Neji Hyuga.
Esta tipa llevaba un par de horas en mi habitación, y realmente no se callaba, incluso la cabeza empezaba a doler me, su voz era como un chillido.
Y acompañada de sus quejas era insoportable.
Muy insoportable.
—Suki... Levas horas aquí, ¿no tienes nada que hacer? —negó.
—mi padre se encargará de los preparativos de la boda, así que... No.
—vamos afuera. Me canse de estar aquí —me levante y ella tras de mi.
Mie tras nos acercabamos a la arena queridos y gemidos se escuchaban.
Lo cual me pareció algo... Raro.
Ya que Hinata debio acabar su entrenamiento hace un rato.
Cuando salimos por completo nos quedamos paralizados.
____ Uzumaki.
Después de unos minutos en la puerta me había aburrido.
Así que decidí salir; y estando afuera observe por un rato el entrenamiento de los Hyūga.
Hasta que hubo un momento donde el mayor se detuvo abruptamente para verme.
—¿le gustaría tener una pelea con mi hija? —cruzó sus brazos en espera de una respuesta.
—¿porque no? Ya combatí contra Neji, ¿porque no hacerlo contra Lady Hinata? —sonreí acercandome al centro.
—bien... En ese caso... Prepárese —miro a su hija—. Y tu, Hinata, no me vallas a decepcionar... Aunque, realmente no creo que puedas estar a su nivel
—no diga eso. Por que a comparación de muchos miembros de su familia, yo no estoy a su nivel... —le sonreí cruzandome de brazos.
Pareció que se dio cuenta que lo que había dicho era verdad, aunque si no lo veía no descubriría.
En unos cinco minutos yo ya estaba lista para pelear con la oji-perla.
Mis oídos estaban esperando la indicación del líder para que empezaramos.
Y mis ojos no dejaban de ver a la niña.
El lugar se llenó de silencio por unos momentos, silencio que fue interrumpido por un:—¡comiencen!
A una gran velocidad me aproxime a la Hyūga, la cual había tratado de defenderse, pero la tome del pecho y la tire al piso.
Quería solo utilizar Taijutsu, así que hice algo de distancia entre nosotras.
La niña se levantó y trató de hacer un ataque directo, con una de sus palmas, se veía el cansancio que tenia.
La tome del brazo y le di una patada en la espalda, perdió el equilibrio y cayó.
A decir verdad, estaba siendo muy liviana con ella precisamente por su cansancio, hasta que se posicionó de una forma que conocía de sobra.
¿Lo utilizará?... ¿No está muy cansada como para intentar algo así ahora?...
Esta niña tiene agallas.
Hice unos sellos y deje que se avalanzara sobre mi, golpeando diversos puntos de chakra.
Cuando iba a terminar de sellarlos, por su mirada, supe que estaba asustada.
Un chakra de color rojo salió de mi cuerpo, aventandola hacia la nada callendo en el piso.