I've got my eye on you

Capitulo 25

Porchay se despertó en aquella hermosa habitación Blanca se sentía en el cielo, aquel cómodo colchón adornado con las finas blancas sabanas y las almohadas de plumas por aquella habitación entraba la cálida luz del sol.

Sonrió tocando suavemente el lado derecho de la cama en busca de aquella persona, Sin embargo, su mano toco el plano colchón, se extrañó, normalmente él era el primero en despertar y observar los obscuros cabellos de su amante. se levantó mirando a su alrededor en busca de alguna pista de su novio.

—Cariño— Susurro saliendo de su recamara recorriendo todo el pasillo hasta llegar a la cocina, Sonrió tomando la nota que se encontraba en la mesa junto a un plato con Panqueques y un tulipán, Su favorito.

Sintió un calor cálido en su pecho, se sentía enamorado después del incidente de Tawan se habían vuelto cada vez más unidos ambos se apoyaban y se daban ánimos sin dejar atrás el hecho de que Kim era un padre maravilloso.

Puso el plato en el fregadero y se encamino al bello jardin con las hermosas rosas nacientes, el olor fresco del cesped recién podado indundo su nariz.

Era un día hermoso pero debía estar listo para las 7 en punto según la nota de Kim, había dejado su tarjeta de crédito para que pudiera comprar un lindo conjunto para su cena especial.

Tomó su teléfono y llamó a su hermano, sería una tarde para ambos.

—Porsche, ¿Quieres ir de compras?—Sonrío.

—Hum, ¿a que se debe tu invitación?—Dijo Porsche riendo desde la otra línea.

—Una cena especial según Kim, además así podríamos pasar una tarde juntos, anda—

—Muy bien, te esperaré en el centro comercial, no tardes—Colgó.

Chille emocionado cambiándome rápidamente para ir al lugar de encuentro con mi hermano.

—Si no fuera por tu gran barriga no te reconocería hermanito—Dije viendo cómo Porsche formaba un puchero.

—No te burles, Mos quería un hermanito y sus papis lo querían consentir.

—Mentira ambos querían follar sin protección y mira el resultado, el pequeño Fort es muy esperado.

Porsche soltó un suave golpe en un hombro antes de empezara a recorrer todas las tiendas posibles, mis pies me mataban pero había valido totalmente la pena, había encontrado el atuendo perfecto para la ocasión y aún tenía dos horas para arreglarme para nuestra cita.

Ahora tomaría un relajante baño en la bañera con sus sales favoritas, el olor a fresas inundó el baño se sentía tan relajado, si bien no había sido una relación linda al principio sabe que lo mejor está por venir y eso le emocionaba.

El delicioso aroma de su perfume de Vainilla y chocolate en puntos exactos de su ropa era embriagante un olor que le encantaba a Kim.

Tan dulce.

Kim entró a la habitación que ambos compartían, rápidamente sintiendo el dulce aroma, Sonrió abrazando por la espalda a su novio.

—Luces tan lindo Cariño—Sonrió dejando un suave beso en su mejilla .

—Gracias—Sonreí dándome la vuelta para quedar cara a cara y acariciar ese sedoso cabello negro.

—¿Estas listo?—Asentí emocionado—Pero antes debo ponerte esto.

El saco una venda de su abrigo para cubrir mis ojos.

—¿Porque tanto misterio eh?

—Ya verás se paciente.

Kim lo encaminó hacia el coche donde tomaron rumbo al hermoso jardín adornado por sus amigos, con cuidado lo guió lentamente hacia la mesa puesta en el centro y quitó la venda que cubría sus ojos.

—¡Vaya, pero si esto es precioso Kim!—Sonrió admirando el alrededor.

Kim sonrió escondiendo la cajita de terciopelo entre sus manos, se sentía temeroso ante la propuesta que le iba a dar a Chay.

—Chay, Creo que hemos pasado por muchas cosas este último año, se que mis acciones no han sido las mejores—aclaró su garganta—Se que no soy Perfecto y en su momento lastime tus sentimientos y por mi culpa sufriste pero ahora que lo hemos superado creo que es el momento indicado.

Kim se arrodilló frente a porchay, detrás de la pared había un Tay y un Tankhun emocionados esperando la respuesta positiva.

—¿Te quieres casar conmigo?—Sonrió mostrándole el precioso anillo de compromiso.

Porchay no sabía que pensar o decir pero de algo estaba seguro y ese no era su momento.

—No Kim, no me quiero casar contigo, Lo siento—Susurro limpiando sus mejillas por las lágrimas que habían bajado por sus ojos.

Kim se quedó paralizado, ¿así de rápido se terminó todo?, ni siquiera pudo correr tras el amor de su vida.

Los truenos amenazaban con una gran tormenta una que se iba a mezclar con el tormento del corazón roto de Kim.