Narrador.
Cuando ____ tenía apenas once años, estando con su hermano de solo nueve, recibió una visita de un joven, el se hizo llamar Madara, el no tenía para nada la intención de agradarle a la joven, pero aún así, a la chica le simpatizo.
Pero eso solo le daba más curiosidad, de por qué estaba aquí, y realmente no era tonta, sabía que había algo más, mucho más obscuro y perturbador.
—no lo entiendo —mencionó la rubia, recibiendo la mirada del joven—. Es decir, usted me dijo que era del país del agua. ¿Que hace aquí? Digo, no quiero que mal piense nada, pero... Algo me hace sentir... Rara.
—¿Rara?... —miro a Naruto — ¿El es Naruto? —asintió— es idéntico a su padre... —no contestó la pregunta de la chica.
Ella cambio su semblante a uno serio, nunca se le había visto tan sería.
—contestando a tu pregunta. Es cierto. Quiero algo de ti, y no solo de ti, sino, también de tu hermano, ustedes no conocen su verdadero poder... Ustedes dos, pueden intocables, y al parecer, no saben que ustedes tienen tres simples beneficios que hasta la fecha no has aprovechado. Te ayudaré a vengarte de todos y cada una de las personas que te han hecho mal —hizo un pausa—. Y no solo a ti, también a tu hermano
—Naruto —la oji-azul llamo la atención de su hermano— ve a Ichiraku... Te lo has ganado.
El niño se levantó emocionado y salió de la casa siguiendo las ordenes de su hermana mayor.
—¿Así que te interesa? Solo debes hacer una cosa, únete a mi organización, en unos años, te daré una invitación más formal, mientras piénsalo, y convence a tu hermano.
—¿De dónde conoces a mi padre? —le preguntó más cruzandose de brazos.
—larga historia, quiza te la cuente después.
—¿Cuánto tiempo tengo para pensarlo? —el tipo suspiro.
—no pierdes el tiempo... Tienes tres años, no te preocupes, eres mi invitada especial, piénsalo.
—bien... Lo pensaré... O quizás no...
—es ese caso, nos vemos en un tiempo, ____.
—hasta pronto —ella abrió la puerta y vio a el joven salir de su apartamento.
Si bien se encontraba muy tentada, sabía que tipo de consecuencias tendría hacer eso, sería tachada lo peor de lo peor, y nadie podria ayudarla.
Sin duda era algo que no se podía tomar a la ligera, pero era precisamente lo que quería, poder, fama, riquezas, pero sobre todo... Venganza.
No lo hacía solo por ella, también lo hacía por su hermano.
Era solo cuestión de tiempo y esfuerzo, solo era tiempo, y el destino se encargaría de darle lo que quería.
¿No?...
Ese pensamiento, es quizá el que hizo que se ahogara en una vaso de agua durante los tres siguientes años.
