Capítulo 38... (Todo listo)

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Desde el regreso de Aiden las cosas empezaron a cambiar; La comida se servía una hora antes de lo normal y Aiden siempre se sentaba a mi lado a supervisar que yo coma todo lo del plato, Caín ya no me hablaba y yo tampoco lo buscaba, mis damas llevaban los informes a mi habitación y Aiden me ayudaba con ellos

Se rumoreaba que Barbara era la indicada para Caín, el médico seguía yendo para supervisar mi avance depues del aborto, Aria me dijo que ya no hablaba con Henry y Caín, Amy se había ido de viaje a España para conocer a Simone y Juliet, nos habíamos enterado de que Rossi estaba embarazada, los nobles me apoyaban a mi y a Caín solo cinco ducados lo apoyaban, cada día que pasaba podía aceptar que mi bebé había muerto, y finalmente tenía todo listo para irme con Aiden.

¿Como fue? Pues íbamos a irnos gracias a un tratado que le propondríamos a Caín.

—¿Entonces? —Preguntó Aiden a Caín

—No. No voy a permitir que se vayan juntos y menos tan lejos —¿Eh? ¿¡Lejos!?

Solo era una semana de viaje

Con Aiden.

Pero una semana.

—No está lejos. —Le dije yo, no me gustaba que me tenga enfrente —Además no voy sola, voy con su majestad

—Y eso es lo peor —Respondió poniéndose de pie —Ya dije que no. Permiso —Dijo eso y se marchó de un portazo.

—¡Como lo odio, es un maldito mal nacido! ¡Ahg! —Grité molesta, odiaba que siempre me contradiga y más si era Caín

—Vamos cálmate, ya encontraré la manera de que nos deje irnos

Así fue, a Aiden se le había ocurrido la maravillosa idea de usar a Amy como excusa para poder irnos, ¿Como? Pues le pedimos a ella que le diga a Simone y Juliet que hagan pasar a Amy por herida en una clase de montaje y que así podríamos ir a España, fuí directo a Caín para decirle sobre eso, pero...

—No. —De nuevo

—¿Qué? —Le pregunté indignada —¡Es mi hermana, imbécil!

—Cuida tus palabras Wendy, recuerda ahe estas frente a tu príncipe y esposo —Me dijo mientras se levantaba de su trono y me miraba fijo

—¡Y tú estás frente a tu princesa y esposa, eso recuérdalo muy bien! —Intervino Aria

—¿Qué haces tú aquí, Aria? —Habló con un tono amenazante

—Por años te he temido a ti y a mi padre Caín, pero no más, ¡Ya no me voy a esconder de ti o de Henry! —Le gritó en la cara subiendo un escalón —¡Tengo derechos como tu hermana mayor y princesa!

—No te atrevas —Le habló con un tono algo duro, como si quisiera amenazarla nuevamente —Sabes lo que pasará

—¿Qué no me atreva? —Pude oír como se reía por lo bajo —¿Qué? ¿Acaso matarás a tu hermana mayor por estar con quien ama? ¿Eso pasará? Dime, ¿Hasta cuándo serás el títere de nuestro padre?

—Yo no soy el títere de nadie Aria —Le contestó molesto —Yo me valgo por mi mismo

—Pues no parece, porque si así fuera no serías tan estupido como para...

—¡Cállate! —No la dejó terminar y le tiró una cachetada, me sorprendí por su reacción con Aria, él siempre era lindo con ella, la adoraba —¡Lárgate de este palacio y de mi vida! ¡Espero que seas infeliz con la persona que amas!

𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞𝐬𝐚 𝐏𝐫𝐢𝐬𝐢𝐨𝐧𝐞𝐫𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora