Capítulo 16: Levántate, dragón.

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—¿Vienes del infierno?

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—¿Vienes del infierno?

Su cabeza da vueltas. Hermione mira hacia arriba, captando la visión de Akihiro tratando de empujar la hoja de su katana en su garganta.

Un escalofrío helado recorre todo su cuerpo. Le duelen los ojos. Ella ve el desconcierto en la mirada de Akihiro mientras se sienta sobre una rodilla, agarrando con fuerza la empuñadura de su espada.

Siente el calor abrasador de la katana contra su piel. Le zumban los oídos y siente náuseas. A lo lejos suenan las sirenas. Ella debe concentrarse. Agarrando con más fuerza la varita, se la pone directamente en la garganta y dice con voz ronca:

—Aléjate.

Hace una mueca, sacude la cabeza, sus ojos alternan entre la katana y Granger mientras intenta obstinadamente forzar la espada hacia ella con ambas manos. Permanece inmóvil, inflexible. Las sirenas siguen sonando. Tiene que correr.

—Imperio—, pronuncia Hermione, observando cómo la mirada de Akihiro se nubla y se endereza.

Luchando por ponerse de pie, agarra el cuello de Akihiro para apoyarse. Siente el cuerpo hechizado del chico siguiendo obedientemente la varita, sin importar a dónde la lleve. Balanceándose en el acto.

—¿Dónde está la salida? ¡Llévame a la chimenea!— ordena ella y él asiente lentamente.

Mientras Hermione avanza cojeando, con el hombre tropezando delante de ella, escanea ansiosamente sus alrededores, sorprendida por los sonidos inquietantes: un ruido raspante que parece sugerir el despertar de losas de concreto. Ella retrocede abruptamente cuando la pared de la casa a su izquierda comienza a abrirse y, simultáneamente, la pared de otra casa de enfrente también comienza a moverse. Toda la calle está en movimiento.

Las casas de piedra levantan polvo a medida que se mueven y reordenan, convergiendo y divergiendo. La calle que una vez vio delante ahora está irreconocible. Es un callejón sin salida.

—¿Qué es este lugar?— pregunta, sin esperar que él responda mientras está bajo la influencia de la maldición Imperius.

—El Laberinto de lo Salvaje. Ya te están buscando.

Demonios.

Buscando...

Ella se acerca a Akihiro, le arrebata la varita de su cinturón y se quema instantáneamente. La varita cae, brillando en rojo. ¿Es esto algún tipo de protección?

La aparición a corta distancia no es una opción: los salvajes están por todas partes y Hermione lucha por orientarse. Akihiro se congela, mirando a la pared. Pueden sentir las vibraciones causadas por los cambios de casas y calles.

Es difícil pensar con claridad. Han pasado tantas cosas; es imposible concentrarse en un solo pensamiento. Todo es borroso. Le duele el cuerpo. Su ojo está completamente hinchado por el hematoma. Está cubierta de pintura roja de pies a cabeza.

NOMURA - dramione *TRADUCCIÓN*✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora