual, empezó a sentir que realmente estaba solo en ese momento.

Debido a esto, y al no poder soportarlo, decidió salir a afuera, ya que sabia que nadie seria tan tonto como para acercarse a ese lugar, sabiendo quien vivía ahí; por lo cual se sintió en confianza de poder salir, al inicio se sentía nervioso ya que, después de lo sucedido con sus padres, solo salía junto con las anguilas.

Debido a que sabia que los habitantes de Atlántida no lo debían de ver, nado a un pequeño arrecife donde la gente creía que los tiburones iban a dormir, por lo cual era un lugar seguro en donde andar; claro que no contaba con que una pequeña sirenita pelirroja, que siempre ignoraba cuando le decían que un lugar era peligroso, y sobre todo cuando le decían que no podía acercarse a algún lugar, era muy probable que estaría ahí, ignorando todo lo dicho anteriormente.

Al ir llegando Joe el arrecife, pudo ver una cabellera roja ondeando con el agua, al inicio pensaba en irse en cuando pudo divisar por completo a la sirenita; pero no lo hizo, ya que pudo ver como esta pequeña sirenita estaba jugando con algo extraño, el ya sabia lo que era, después de todo, Úrsula traía cosas de la superficie, ya sea para sus pociones, o por algún interés personal que ella tuviera; lo que la sirenita tenia en las manos era tiara, pero al no saber su utilidad, hacia de todo con ella, excepto ponerlo en su cabeza; estaba dispuesto a irse, pero al parecer se movió mucho, que la pequeña sirena lo vio.

La soñada libertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora