Capítulo 4: La huelga.

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Era el quinto año escolar

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Era el quinto año escolar.

Hermione se dirigía a la lechucería para enviar una carta a sus padres cuando escuchó un fuerte sonido metálico seguido del ulular de la lechuza y el aleteo de las alas. Sacó su varita, corrió más cerca de la puerta y la abrió para ver a Pansy Parkinson destrozando todo a su alrededor, en su mayoría postes de comederos para búhos y sillas. Estaba loca.

Se vieron gotas de sudor formándose en su frente, y su cabello se adhería a sus mejillas manchadas de lágrimas. Respiraba por la boca, sin aliento.

-¿Pansy?- Granger trató de arreglar el desastre con un movimiento de su varita. -¿Qué estás haciendo?

La Slytherin se congeló de espaldas a Granger. Sus hombros subían y bajaban de vez en cuando. Ella estaba temblando. Hermione avanzó, el vidrio roto crujio bajo sus pies. Era la primera vez que la veía en tal estado.

-Puedes contarle todo a McGonagall-, dijo Parkinson con voz ronca. -¡No hay secretos en esta maldita escuela!

Se dio la vuelta, su cabello cubriendo su rostro, y trató de pasar junto a Hermione. Pero esta última, al notar su mano ensangrentada, tiró suavemente de ella, deteniéndola.

-¡Pansy, estás sangrando!

Parkinson se estremeció. Levantó el brazo para examinar la mano. Hermione asumió que se había cortado accidentalmente con un fragmento de vidrio mientras creaba este desastre. En cuestión de segundos, recuperó su mochila, sacó un pañuelo con los emblemas de Gryffindor y se lo dio a Pansy.

-Toma-, dijo ella, acercándose. Tenía miedo de asustarla o enfurecerla aún más. Dios, ¿qué le había pasado? -No se lo diré a nadie, lo prometo. Yo solo...

Hermione frunció el ceño, habiendo mirado la carta en su mano.

-¿Podrías esperarme? ¡Dame un segundo!- Granger se dio la vuelta, buscando su lechuza habitual, pero no estaba. Tendría que usar otra.

Después de nombrar al destinatario y acariciar delicadamente al ave en la cabeza, colocó la carta en su pico. Su corazón dio un vuelco cuando, dándose la vuelta, vio a Pansy todavía de pie en el mismo lugar. Su mano estaba envuelta en el pañuelo de Hermione.

-Iré contigo, ¿de acuerdo? Podemos dar un pequeño paseo para tomar un poco de aire fresco- sugirió Granger. Y no te haré ninguna pregunta.

Era la primera vez que la veía, la que siempre se mantenía tranquila en público, estaba teniendo un colapso mental. Pansy siempre fue reservada. Sí, con un poco de carácter, pero aún así reservada. Nunca se permitía levantar la voz y siempre tenía una sonrisa diabólica en el rostro. Una que se había ido ahora. En cambio, ahora tenía los ojos hinchados por el llanto, cuya mirada hizo que a Hermione le doliera el corazón. Nadie debe estar solo en tiempos difíciles. Nadie.

NOMURA - dramione *TRADUCCIÓN*✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora