14.

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No pude dormir mucho esa noche.

Puedo ver ya como la luz de la mañana entra suavemente por la ventana de esta habitación. De pronto unos golpes suaves tocan a la puerta que Eder cerró la noche anterior.

Me escondo debajo de las cobijas cuando escucho el rechinar de la puerta abriendose.

- mmm kayla? prefieres... tomar tu desayuno aquí?

Rápidamente salgo de mi escondite, recordando lo que le prometí a Eder ayer, pero mi acción rápida solo hace que Mia me mire de forma desconcertada.

- bajaré... - aviso con voz baja.

Mia asiente tranquila y deja la puerta abierta para mi. Mientras camino por aquel pasillo y bajo por aquellas escaleras me siento más incómoda, desde hace unas horas mi mente me recuerda una y otra vez que no debería estar en esa casa y menos con ellos.

- quieres tomar jugo? - su pregunta me recibe al llegar al comedor.

- lo que sea esta bien - susurró, en mi intento de sentirme más relajada.

Mia no me mira mucho, después de servir mi desayuno y de acercarme el vaso de jugo, el silencio de la casa me impide moverme para comer por miedo acrear algun sonido más fuerte que el de nuestras respiraciones.

Mi mirada se mueve hacia algo sobre la mesa que no es mi desayuno.

- oh cierto, Eder lo bajo del auto ayer - dice ella.

Mi pingüino de peluche, termy, esta sobre el comedor, no puedo entender como pude dormir sin el. No me detengo más y me levanto un poco para tomarlo y dejarlo sobre mis piernas, tratando de disimular mi apego a un simple peluche.

Instintivamente volteó a ver a Mia para percatarme de su mirada fija en mi. Mis mejillas seguramente se pusieron rojas y siento que mi calor corporal se elevo, me siento muy apenada.

- tu.. no vas a desayunar? - pregunto, procurando pasar de aquel momento.
- solo café esta bien para mi, no tengo hambre por las mañanas.

Su respuesta no me da la oportunidad de preguntar más, incluyendo que siento que no debería hacerlo, se que no conozco a Mia desde hace mucho tiempo, pero aquel tono simple y con poco interés con el que me contestó no me hace sentir bien.

- lamento.. que me tengas que ver aquí, en tu casa, no estaré por mucho tiempo, solo necesito tranquilizarme un poco más antes de volver...

Siento de nuevo el nudo atorarce en mi garganta, pego un poco más mi peluche a mi y trato de no llorar aquí mismo.

- no te disculpes más kayla, esta bien.

Entiendo por la respuesta rápida que no quiere hablar más del tema, quizá no debí mencionarlo, se supone que se soluciono ya la noche anterior.

Tomo el jugo con rapidez tratando de disipar el nudo en mi garganta y me concentró en desayunar, mi vista se fija en Mia por momentos, mientras que ella solo continúa tomando de aquella linda taza sorbos suaves de café.

- quieres algo más? - me pregunta cuando ve que en mi plato solo quedan boronas.

Mis mejillas enrojecen de nuevo.

- no recuerdo cuando fue la última vez que comí... - suelto bajo, más como un comentario hacía mi, pero fue inevitable que Mía lo escuchara.
- que dijiste?
- solo.. no recuerdo si comí ayer.
- kayla, nos habías prometido cuidar tu salud, prometiste que comerías y que te darías descansos de los estudios...

Mia se detuvo de repente, dejando aquel hilo de palabras en el aire.

- si quieres comer algo más te lo prepararé, de acuerdo? - finalizó intranquila.

Yo oculté un poco mi rostro entre mis manos, no se si me sentí regañada o si necesitaba que me recordarán la vez que casi caigo desmayada frente a ellos para sentirme culpable una vez más por todo lo que me han ayudado.

- Mia... - digo su nombre aún con mi rostro oculto entre mis manos.
- si, kayla?
- gracias...

No estoy segura si es la primera vez que le doy las gracias, no estoy segura de muchas cosas ahora.

- kayla, de verdad.. lamento que hayas peleado con tu amiga por culpa mía - aquella disculpa, que de igual manera me había dicho ayer, se siente de la misma manera, llena de sentimiento y responsabilidad.

Yo niego con la cabeza un par de veces, tratando de minimizar todo problema que crucé mi mente en ese momento. Despues de unos segundos por fin me pongo de pie, aunque con mi peluche aferrado a mi pecho, y miró a Mia por unos segundos.

- voy... voy a subir de nuevo a la habitación.
- claro.

Trato de no correr y crear un escándalo subiendo los escalones, al llegar a aquella habitación corro a esconderme debajo de aquellas cobijas y cerrar mis ojos, no tengo sueño, pero tampoco me siento capaz de seguir despierta, no quiero estarlo ahora.

Mientras pasaban las horas y después de dormir por un tiempo, solo logro distraerme con videos en mi celular, creo que mi espalda no quiere que siga en la cama pero no tengo nada más que hacer. La casa está muy silenciosa apesar de que se que Mia esta en alguna parte de la casa.

Por un momento me asome por la ventana viendo como Mia regaba de forma delicada los arbustos que están frente a su casa, el cielo se está cubierto de algunas nubes y el sol ya casi desaparecía.

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Mientras derramaba agua sobre mis arbustos sintiendome culpable de descuidarlos durante todo el fin de semana, mi vista se movió hacia el auto de mi esposo que recién paraba frente a la casa.

Mi ánimo no ha estado de la mejor manera y no se como disimular mi agotada mente cuando Eder baja del carro y se acerca a mi.

- como les fue? - prefunta él, como si no me hubiera mandado ya cien mensajes durante el día con la misma pregunta.
- solo salió a comer, no he querido molestarla - suelto bajo, caminando hacia la llave para cerrarla y dejar de regar.

- voy a ir arriba, tranquila.

senti uno de sus besos estamparse suave en mi frente, para después verlo alejarse y desaparecer dentro de casa. Yo, algo intimidada por lo cercanos que se habían vuelto, entré pocos segundos después, dispuesta a calentar el platillo de calabaza y queso que había preparado hace unas horas ya.

Me concentre en acomodar los platos y cubiertos sobre la mesa, dejando los de kayla del lado más cercano a Eder.

- me cambiaré cariño, vuelvo en un segundo - escuche a eder hablar.

Instintivamente levante la mirada solo para percatarme de que kayla estaba de pie cerca del comedor, mirándome con incomodidad en sus lindos ojos.

- seguro tienes hambre, sientate donde prefieras kayla.

Me alejé un poco y acomode la pequeña olla al centro junto a otros complementos.

- tienes hambre kayla? - eder anunció su llegada con aquella pregunta.

Pude ver a kayla sonreír tímidamente al escucharlo.

- Mia cocina delicioso, seguro te gustará.

Intentar comer como si fuera normal, mientras eder soltaba uno que otro comentario sobre su dia, era un poco más aliviador, sin embargo, al terminar la cena y arreglar un poco el desastre en el comedor, viendo como eder llevaba a kayla a dormir, hizo que mi pecho doliera de nuevo.

Me arrepentí una vez mas de todo lo que le había hecho a ella.



Kayla. Mis padres abdlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora