Capítulo 18

24 3 0
                                    

Lucas se enfrentó a su reflejo, los ojos hinchados por las lágrimas que se negaban a cesar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Lucas se enfrentó a su reflejo, los ojos hinchados por las lágrimas que se negaban a cesar. "¿Cómo pude dejar que esto sucediera?" se cuestionaba, mientras la culpa tejía una red pesada alrededor de su corazón.

En el umbral de la puerta, Benji escuchaba con preocupación. Su voz, un bálsamo en la tormenta, rompió el silencio. —¿Estás bien, amor?

—S-sí, ya voy —respondió Lucas, intentando componerse. Con un suspiro que llevaba más peso del que podía admitir, abrió la puerta y se encontró con la mirada inquisitiva de Benji.

Benji, con su instinto protector en alerta, percibió la tristeza que Lucas intentaba ocultar. —¿Qué te aflige? Parece que has estado llorando.


Lucas, incapaz de sostener la mirada, dejó que sus ojos hablaran por él. La angustia era palpable en su postura, en la forma en que sus manos temblaban.

—Amor —dijo Benji, acortando la distancia entre ellos.

El abrazo fue inevitable, y con él, las compuertas de las emociones de Lucas se abrieron sin restricciones. —No puedo... —sus palabras se ahogaban entre sollozos.

—Shh, tranquilo, mi cielo —intentó consolarlo Benji, pero Lucas lo interrumpió con una voz quebrada por la determinación.

—Mis padres... estarían tan decepcionados. Prometí... y he fallado.

Benji, con el corazón encogido, sostuvo a Lucas con más fuerza. —Eres increíble, y yo te amo por todo lo que eres, incluso por tus imperfecciones. Ellos no tienen que saberlo —susurró Benji, ofreciendo un consuelo prohibido.

Lucas, dividido entre la honestidad y el deseo de proteger su mundo privado, asintió con reluctancia.


—Y la culpa... es mía —confesó Benji, su voz apenas audible. —Debí haber previsto las intenciones de Sofía. Pero no te preocupes, ya pasó.

Benji, con una sonrisa que buscaba aliviar la tensión, añadió: —Ahora tienes otra historia que contar, y juntos, crearemos muchas más.

Lucas, inspirado por la fortaleza de Benji, levantó la vista. —Benji...

—Dime, mi amor.

—Te amo —confesó Lucas, y en ese momento, todas las dudas se disiparon.

La sonrisa de Benji se iluminó como el amanecer. —Y yo a ti, más de lo que las palabras pueden expresar.

El Silencio de DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora