× 6 • El mapa.

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× Sonic ×

Tres días después, nos damos cuenta de que aunque hayamos comido muy poco, el recurso no alcanza. Así que ya es momento de buscar por ahí y tratar de abastecer el hambre.

—Tengo mucha hambre.

—Si, Amy. Yo también. Apartir de ahora tendremos que buscar a otra parte. Aunque es muy difícil a sabiendas de que al menos lo que tenemos alrededor no rinde ni es comestible —respondí.

Solté un largo suspiro. Algunas aves cantaban esta mañana con mucho gusto. Mientras que nosotros dos ni siquiera sonreíamos.

Además de que comencé a avergonzarme porque sabía que tampoco me había dado un baño.

Y no tenía idea de si hubiera un arroyo o un río cerca de aquí.

—Creo que leeré un poco el libro.

—¿Hablas del segundo? —pregunté.

Ella asintió y se metió a la tienda a buscarlo.
Mis ojos se clavaron en la tierra, con un palo empezé a trazar círculos en el suelo.

—¡Sonic! —la voz de Amy exclamó desde adentro. La tienda se sacudió y ella salió a gatas con el libro en sus manos— ¡Mira lo que estaba en el libro!

Ella caminó hasta mí. Y me tendió un papel doblado a la mitad.

Me levanté de inmediato y desdoblé el papel medio amarillento.

—Es...Un mapa —vocalizó al raz de que yo también me daba cuenta.

—Pero...Yo no había visto esto aquí. ¿Estaba en alguna página? —la miré, sorprendido sin dejar de ver el papel.

Amy negó con la cabeza para decir;

—No, estaba en este borde, mira —abre el libro de pasta dura, y al parecer estaba desprendido por la parte de atrás de la pasta— Aquí.

Estudié el mapa. Aparentemente partía desde la gran ciudad controlada, el cómo escapar y cómo entrar sin ser descubierto. Para después guiar por la selva y dar con un río y una casa.

Tenía en la parte a abajo la rosa de los vientos, y cuántos kilómetros para llegar a la casa.

—¡Oh, oh, por Dios! ¡Amy! ¡Es un mapa de una casa y un manantial! —sentí mi corazón palpitar con fuerza y sonreí como nunca.

Solté el mapa sin querer y estreché a Amy contra mi. La abrazé con fuerza mientras reía.

—¡Amy, eres una genia! ¡Eres maravillosa! ¡Vamos a vivir!

Amy sin entender una sola cosa. Me siguió el juego.

La bajé, posé mis manos sobre cada uno de sus hombros.

—Amy, vamos a recoger esto, nos vamos ahora mismo.

—¿Y si solo es un dibujo común y...?

Mantenía el libro abierto en sus manos. Lo ví, y había otra nota detrás de donde había salido el mapa.

—No. Hora de irnos —aseguré.

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Después de una hora de empacar todo. Empezamos a caminar. Había conocido una técnica casera sobre hacer tu propia brújula con una rama. Y tomé una, y disque empezé a guiarme por el diferente lado al que podría ladearse. Significaba el norte.

Amy y yo estamos más que decididos. Aunque ahora nuestra prioridad era la comida. No era algo fácil de conseguir y lo sabía. Aunque quise mantenerme positivo e imaginar de que ahí adelante podría haber algo con que mínimo nutrirse.

(....).

—Amy...¿Escuchas eso? —me detuve y aguardé silencio.

—Es...

—Un arroyo —completé.

Ambos volteamos a vernos y sonreímos.
Si nuestros sentidos auditivos nos decían que había un río cerca. Simbolizaba que a lo mejor no estábamos tan perdidos como creíamos.

Ambos caminamos más rápido.
Llevamos aproximadamente una hora de camino. Estábamos cansados porque el camino era rocoso y nuestras suelas de los zapatos no eran bastas para soportar tanto desbalance.

Seguimos andando sin parar.
Sentí que el baja más y más abajo. Así que...¿Quizá si era un río? Además de que había mucha fauna verde y el clima disminuía a más cálido. Menos calor.

(....)

Cuando después de un rato. Sin parar. Frente a nuestros ojos. Había unas rocas y mucha arena.

Un río, muy largo. Amplio y calmado.
Sonreí, corrimos hasta que nuestros pies llegaron a la orilla y sentimos el agua en nuestras piernas.

—¡Amy, era real! ¡Hay un río!

La observé. Y no me miraba a mí, miraba con atención el agua, su claridad y su calma.

—Nunca...Había visto un río. Es...Es precioso.

Empezó a caminar.
Si entonces nunca había visto un río. No sabía nadar, y ella estaba caminando hacia el agua.

Amy no conoce el miedo.
Amy no tiene miedo.

Yo avancé hacia atrás, y me quité los zapatos porque me parecía incómodo andar con ellos.

Me saqué la playera. Al fin y al cabo ya había dejado todo.

Y empezé a caminar de nuevo al agua.
Amy se quedó quieta al sentir que el agua le llegaba hasta la cintura.

Suerte que no tenía corriente el río.

La temperatura del agua era fría. Bastante fresca.

Ella seguía mirando el agua y a su alrededor.

La observé un rato. Estando detrás de ella. Metí las manos al agua, junté las palmas y las saqué, tirando agua a Amy.

Ella gritó y volteó a mirarme.
Reí al ver que había empapado sus cabellos y de ellos goteaban agua.

Amy río y también tomó agua en sus manos para después lanzarme a mí. 

Empezamos sin querer una guerra de agua, nos empapamos por completo. Reímos. Jugamos. Y bebimos agua.

Éramos Amy y yo.
Divertirnos como jamás lo habíamos hecho antes.

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capítulo 6
completo ★

Prohibido Hablar De Eso [Sonamy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora