El inicio de todo

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El Potterverso es de Rowling


Eileen observó a escondidas la cocina.

Vacía.

Los elfos debían estar limpiando la mansión para las visitas que vendrían por la tarde.

Ahí estaba. Encima de la repisa

La mermelada de plátano.

Entró de puntillas (su madre siempre decía que las paredes de las mansiones tenían ojos y oídos), agarró un taburete para poder subir a la encimera, agarró el bote de mermelada y...

― El ama Eileen sabe que el ama Livia no quiere que el ama Eileen coma mucho azúcar. ― se oyó una voz chillona a sus espaldas.

Eileen se giró con los cachetes inflados por no poder cometer su travesura y vio a Nelly, la elfina que la había estado cuidando desde que era un bebé, en la puerta de la cocina.

― El ama Livia se va a disgustar si sabe que el ama Eileen comió azúcar.

Eileen suspiró y bajó del taburete.

― El ama Eileen sabe que no debe desobedecer las órdenes del amo Derneq y el ama Livia.

Nelly iba a seguir con su regañina, pero se oyó un sonido en la ventana.

Era una lechuza.

― ¡No puede ser! ― exclamó Eileen.

Corrió a abrir la ventana y la lechuza blanca le entregó un sobre. Después se fue.

Eileen vio el sello de Hogwarts.

¡Había sido admitida!

― Nelly, diles a mis padres que me esperen en la sala de tomar el té. Les tengo que enseñar algo. ― ordenó en tono solemne imitando a los mayores de su alrededor.

Eileen esperó a que Nelly desapareciera, subió de nuevo en el taburete y tomó una buena cucharada de la mermelada de plátano.

.....

― Por supuesto que recibirías la Carta de Hogwarts. Llevas haciendo magia desde los tres años e instruyéndote con tutores privados desde los seis. Solo espero que obedezcas a los Profesores y no te juntes con gente impura o traidores. ― comentó Derneq Prince una vez la niña les mostró la carta.

― Procura ver y oír con cuales son las personas con las que debes juntarte. Quizás encontremos un buen partido para ti. ― le aconsejó su madre con una sonrisa.

Eileen estuvo a punto de soltar un bufido, pero no lo hizo por recibir una bronca.

¡Eso era lo único que sus padres esperaban de ella! ¡Qué fuera discreta y encontrara un buen casamiento! ¡Ella quería ser pocionista y ayudar a los demás con sus creaciones! También quería tener hijos, pero sin que fuera su único objetivo en la vida.

― ¿Me acompañaréis a comprar el nuevo material escolar? ― preguntó con un hilo de voz.

Su madre asintió con una sonrisa y su padre se lo pensó unos instantes. Si el líder de la familia Prince no acompañaba a su única hija a comprar sus útiles escolares, al menos en su primer año, despertaría habladurías. Y eso era lo último que quería Derneq... Que su nombre estuviera ligado al escándalo.

― Por supuesto. ― asintió con seriedad.

Eileen sonrió de oreja a oreja.

....

Eileen caminaba rebosante de felicidad junto a sus padres por el Callejón Diagon. Ya había comprado los ingredientes de pociones, los libros, el uniforme y solo le faltaba la varita.

Entró en la tienda de Ollivander.

― La señorita Eileen Prince... Veamos...

El mago empezó a sacar varias varitas y entregándolas a Eileen, quien las blandía tal y como le habían enseñado los adultos de su alrededor. Pero solo conseguía hacer saltar cajas por los aires Hasta que le dieron una varita de color negro, que soltó unas chispas cuando la blandió...

― Varita de 25 cm, flexible, madera de nobal y núcleo de unicornio. ― sonrió el anciano.

Eileen sonrió. Había encontrado su varita.

....

La pequeña caminaba feliz por el andén 9 ¾ junto a sus padres. Llevaba un pequeño cuervo dentro de una jaula. Hogwarts no aceptaba un animal que no fuera una lechuza, gato o sapo, pero los Prince aparte de ser pocionistas eran criadores de cuervos. Incluso el animal salía en el escudo familiar. Así que pidieron un permiso especial al Profesor Dippet para llevarlo.

― Recuerda juntarte con gente de bien, hija. ― le recordó su padre.

― Haznos sentir orgullosos de ti. ― le pidió Livia.

Eileen asintió y entró en el tren.

....

Todos los compartimentos estaban llenos.

― ¿No encuentras compartimento? ― una chica con el uniforme de Slytherin y la insignia de prefecta la llamó.

Eileen reconoció los ojos grises, palidez y pelo azabache de la familia Black.

― Te acompañaré.

La chica la ayudó a encontrar uno; Eileen quiso darle las gracias pero la prefecta ya seguía con su ronda. Podría haber sido un poco más simpática...

― No hagas mucho ruido. Irma se está mareando. ― la chica de pelo castaño claro le puso una mano en la frente a la chica pálida de su lado.

Eileen se sentó con cuidado.

― Me llamo Eileen.

― Yo Poppy. Ahora cállate.

A Eileen le recordó un poco a los sanadores de San Mungo.

― ¿Os conocíais antes?

― No, solo unos minutos antes de que entraras.

― Yo... Irma... ― se presentó la otra pelinegra; la chica hizo un par de arcadas y vomitó ensuciando los tres pares de zapatos.

....

Eileen observaba extasiada el techo del Gran Comedor mientras los demás eran seleccionados.

― Pince, Irma.

― Slytherin.

― Prince, Eileen.

Se dirigió al taburete. Dumbledore le puso el sombrero.

"Otra Prince. Mmmm... Eres inteligente y dispuesta a ver otro modo de vida diferente al tuyo, valiente, leal... Pero solo defiendes a tus más allegados. Eres ambiciosa... Quieres demostrar a tu padre tu valía. Ya sé donde ponerte".

― Slytherin.

Corrió a sentarse a su mesa, al lado de Irma.

― Pomfrey, Poppy.

― Slytherin.

Poppy se sentó junto a ellas.

― Tres Slytherin seguidas. Y sin ser familia.

Se giró hacia el chico de pelo azabache y ojos grises que estaba sentado a su lado.

― Alphard Black.

― Eileen Prince.

Estrecharon sus manos.


Una pequeña aportación de nuestros protagonistas.

¿Qué os parece Eileen?

Hasta la próxima

Eileen Prince: su historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora