El alfa Groovy

OCHO

YOONGI

EL OLOR ME GOLPEA antes de entrar en el comedor. Me detengo en el umbral de la puerta y miro hacia la mesa para comprobarlo. Luchando contra la risa, atrapéla muñeca de Jimin antes de que pudiera pasar. Lo aprisioné contra la pared,interponiendo un dedo entre nosotros.

 —Una oportunidad, Jimin, es todo lo que tenemos. Una oportunidad de experimentar algo por primera vez, ¿verdad? Todo lo que pido es que mantengas una cara seria y tus "te lo dije" para ti.

Se acercó y me mordió el dedo, alejándolo. Resopló, con los ojos brillando de placer pícaro. 

—No, por supuesto que no. No puedes empezar una conversación con indirectas. Y sé que no me estabas amenazando, así que necesito más información antes de hacer cualquier promesa.

 —Joder. Vale, no puedes reírte porque te juro que no comemos esto todos los días. Es sólo como la tercera vez que lo veo servido en el desayuno. Y en realidad,es más bien un aderezo. Algo para hacer que la avena sea menos sosa. Y hay beicon.

Olvídate de las risas; Jimin me observó con total fascinación. 

—Thor, ¿realmente estás balbuceando ahora mismo? Mierda, lo estás haciendo. ¿Qué podrían servir con la harina de avena para que te pusieras a parlotear? Esto es mejor que la vez que... 

Se detuvo de repente, su cabeza se movió hacia un lado mientras olía el aire.Al parecer, las lecciones de lobo estaban funcionando bien porque su cara se iluminó con alegría. 

—¡Granola! Jodidamente increíble. Y en mi primer día en la comuna, además.Me alegro mucho de llevar esta camiseta que te robé. 

—Robada y asesinada. ¿Es realmente una camisa? —El retal de tela teñida con los colores del arco iris que había anudado sobre su ombligo con piercing no  se parecía en nada a la camisa que había cogido de mi cajón. Después de pasar veinte minutos abriendo cajas y hojeando su ropa nueva.

 Afortunadamente, alguien tuvo la previsión de apilar las cajas en nuestra habitación. A Jimin probablemente no le habría importado que las desembalaran,pero teniendo en cuenta los retazos de ropa interior de encaje, seda y satén, habría tenido varias opiniones sobre cualquiera que las mirara. Y ninguna de ellas buena. 

—Por supuesto que es una camisa, bicho raro. Su nueva encarnación es lo que podríamos llamar una original sin mangas. Y queda muy bien con mis pantalones cortos rojos, que era el objetivo. —Jimin se arrancó un hilo suelto cerca del hombro,con aspecto demasiado satisfecho.

 Fui vagamente consciente de unos pequeños pasos antes de que el cachorro chocara con mi pierna, distrayéndonos. Jissel estaba estacionado sobre su redondo trasero en pañales, alcanzando hacia mí con ambas manos.

 —¡Aupa, Afa! ¡Aupa! 

—¡Dios mío, su adorable cara es tan blanda! Monstruo, ¿cómo puedes ignorar esas manos que te agarran? Ya lo has oído, Afa, levántalo. —Jimin estaba tan excitado que vibraba. 

Jissel se lo tragó, inclinando la cabeza hacia atrás para favorecer a Jimin con una sonrisa babeante, con la boca tan abierta que podíamos contar sus dientes. 

 —No lo sé, lindura. Creo que se está acercando a ti. Ve a por él. Jissel es un bicho amoroso que adora ser abrazado. 

Jimin no dudó.