Una luz roja reluciente aclaraba mi vista cada ciertos segundos, lo que involuntariamente me terminó levantando.
Enseguida me sentí incomodo con el colchón delgado de aquella camilla y me molesto el ambiente tenso a mi alrrededor, varios murmullos que eran inecesariamente estrepitosos me terminaron despertando apesar de mi esfuerzo por no hacerlo.
Era la sala de urgencias del mismo hospital de hace unos meses, tan inocua como la recordaba, la misma sala en la que terminé por un grave golpe de calor que obtuve aquel caluroso día. La confusión no me dejaba indagar mis recuerdos, por lo que me incline sobre la camilla y el escenario frente a mí fue bastante estresante de ver. Y no necesariamente por mi, de hecho, nadie en aquel lugar me tenía imperiosamente a la vista.
Por lo que mi mente cansada podía observar, una doctora y dos paramedicos estaban intentando apaciguar el llanto de un niño que estaba a dos camillas separadas a la mía. Mis pensamientos se ligaron a esa situación involuntariamente. Como si me sintiera traicionada por la atención que le daban al pequeño que no dejaba que lo tocaran, que lucia asustado por tantos rostros desconocidos y que pedía con desespero ser envuelto en los brazos de su madre, la cual lo distraía mostrandole un peluche afelpado de conejo con dos esponjosas y largas orejas y una diminuta nariz rosada.
Suspiré, de la manera más añorante posible. Mientras mi mirada seguía clavada en aquella familia y el ardor de la intravenosa en mi brazo me indicaba su existencia. Apesar de ello, en ese instante me obligué a herirme en aquel trivial momento que no ne pertenecía.
- kayla, despertaste?
Con aquella voz, mis ojos enfocaron a la encargada educativa de mi universidad, su cercanía frete a mi me hizo evaluar aquellos anteojos descuidados manchados con sus huellas y aquel labial rojizo sobre sus labios que definitivamente no compartía armonidad con su aspecto desarreglado, pero que inevitablemente me hicieron recordar el escenario tedioso en el que me desvanecía en el pasillo de habitaciones del campus. El recuerdo me molesto un fugaz instante, solo hasta que mi mirada desinteresada volvio a la situación cambiante a mi lado, donde el niño estaba ahora en brazos de su padre hipeando un llanto suave mientras la doctora finalizaba su tarea dejando una tira adeciva que resaltaba por la decoración infantil y que opacaria la que me pondrían a mi, que seguramente sería de un color blanco sin significado alguno.
En medio de aquel autoinfligido pensamiento, aquellos lentes y aquel labial se pusieron frente a mí una vez más.
- tenemos que regresar a la universidad kayla, déjame saber si necesitas descansar un poco más para pedirle al doctor que te revise de nuevo y poder irnos.El niño se tranquilizo totalmente cuando su madre le entregó un biberon color aqua, el pequeño recostó su cabeza y su mirada agotada sobre el hombro de su padre y se dejó mimar con el golpeó suave sobre su espalda mientras se concentraba solo en succionar y en intentar dormir.
- los resultados de sangre saldrán en algunos minutos más, si gustan pueden esperar aquí y acostarlo en la camilla. - informó la doctora, con un tono bajo, casi preocupada de romper el armonioso ambiente en el que habia entrado el niño despues de llorar.
- claro, gracias. Lamento robarle tanto tiempo doctora.Escuchar conversaciones ajenas nunca me interesó lo necesario como para indagar de manera estipulada en ellas, pero mi interes era justificado cuando habia un menor de por medio, desconsco la razón, quizá solo me gustaba imaginar situaciones en las que yo soy un niño que necesita que consuelen de aquella vulnerable manera.
- lo hiciste muy bien campeón.
- así es bebé, eres tan valiente.El pecho me dolió en ese momento.
Y entonces la sala de urgencias del hospital se quedó en un silencio abumador para mí. Los dos paramedicos que habían estado apoyando a sostener al niño se retiraban y la luz roja reluciente de la ambulancia que les pertenecía desaparecieron pocos minutos después. Pero mi mirada seguía distante.
- señorita, cómo se encuentra?
Reconocí la voz del mismo doctor de la vez pasada por el tono desinteresado que replicó para mi de nuevo esa mañana, así que no me moleste en responder o en siquiera mirarlo. Solo odié el hecho de que ese fuera el único hospital que tuviera alianza con el seguro que daba mi universidad.
- podemos irnos ya? - la encargada educativa soltó aquello de manera impaciente.
- claro, porqué no? parece que ella está mejor, solo intente explicarle la importancia de su alimentación duranate la temporada de exámenes, pareciera que no sabe cuidarse sola.El comentario intangible del doctor quedó en el aire cuando escuché sus pasos alejarse, la encargada educativa puso su mano sobre mi hombro para avisarme que iría con algun enfermero para solicitar el retiro de mi solución intravenosa, pero yo solo me aferre más a la delgada sabana que me cubría mientras sentía mi mirada cubrirse desesperadamente de lagrimas que me obligaba a ocultar mientras me enfocaba en el niño que ahora yacía casi completamente dormido, malacostumbrandose a las caricias suaves en su mejilla.
- me parece que es hora de quitarte esto - un enfermero alto de aspecto sosegado se acercó de repente a mi y me evaluó por un segundo antes de caer en cuenta de que mis lágrimas estaban haciendo incómoda aquella interacción.
- no te preocupes, haré que no duela, estoy seguro de que estas cansada.
Extendi mi brazo con el catéter hacia el y gire mi vista rendida hacia el otro lado, deseando detener mi llanto inecesario. Probablemente me hubiera sentido más adolorida si el dolor de cabeza que sentía no me tuviera tan aturdida como lo estoy ahora. Intenté agradecerle cuando me dijo que ya había terminado, pero mi garganta se sintió rasposa cuando me dispuse hacerlo, entonces recorde que estoy deshidratada desde hace dias, por lo que atiene a ignorar la sensación y me puse de pie de manera inestable.
Camine hacia la sala de espera y me sente en una de las sillas del lugar mientras me enfocaba vagamente en mi asesora la cual firmaba unos papeles en la recepción mientras atendía una llamada. Ella me dio una mirada rápida y una sonrisa vaga, despues de eso yo me limite a mirar y sentir el leve temblor que tenia en las manos, quizá tenía frío, aunque se podía ver que no eran más de las ocho de la mañana. El sol brillaba afuera de manera escandalosa ya, haciendome reconocer que mi cuerpo no podria dar mas de dos pasos mientras estuviera bajo la segadora y sofocante luz del sol.
En medio de aquel pensamiento, mi nombre fue nombrado por la persona mas inesperada para mi en equella situación y en aquella hora. Por lo que creí que mi mente jugaba un mal juego conmigo, pero fue solo hasta que gire mi vista hacia la entrada de la sala.
- kayla?
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Kayla. Mis padres abdl
Teen FictionLlevo un tiempo en este pasillo de supermercado, mi mente no deja de atormentarme con eso, haciéndome creer que toda persona que me ve piensa que lo que tengo entre mis manos es para mi y me juzga en silencio por ello. Quiero decir, claro que lo es...