Capítulo 35... (España)

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—¿Cómo que te vas? —Le pregunté a Aiden mientras lo miraba con el ceño medio fruncido —¿Por qué no me dijiste antes?

—Lo lamento... —Él tenía la cabeza media gacha —Porque sabía que te pondrías así o me pedirías que me quede

—¿Eh? No, si es por él puedes irte Aiden, claro que quiero que te quedes pero también debes verlo a él —Hacía pequeñas entonaciones de voz cuando hacia mención de "él" —Si pasa algo malo avísame sobre todo, amor

—Si Wendy —El pareció borrar su nerviosismo y levantó la mirada con una sonrisa —,Te contaré todo lo malo y bueno que haga él ¿Si?

—Está bien, envíame al menos dos cartas; una donde me digas como está y la otra donde me digas que hace a diario, es que quiero verlo y aún no puedo desde hace casi dos años —Aiden asintió muy serio y luego me besó con suavidad, me miró y sonrió de lado —Bueno muchos besos por hoy Aiden

—Ya tranquila lo haré Wendy, claro, te enviaré tres, también de sus gustos ya que hace tiempo que no lo vez como dijiste, a de extrañarte de demasiado —Aiden solto un risa y luego se separó de mi —Bueno es verdad, tengo que irme a empacar Wendy, descansa ¿Si?

Tuve que sentir y darle un pequeño beso de despedida, claro que nos íbamos a despedir en la entrada del palacio —O al menos eso haría yo, porque Caín estaba muy ocupado con Barbara —, pero igual lo echaría de menos, se iba mi única manera de ser feliz, mi único lugar seguro, y no eso no me gustaba.

Aiden se separó de mí y sonrió, luego solo se fue y yo me tuve que regresar a la oficina a seguir trabajando.

Mientras revisaba los ingresos económicos de este mes Laura ingresó; traía una carta en la mano y evitaba mi mirada a todo costo, me levanté y la miré un poco, luego que entregó la carta y se inclinó un poco como reverencia, trago saliva y salió rápido de mi oficina.

Me sorprendió eso y luego solo me volví hacía mi oficina para irme a sentarme y abrir la carta, no me gusto demasiado el contenido, decía; "Wen, tienes que enviarle vestidos a Barbara, que sean del mismo diseñador que las tuyas".

No, definitivamente no iba a entregar mis vestidos y menos a mi diseñador para esa mujer.

—¿Qué se a creído esa mujer?

Dije en un mascullo, estaba sola pero ya me habían arruinado la mañana, además de que Aiden... ¿Aiden? Tal vez necesitaba ayuda con su maleta. Decidí ir a verlo a su habitación, por el camino iba a acariciando mi vientre y musitando una canción para el pequeño

—Un niño... Un príncipe... te quiero tanto pequeño

Al llegar a la habitación de Aiden pude ver que la puerta estaba algo abierta y solo entre, me encontré con Aiden mientras él tiraba las ropa por todos los lados; camisas, corbatas, capas, pantalones, cinturones, zapatos y todo lo que innecesariamente tenía en su habitación.

Me acerqué y lo abracé por detrás, él se quedó quieto y volteó para besarme y cargarme mientras me giraba por el aire un momento, luego me bajó y sonrió de manera tierna... aunque me hubiera gustado ver su rostro mejor ya que aún tenía esas ojeras y la cara algo pálida por la razón que ya me había contado antes.

—Vengo a ayudarte... que por lo visto lo nesecitas mucho —Reí levemente mientras recogía una camisa —¿Empezamos?

—No te burles... sabes que siempre he sido un desastre con esto —Se frotó la cara un poco mientras suspiraba —Por favor y gracias.

Así comenzamos a ordenar todo en las maletas; Aiden me alcanzaba la ropa y yo la doblaba, luego él las metía en la maleta. Así terminamos con una maleta de camisas y pantalones —Todas ordenadas por mi felizmente —.

Seguimos con los complementos de sus trajes en otras maletas y algunas cosas más que tenía, al final terminamos ordenando tres maletas.

Cuando me fijé en un cajón cerrado lo abrí y contenía una caja, Aiden se volteó de golpe y me lo quitó de las manos mientras suspiraba un poco.

Al terminar de colocar en un lado las maletas Aiden se sentó en la cama con la caja y me hizo un seña para que me siente en su regazo, así lo hice, luego me alcanzó la caja y beso mi cuello.

La abrí y hay estaban muchas joyas que se me habían quedo en España hace casi un año —El último año que había ido a España—Lo besé y le agradecí con una sonrisa en los labios.

—Gracias, pero quiero que las sigas teniendo tú, ya sabes por este momento que estaremos lejos —Cerré la caja y se la puse en las manos, luego me levanté de su regazo —Ahora vístete para que puedas irte...

—Esta bien Wendy —Él se levantó y se quitó la camisa ahí mismo, luego se cambió poco completo frente a mí, yo solo sonreía mientras Aiden se volvía a vestir con un traje gris que le quedaba tan bien —Listo, ahora creo que tenemos que irnos... porque mi carruaje ya está afuera ¿Vamos?

Tomé una maleta —La más liviana y pequeña que había —Y le ayudé a Aiden mientras que salíamos de su habitación, él le dio un último vistazo y se regresó por la caja para tomarla con tanto cuidado que me sacó una sonrisa, en los pasadizos solo íbamos hablando.

Al llegar a la salida, Caín ya estaba ahí y felizmente Barbara no, así que me acerqué a él un poco mientras le entregaba la maleta pequeña a un sirviente de Aiden, él hacía lo mismo con la maleta que tenía en sus manos, luego parecía que iba a hablar y eso hizo, solo que para Caín.

—Espero que mi regreso sea pronto su alteza y espero ser recibido de la misma manera príncipe —Sonrio de manera sarcástica mientras hacia una leve  reverencia —Me despido princesa —Agarró mi mano y la besó un poco —Cuidese y cuidé a su princesa o príncipe. Espero volver a verlos muy pronto.

—Lo mismo digo majestad —Sonreí cuando actúo como sino supiera que era mi próximo heredero —Esperamos su regreso majestad el rey.

Luego Aiden solo se subió s su carruaje y este avanzo, cuando ya no podía verlo más hice un ademán de ingresar, pero, Caín me tomó del brazo y me miró algo serio, pensé que estaba molesto pero no estaba apretando mi brazo por lo que entendí que no.

Luego me tomó por sorpresa ya que me besó y me abrazó con una gran intensidad.

—Lamento lo que viste ese día en el Jardin Wen —Así que eso era, ya no importaba tanto —No quería que veas eso.

—No quiero hablar ¿Si? —Me solté y empecé a caminar hacia mi habitación

—Espera... —Se puso delante mío —Quiero explicarte eso que viste, solo dame una oportunidad Wendy

—No. No quiero una explicación, es tu amante, no tengo nada que hacer ante esa situación —Lo rodee y seguí avanzando

—¡Escúchame! —Me gritó desde atrás, pude sentir como me señalaba —¡Tenemos que hablar, no podemos dejar así nuestro matrimonio!

—《¿Matrimonio?》—Repetí mientras me giraba hacia él —¿Hablas de matrimonio? ¿Tú? Lo lamento pero no tengo ganas de hablar y mucho menos de discutir Caín, estoy cansada así que me iré a descansar. Tambien tengo documentos pendientes, así que no podré escucharte hoy ni nunca. Adios.

Así terminé en mi habitación hablando con Aiden por el único collar que habíamos acordado dejar en nuestras manos; un cristal para comunicarse, nos serviría para planear la manera de que yo pueda irme a España y también para comunicarnos a diario y que yo no me sienta tan sola en ese tiempo que estaríamos separados.

𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞𝐬𝐚 𝐏𝐫𝐢𝐬𝐢𝐨𝐧𝐞𝐫𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora