Cap 3

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Ya había pasado un mes desde que Joe y Ariel se conocieron, casi todos los días se veían en el pequeño arrecife, que anteriormente era el lugar secreto de Joe, pero ahora parecía la guarida secreta de ambos. 

Para ese momento Úrsula ya había regresado, pero Joe no sabia si era buena idea decirle o no, acerca de su relación con Ariel, ya que sabia que ella no tenia la mejor relación con las sirenas y los tritones, así que no sabia que reacción tendría después de contárselo.

Ese día, se supone que seria normal, bueno, dentro de lo posible, debido a que había terminado antes los encargos de Úrsula, decidió desviarse para poder ir a ver a la sirenita.

Cuando estaba llegando a donde siempre se reunían, pudo escuchar la voz de Ariel, pero esta no sonaba contenta, si no mas bien molesta, y además de su voz, había la de alguien mas, se acerco con cautela, para que no se dieran cuentan de que el estaba ahí. Al poder divisar que era lo que sucedía, se dio cuenta de que con quien discutía Ariel era con un tiburón, lo cual le parecía extraña, ya que a pesar de ser considerado ese lugar donde los tiburones van a descansar, nunca había visto ninguno en ese lugar; mientras seguía en sus pensamientos, vio como el tiburón se acercaba mas a Ariel, por lo cual, sin pensarlo mucho se acerco apresuradamente, por miedo a que le hiciera algo la sirenita.

Joe: Valla, me parece que un tiburón esta molestando a una pequeña sirenita - decía, mientras ponía a la sirenita detrás de el, para que nada le pasara.

Tiburón: Desde cuando una cecaelia defiende a una sirena?

Joe: Me parece que no estas en posición de hablar de nada, considerando que estas en territorio ajeno.

Tiburón: Tu crees?, después de todo este lugar es para el descanso de los tiburones; así que lárguense si no quieren tener problemas.

Joe: Tu serás el que tenga problemas al final.

Tiburón: Parece que hoy los niños quieren convertirse en comida - decía mientras abría su boca, enseñando todas sus filas de dientes.

Joe: Bueno, si lo pones así, no nos queda otra mas que, ¡Huir! - grito, mientras agarraba con una mano la de Ariel, mientras desprendía una nueve de tinta negra, bastante gruesa, que volvía incapaz de ver al tiburón; aprovechando esto Joe y Ariel salieron nadando tan rápido como pudieron.

Seguían nadando por que a pesar de que las cecaelias tenían una tinta bastante gruesa, debido a la edad que tenia Joe, esta se disperso mas rápido de lo que pensaba, por lo cual, actualmente se encontraban huyendo del tiburón.

Mientras lo hacían, Joe pudo divisar una entrada a una cueva, por lo cual jalo a Ariel ahí, para por fin desaparecer de la mira del tiburón.

Al ya estar adentro, ambos respiraban pesadamente debido a que se habían cansado bastante mientras huían del tiburón.

Ariel: Cre-creo, que por- por fin nos de- deshicimos de el.

Joe: Tie-tienes ra-razon; descansemos aquí.. un rato.

Ariel: Okey

Después de un rato, y Ariel ya mas recuperada, decidió explorar la cueva donde se encontraban, y Joe, a pesar de no querer moverse, decidió ir junto a ella, cuanto mas se profundizaron en la cueva, pudieron ver que esta era mas grande de lo que pensaban, y además tenían una parte donde podía entrar la luz, ambos quedaron impresionados por tal vista.

Ariel: Este lugar es hermoso - dijo, mientras sus ojos se iluminaban.

Joe: Tienes razón - pero Joe, cuando lo dijo, no veía el mismo paisaje que Ariel, sino que la veía a ella - bueno, creo que ya no podemos ir mas al arrecife.

La soñada libertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora