____ Uzumaki.
Me dirigí a la torre del Hokage aún un poco dormida, había tenido una noche de perros y gatos, Naruto llevo a Shikamaru a casa y créanme que ese par son un caso perdido.
Igual, cuando estaba llegando alguien corrió hacia mi por detrás y puso su mano en mi hombro.
—¡Uzumaki! Un dia a la vez ¿O porque tan pensativa? —mire a mi lado y suspiré.
—no estoy pensando en nada. Estoy tratando de recuperarme un poco, quiero decir, no dormí nada —mire atrás de nosotros y Asahí me sonrió.
—será un día largo... —hablo yo asentí y volví mi mirada a Kaito.
—¿Cómo estas, Watanabe? —se encogió de hombros y sonrió— más o menos, no me quejó.
—¿Asahí? —miró a Kaito.
—cansado. Tener a este tipo como hermano no es nada fácil...
Me cruce de brazos y lo mire de nuevo.
—te entiendo. Naruto es... Alguien muy caótico. Y a mí solo me queda arreglar todo su caos.
Me miró incrédulo alzando un poco las cejas.
—no me creo que tú hermano sea el. Es decir, o sea... Tu eres más introvertida y el es... Otro caso —me encogí de hombros.
—no es que sea introvertida. Soy antipática. Es algo muy diferente, ¿No lo crees?
Cambio su rostro a uno neutral.
—bueno... Supongo...
Subíamos las escaleras de la torre y llegamos afuera de la oficina, ahí estaba nuestro sensei esperandonos.
Antes de eso, nos llevó a la azotea para hablar con nosotros, cuando íbamos hacia dicho lugar choque con alguien por accidente.
Levanté mi vista y volque los ojos internamente.
—¿____? ¿Estás bien? Venía sumido en mi libro.
—ah... Kakashi... Nunca cambias —dijo el peli-rojo —. ¿Que haces aquí?
—pues... venía para entregar el informe de una misión, y aproveché para venir a ver la vista. ¿Que hay de ti?
—darle una charla introductoria a estos niños. Supongo que ya conoces a ____, los dos chicos son Kaito y Asahí Watanabe.
—gemelos, ¿No? —asintieron— un gusto, soy Kakashi Hatake, gran amigo de Haru y también... Podría decir que hermano mayor de ____.
—el gusto es nuestro...
Oh... No... Dio un golpe muy bajo...
¿Hermano? De eso no tenía nada, un mentiroso, y rompe promesa ni siquiera puede llamarsele así.
—bueno, Haru, te dejo con tu niños, seguro quieres hacer esto rápido, ¿No es así?
—si... Digamos que si.
Hmm... Algo estaba raro aquí.
De la nada un silencio incómodo se hizo presente, junto a una tensión algo... ¿Romántica?
Esos dos se traían algo.
—¿Sienten eso? —murmuro Asahí.
—si... Asco —hizo una mueca y me miró.
—me da igual —me encogí de hombros.
Unos minutos después el sensei ya nos había explicado como nos debíamos comportar ante el viejo.
