PASIÓN BORRADOR 2(Christopher Morgan y T/n)

Capitulo 20

"Celos"

Christopher Morgan

¿Cómo hago a mi subconciente dejar estos labios?¿Cómo se lucha contra el deseo? La aparto cuando se sube en mi regazo y esta forma tan despabilada que tiene me hace querer montarla ahora mismo.

Lucho contra mi impulso y la siento de nuevo en su lugar ― ¿Qué pasa?

Volvimos hoy en la mañana, Esmeralda y el ministro la interrogaron y como se lo pedí, ella se limitó a decir que no quería hablar del tema, ambos están cabreados conmigo, pero es mi mujer y que se aguanten, porque ahora no la quiero dejar alejarse.

Es fácil manipularla, trato de convencerme que fue por eso mi actitud en la cabaña de Red Hills, para manipularla y que Esmeralda y el ministro se lleven su merecido por tratar de jugar a mis espaldas.

Quiero controlar mis ganas de follarla como animal pero ella no me ayuda al comenzar a restregarse sobre mí.

― Coronel... ― jadea masturbándose sobre mí y suelta un gemido cuando mis palmas se estrellan con su trasero.

La tumbo a mi cama y se abre de piernas dejando que me apodere de su boca ― ¿Qué quieres? ― hablo contra sus labios.

― Dormir contigo ― se zafa de mi agarre y se acomoda de medio lado.

Suelta una carcajada sonora cuando la acomodo separando sus muslos.

― No juegues nena ― susurro y busco rápidamente el preservativo.

Simplemente es gloriosa, sus labios, sus senos, todo de ella, me gusta este lado perverso, pero está siendo mi perdición porque no me puedo ver en otro lado que no sea entre sus piernas ahora mismo.

Punteo su entrada con mi glande cuando termino de colocar el preservativo y ella empuja sus caderas, no la penetro y como la caprichosa que es sus labios forman un puchero.

― Ya, Chris... ― sigue buscando que la penetre y lo hago pero no me muevo ― ¡Christopher!

Su enojo me sonreír inconscientemente.

Acomodo sus piernas alrededor de mi cintura y me comienzo a mover, la mirada que me regala como le brillan los ojos cada que la hago mía me hace tan difícil encontrar esa mirada en otras, tomo un puñado de su cabello y su boca se entre abre soltando jadeos pequeños.

Se relame los labios cuando me hundo en ella, intento convencer a mi cerebro que ella es como todas las personas que me he follado, que no me interesa tenerla lejos o cerca, pero siempre llega la misma pregunta a mi cabeza que me hace quererla lejos porque solo trae problemas.

― Nena ― jadeo cuando suelta mi nombre en un gimoteo delicioso.

Todo de ella es mío, soy el único hombre en su vida, no me importa lo que haya pasado, pero es mía y se lo reafirmo cada que embisto con fuerza, poniendo a vibrar sus senos.

Ella cambia las posiciones y se sube encima de mi, tomo sus caderas controlando las embestidas, los labios rosados de su coño me hacen agitar más perdiéndome en la imagen que me ofrece de ella apretnado sus senos.

― Joder ― el éxtasis me hace tensar la mandíbula y es ella quien se corre primero.

Su pecho le sube y baja y yo solo necesito mover sus caderas un par de veces para que la tensión se libere.

― Voy a creer que eres una ninfómana ― le hablo y sonríe.

― ¿Cómo no lo sería? Si tengo un adonis en casa, se echa sobre mi pecho.