Los días habían pasado y el seguí sin poder escapar de esa habitación, según Kim era su "Castigo" por hablar con Macao, no tenía manera de comunicarse con él para saber sobre su estado.
Pero por lo qué le habían dicho Ken y Big solo lo habían amenazado.
-Te dejare salir hoy, al parecer Kinn quiere proponerle matrimonio a tu hermano.-dijo quitándome las pesadas cadenas.
Porque si, me tenía encadenado a la cama para evitar que escapara, la vida con Kim no era mala pero sin embargo no era la relación que él anhelaba tener.
Incluso podía jurar que Kim veía con otros ojos a Porsche, parecía enamorado mientras tanto a mí pocas veces lo hacía de esa manera.
-Kim, ¿Tu, sientes algo por Porsche?-dije viéndolo mientras conducía.
El tenso su mandíbula y simplemente soltó un "no", pero sabía que eso era un si.
-Sabes, ya quiero que nazca esta princesa-Sonreí acariciando mi vientre abultado.
-Creo que será traviesa, dijiste que no dejo de patear estas noches.
-Si, se mueve demasiado.
El solo sonrió leve y mantuvo su mirada al frente sin si quiera verme estaba más pensativo de lo habitual y eso me preocupaba.
Baje del auto cuando estuvo estacionado y sonreí abrazando a mi hermano mayor.
-¡Hia!-Sonreí tomando sus manos.
-Chay, estoy nervioso-Sonrío mientras jugueteaba con nuestras manos.
Sonreí volteándolo para que quedara viendo hacia Kinn, mientras este le entregaba una lindas rosas rojas, saco una cajita de terciopelo roja y dejó ver un hermoso anillo de compromiso.
-Porsche, hemos pasado por tantas cosas, buena y malas pero siempre me has apoyado y gracias a Kim-Sonrío mirándolo.-Me han dejado en claro que eres la persona con la cual quiero compartir mi vida, así que, ¿Te quieres casar conmigo?
Sonreí abrazando el brazo de Kim el solo veía con seriedad la escena mientras su mandíbula estaba resaltada.
-¡Si, Kinn me quiero casar contigo eres el amor de mi vida!-sonrío saltando a los brazos de su ahora prometido.
-Oh, cariño esto es muy lindo verdad-Sonreí volteando a ver a Kim.
El simplemente me alejo con brusquedad y se fue de la escena dejándome completamente solo y confundido.
Fui silenciosamente detrás de él, lo vi estaba recargando sobre la mesa de la sala, de un momento a otro botaba cada cosa a su paso mientras sollozaba.
-¡Maldito Kinn!, te metiste con él aun sabiendo lo que sentía-gruño rompiendo el precioso jarrón de vidrio fino.
¿Entonces el no lo quería a él?
