Capítulo 20

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La mañana era perfecta, con la brisa matutina susurrando melodías dulces que acariciaban sus rostros y los rayos de sol que se filtraban suavemente por entre las cortinas, creando un halo de luz dorada en la habitación

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La mañana era perfecta, con la brisa matutina susurrando melodías dulces que acariciaban sus rostros y los rayos de sol que se filtraban suavemente por entre las cortinas, creando un halo de luz dorada en la habitación.

Benji, que recién había despertado, sonrió al ver a Lucas, aún sumido en el mundo de los sueños y abrazado a él con ternura. Un sentimiento abrumador lo invadió mientras lo observaba en su sueño tranquilo, y decidió que no deseaba despertarlo, sino quedarse allí, disfrutando de la pureza de ese momento.

Sin preocuparse por las tareas diarias o las agendas apresuradas, decidió entregarse por completo a la indulgencia del amor que compartían. Abrazándolo con suavidad, Benji se perdió en los detalles perfectos de su rostro dormido, maravillándose de la belleza que encontraba en cada rasgo.

Sus dedos se deslizaron suavemente por los rizos desordenados de Lucas, acariciando suavemente su piel tersa y delicada. Un suspiro escapó de sus labios, lleno de una felicidad abrumadora y un sentimiento de gratitud por tener a alguien tan especial en su vida.

El tiempo pareció detenerse mientras Benji permanecía junto a Lucas, sintiendo una conexión profunda y sincera. Cada respiración compartida era un recordatorio de su amor mutuo, y esa sencilla intimidad les recordaba lo afortunados que eran de tenerse el uno al otro.

Decidió tomar un momento más para disfrutar de la serenidad de aquel despertar, asimilando la sensación de su cuerpo cálido y la dulzura de este amor compartido. Apretó suavemente su abrazo, encontrando consuelo en la certeza de que siempre estarían juntos.

Benji se quedó sin aliento al ver cómo Lucas empezaba a despertar. Observó cada uno de sus movimientos, con los ojos entrecerrados mientras sus pestañas largas se abrían gradualmente. Su rostro se iluminó con una sonrisa adormecida y Benji sintió su corazón llenarse de alegría al ver cómo Lucas se despertaba ante sus ojos.

Lucas parpadeó, ajustándose a la luz del día que se filtraba por la ventana. Sus ojos se encontraron con los de Benji, y una chispa de reconocimiento y amor brilló en ellos. Sus labios se curvaron en una tierna sonrisa, y Benji no pudo resistirse a devolverle una sonrisa llena de adoración.

—¡Buenos días, mi bello ángel! —susurró Benji, acariciando suavemente la mejilla de Lucas con el dorso de su mano. Lucas se estiró perezosamente, estirando sus miembros con gracia antes de envolver a Benji en un cálido abrazo.

—Buenos días.

—¿Qué tal dormiste?

—Muy bien, cariño — contestó Lucas entre bostezos. —¿Y tú?

—Demasiado bien —dijo Benji, esbozando una tierna sonrisa.

—No sabes lo bien que se siente despertar y verte a ti a mi lado, con tu carita preciosa. Si esto es un sueño, no quiero despertar nunca. Pellízcame, quiero comprobar si no es un... ¡Ay! — soltó un pequeño quejido al recibir el pellizco de Lucas.

El Silencio de DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora