Compartir nuestros sueños

35 3 17
                                    

El Potterverso es de Rowling


Después de muchas horas de estudio, nervios, sudor e insomnio, las chicas terminaron sus TIMO. En el verano recibirían las calificaciones.

El trío P y Alphard decidieron celebrar el final de los exámenes y el curso por todo lo alto. Así que la noche antes de volver a casa, se reunieron en la Torre de Astronomía y el joven Black consiguió traer una botella de whisky de fuego, cerveza de mantequilla y dulces. que había robado de Hogsmeade. Encontró el pasadizo de la bruja tuerta por casualidad, una noche que quiso darle un susto a Eileen en una de sus rondas. La chica se asustó y pronunció una palabra malsonante parecida a Disseundium, revelándose la entrada secreta. Por supuesto, ambos no pudieron resistir la tentación de explorar a dónde llevaba.

Irma y él eran los únicos a los que les gustaba el alcohol, así que entre los dos se bebían la botella de whiskey. Por contra, las abstemias del grupo, Eileen y Poppy, bebían la botella de cerveza de mantequilla. Los dulces los devoraban entre todos.

― El año que viene será tu último año, Alphard. ― comentó Irma apenada por su amigo.

― Ya sé que me vais a echar de menos... Pero todavía estaréis un año aguantándome.

Todos rieron.

― ¿Qué querréis hacer cuando salgáis de Hogwarts? ― preguntó Poppy. ― Yo quiero ser sanadora, como mi madre. Quiero curar a la gente. Es lo que más deseo.

― ¡No jodas! ― se rio Alphard. ― ¡Nadie se lo esperaba! Si hasta le quitarás el puesto a la sanadora del colegio!

― ¡No tanto! Me esperaré a que se jubile. Aunque primero me gustaría estar en San Mungo par ver cómo se trabaja en un hospital.

― ¿Y tú, Irma? ― le preguntó Eileen.

― Después de ver como trata el mundo mágico a mis padres y a mi hermano por ser squibs, creo que prefiero estar más cerca de los libros que de las personas. La librería de mis padres, la heredará mi hermano; yo como soy bruja puedo trabajar en el mundo mágico, pero él se quedará en el mundo muggle. Pero sí me gustaría trabajar en alguna biblioteca... ¡Cuánto más grande sea mejor!

― Interesante... ― concluyó Alphard. ― Yo quiero dirigir el rumbo de mi propia vida, sin que mis padres decidan. Aunque me tengan que repudiar, quiero vivir sin ataduras.

― Yo quiero ayudar a los demás, con mis pociones y tener mi propio laboratorio. Sé que el laboratorio familiar lo heredará Everard, aunque no sepa distinguir un caldero de un cuchillo. Me gustaría ser la líder de la familia para ayudar a mis seres queridos. Solo el cabeza de familia tiene el dinero y el contacto necesarios... También me gustaría ser madre. Hasta he pensado en nombres. Si es niño, Severus; si es niña, Selina. ― confesó Eileen.

― La verdad es que sí te imagino siendo madre... ― murmuró Poppy.

― Yo también. Y estoy seguro de que serías una gran jefa de familia. Lástima que la gente sea tan imbécil que prefiere elegir al varón sobre la mujer, al inútil sobre el prodigio y al primogénito sobre los otros. Por ejemplo, Walburga, Orion y Cygnus serían mejores líderes que yo... pero como soy el mayor de los varones del líder de la familia... Hay que joderse. ― Alphard se encogió de hombros.

Todas asintieron.

― ¡Prometamos que todos lucharemos por cumplir nuestros sueños! ― chilló Poppy.

― ¡Prometido! ― exclamaron los cuatro chocando sus vasos y bebiendo el líquido que contenían, whisky de fuego o cerveza de mantequilla.

― Ahora que todos hemos confesado nuestros deseos, vamos a un plano más íntimo... ― Alphard empezó a amar en tono sugerente. ― Tema parejas, sexo... Irma, te vi besarte con un Hufflepuff la semana pasada.

― ¡Ah, sí! Urquart Burbage. Fue mi novio durante tres días...

― ¡¿Y no nos lo dijiste?! ― sus amigas abrieron los ojos como platos.

― Al tercer día decidí cortar con él porque no podía estar con una persona que no ama los libros.

― Típico de Irma... ― susurró Eileen.

― ¿Y tú, Poppy? ¿Alguien te ha robado el corazón? ― preguntó Alphard.

Poppy intentó disimular. Todavía no se sentía preparada para confesar que le gustaban las mujeres y no los hombres. Y que la ladrona de su corazón era una Ravenclaw del año de Alphard.

― De momento nadie. Estoy muy centrada en los estudios que hago por mi cuenta sobre medimagia.

― Típico de ti... Yo por mi parte estoy acostándome con alguien pero sin compromiso. No sé si me enamoraré... Pero sí que le tengo cariño...

Eileen carraspeó.

― ¡Ohhhhh! ― exclamaron Poppy e Irma.

― ¿Y podemos saber quién es? ― preguntó Poppy.

― Un caballero no revela la identidad de la dama que se pone entre sus piernas.

Eileen volvió a carraspear.

― ¿Y tú, Eileen? Eres la única que todavía no ha dicho nada. ¿Hay alguien que te guste? ― preguntó Irma.

― Nadie en especial. Quizás todavía no he encontrado a la persona indicada... ― susurró sonrojándose.

― ¡Siempre tan romántica nuestra Eileen! ― exclamó Poppy.

Una vez se terminaron los dulces y las bebidas, decidieron ir a dormir. Mañana tendrían que tomar el tren de vuelta a casa.

― Yo me quedo aquí. Quiero fumar un par de cigarros. ― les comentó Alphard.

Las chicas se despidieron y empezaron a bajar.

Eileen se quedó un momento.

― Gracias por no decirles que la chica con la que tienes sexo sin compromiso soy yo.

Alphard le sonrió. Había sacado un cigarro, pero no lo había encendido.

― No me gusta presumir sobre citas. Y no habíamos hablado de hacerlo público a Poppy y a Irma todavía. Pero si quieres, podemos contárselo.

Eileen negó con la cabeza.

― Me gusta que esto sea un secreto entre tú y yo. Además, mi madre siempre dice que las paredes tienen ojos y oídos.

La chica le dio un pequeño beso en los labios y se fue a la Sala Común con sus amigas mientras él se quedaba fumando en la Torre de Astronomía viendo las estrellas.


¿Qué os parece? ¿Os parecen indicados los sueños para cada uno de ellos?

Aquí finalizamos quinto año. Y el último en el que Alphard estará en el colegio. Pues, pasaremos directamente al séptimo año de las chicas en el próximo capítulo.

Hasta la próxima

Eileen Prince: su historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora