Epílogo: Cuervo.

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Sangre.

Esta en todas partes.

Cuando Draco entró aquí, vio a Shaggy cubierto con la sangre de León. Logró sacarlo del Ministerio y lo trajo aquí de inmediato.

Malfoy se acerca aún más para finalmente ver detrás de la espalda encorvada de Steve a León, que está acostado boca abajo. Gira la cabeza hacia Draco, apretando con los dientes el cinturón que le dio el médico.

Su rostro está pálido. Draco no parece escuchar lo que Steve está diciendo. Algo sobre mucha pérdida de sangre. Malfoy solo observa mientras León frunce el ceño ante cada movimiento de la varita del medimago. Si las pociones funcionaran en él, el tratamiento sería más sencillo.

Y luego está este momento.

Aquel en el que Draco se encuentra una vez más en la bifurcación del camino.

¿Estaría contento de estar muerto?

Durante todo este tiempo, León le había ocultado la terrible verdad. ¿Cómo demonios pudo hacerlo? ¿Cómo se atrevía a...?

La agresividad de Malfoy lo inunda, está en sus encías, en su saliva, amarga por el humo del cigarrillo.

—Maestro, usted…— Steve ni siquiera se da vuelta para mirar a Draco. —Por favor, no fume aquí.

Pero Malfoy está fumando.

Con un esfuerzo especial aspira el humo y lo empuja hacia las ramificaciones de sus pulmones. Está a la altura de León. Él lo sabe. Lo entiende. Se le ve en los ojos.

León cierra los ojos por un segundo y Steve le coloca un algodón empapado en algún tipo de sustancia en la nariz.

—No te desmayes—, murmura el medimago.

Solo cuando Malfoy agarra un cigarrillo con sus dedos para apagarlo en el cenicero se da cuenta de lo mucho que le tiemblan las manos. Jodidamente resentido, delatando su sorpresa. Solo ahora se da cuenta. En el mismo momento en que Steve habla.

—Las posibilidades son muy escasas, Maestro...

Debería sentirse aliviado. Debería poder exhalar y salir. Debería detener los intentos de Steve de salvar a León. Debería...

Entonces, ¿por qué Draco se queda allí inmóvil? ¿Por qué su corazón late tan frenéticamente? ¿Por qué le resulta imposible incluso moverse mientras observa a León, con los labios azules entreabiertos, intentando decir algo?

—¡No te atrevas!— lo interrumpe Draco, dando un paso hacia delante. —¡Tú! ¡Confié en ti! ¿Me escuchas?

León apenas se cubre los ojos como diciendo:

—Sí, lo entiendo...

Y, lo siento.

Maldita sea.

A Malfoy le pasa toda su vida por delante. Todos los momentos difíciles de sus rivalidades. Y cada vez que León se apresura a defender a Draco, sabiendo que cualquier herida peligrosa podría resultar en la muerte.

NOMURA - dramione *TRADUCCIÓN*✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora