11.

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Mis manos tiemblan mientras la llamada que hice no responde, llevo toda la noche intentando contactarlo a él.

No he parado de llorar tampoco, puede que sea el ataque de pánico más largo que he tenido. Y es que no se que hacer.

- ..hola? kayla?

Cuando por fin escuché la voz de Eder no supe realmente qué decir, y quizá eso fue suficiente.

- estas bien? que sucede?

- kayla, necesitas ayuda?

- dónde estas?! necesitas que vaya contigo?

La voz de eder se detuvo cuando entendió que mi llanto no se detenía, solo fue cuestión de unos minutos para que la llamada se cortara y seguido sonara una y otra vez esperando que yo contestara.

Pero viendo aquella insistencia como si me quisiera decir que ya estaba aquí, salí por la puerta mi habitación y baje por el elevador mientras mi vista aún se veía borrosa por las lágrimas.

La puerta se deslizó frente a mí dejándome en el primer piso, donde vi a eder presionando con desespero el botón del elevador.

La manera en la que miro, las mil y un ideas que cruzaron por su mente fueron lo suficiente para escucharlo maldecir en voz baja.

- dime que no fue Mía la que hizo esto.

Yo asentí al momento, queriendo solo el entendimiento y la aceptación de alguien, necesitando que alguien se pusiera de mi lado por al menos una vez.

La expresión molesta de Eder continuo hasta que llegamos a su auto, al que entre si detenimiento alguno, si saber que iba a suceder, pero segura de no querer estar en el mismo edificio donde "mi mejor amiga" descubrió mi secreto y me humilló por eso.

Ahora no quiero nada, solo desearía desaparecer mágicamente.

Mi llanto ahora más calmado, hace que me dé cuenta de la forma brusca y rápida de conducir de Eder.

Qué estoy haciendo?

Minutos después, y frente a una casa de algún condominio desconocido para mi, Eder baja del auto azotando su puerta, su mirada hace que no me den ganas de bajar.

Y entre la silenciosa noche, mi mente intenta pensar un poco.

Pero un ruido fuerte proviene de aquella casa, veo un silueta azotar la puerta y un automóvil sale del garaje de lado.

Qué estoy haciendo?

Porqué Mia llora?

El auto desaparece entre la noche.

Eder llega a mi puerta y la abre, su respiración agitada me asusta un poco, por lo que retrocedo en el asiento y sollozo bajo.

- no, tranquila. No te asuste kayla.

- ven aquí, es muy noche, mañana te llevaré de regreso - eder me extiende su mano.

Pero a mis ojos sigue siendo un desconocido.

Alguien a quien solo recurrí porque fue amable conmigo en algún momento, alguien que vi como figura paterna en alguno de mis sueños.

- a donde fue mía..?

No se porque me preocupo por ella cuando es la causante de mi situación actual.

- no pasará la noche aquí, no te preocupes.

Tomo la mano de eder y con su ayuda consigo bajar del auto, adentrándome a aquella casa desconocida.

No recuerdo mucho después de eso, mi garganta cansada no quería hablar y mis párpados débiles querían cerrarse. Fue a las ocho de la mañana cuando abrí la mirada y el olor a suavizante de las cobijas que me cubrian me recordó que no estaba en mi habitación.

Me atreví a salir y a bajar las escaleras.

Encontrándome a Eder con el teléfono pegado al oído y el tono de llamada repetitivo "el numero que intenta contactar, no esta disponible".

Cuando me miró dejó de lado el teléfono y tomo las llaves que estaban sobre la barra.

- kayla, dormiste bien?
- estaba cansada, supongo.
- te llevaré de regreso, no te preocupes. Quieres desayunar algo antes?

Regresar? No, por favor.

- no, gracias.
- de acuerdo.

Eder toma su chaqueta y me la extiende.

- es una mañana fría.

Comenta aquello con tristeza, y yo siento que aquella prenda no va especialmente para mi.

- eder, yo puedo.. quedarme aquí?

El me mira sin expresión alguna y su chaqueta deja de extenderla hacia mi.

- no quiero regresar ahora - digo, mientras siento mi mirada humedecer de nuevo.

- kayla, puedes explicarme lo que sucedió ayer? mía no.. me dijo mucho.

- fue a contarle todo a mi amiga
- contar que?
- ya no importa.
- kayla, por favor.
- solo.. tal vez la culpa solo es mía, no debería seguir comportandome de esta manera.

Eder niega con la cabeza dándose una idea.

- por que crees eso? Claro que no, no importa lo que Mía te haya dicho
- es que ella no.., mi amiga fue la que..

Mis ojos arden queriendo decirme que de nuevo quieren soltar lagrimas, por lo que yo llevo mis manos a mi rostro y lo oculto avergonzada.

- mi amiga me dijo que yo.. que tengo que dejar de llorar por todo y que tengo que resolver mis problemas sola, dijo que tengo que actuar cómo alguien de mi edad..pero yo no se como hacerlo eder, no puedo... yo solo quiero volver por termy, lo deje sólito y quiero abrazarlo y sentirme tranquila..

Eder esta preocupado, quizá porque aún no sabe que hacer cuando me ve llorar, y es comprensible, solo lo escucho suspirar y siento su mano pasar por mi espalda con delicadeza.

Pero mi llanto sigue.

- oye.. amm dime quien es.. ese tal termy? Si quieres podemos ir a buscarlo.

- mi peluche.. podemos ir por termy a mi habitación? prometo ser rápida para volver al auto, no tardaré mucho

El entiende que mis ganas de regresar a clases son inexistente, por lo que simplemente asiente y no propone una cosa distinta, vuelve a extenderme su chaqueta y yo la tomo mientras limpio mis mejillas de forma infantil.

Cuando entro de nuevo a aquel auto, eder acomoda mi cinturón de seguridad y cierra la puerta asegurándose de que todo esté bien.

Después de algunos minutos, cuando el edificio de habitaciones de mi campus está frente a mi, un cosquilleo incómodo se aloja en el fondo de mi estómago.

No se como haré de ahora en adelante, pero no pienso volver a este lugar.





Kayla. Mis padres abdlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora