Ya habían salido de la esfera de tierra cuando le contaron todo lo que había sucedido a Verita. No podía creerlo, mas por el hecho de que volvió a hablar dormida, o eso creía hasta que le contaron sobre la conexión, algo que aun no era claro. Todo aquello parecía un rompe cabeza sin piezas, pero era una respuesta más clara a todo lo que había estado pasando.
Pero aquella aclaración solo alimento las ganas de Agora de ir a ver al oráculo. Hacía muchos años atrás el les había dado pistas sobre todo lo que habia ocurrido, y solo el sabia a que se enfrentaban o a que debían hacerle frente – el debe tener todas las respuestas, estoy segura – pensó la Agora. El oráculo era el único que podía sacar de toda duda a la Agora.
Pero no sería tan fácil. Hace tiempo atrás el oráculo fue desterrado por profetizar muertes falsas, guerras inventadas, y crear rivalidad usando su reputación. Tal vez no seria fácil volver a ver cara a cara a aquella persona que lo exilio de su hogar. Pero debía intentarlo, porque sentía muy en el fondo que algo se aceraba, y le quemaba la nuca; como una brisa caliente, un fogaje temible.
Los planes de ir a ver el oráculo eran ya un hecho, pero no tenia contenta a la Agora que ella no pudiera ir.
Magnelio tenía el plan preparado para ir y encarar al oráculo, pero también será difícil, ya que Magnelio mismo metió a el oráculo al calabozo de Tereples unas cuantas veces.
Magnelio estaba listo para partir esa misma tarde. Tenía su capa de viaje y su mano magullada tenía una venda blanca. Estaba en la entrada del castillo despidiéndose de las gemas de la vida.
-Espero que funcione – dijo la Agora suplicante – tiene que funcionar.
Sus hermanas estaban con ella. Todas se habían dispuesto a estar unidas desde el último ataque de Verita. Todas entraron al castillo ansiosas por las respuestas que habían estado esperando desde hace tanto.
-Esto es terrible – Dijo Terenia – solo espero que Magnelio vuelva sano y salvo de... - pero no termino la frase porque el castillo sacudió estrepitosamente.
Todas se arrinconaron el vestíbulo, una contra una. Otro estrepito movió el castillo. Parecía un terremoto devastador.
Pero unos segundos después del último movimiento violento del castillo, las puertas del castillo estallaron en miles de pedazos; una cola morada con púas había chocado con ella.
Las hermanas palidecieron y subieron de manera veloz al primer rellano.
-¡Mi espada¡ - recordó Agora y corrió hacia el cuarto de Verita en donde se le había caído; la tomo y volvió a toda furia hacia donde sus hermanas.
Pero en ese justo momento un hueco se había hecho en el techo del castillo, y una garra enorme y roja con gruesas garras había atrapado a Melody. Esta grito de manera escalofriante, pero fue atrapada y sacada del castillo. Agora corrió hacia sus hermanas y alzo la espada. Pero en ese momento una cola roja y enorme, había destruido el techo por completo dejando al visto un cielo azulado. Velozmente, una ráfaga de fuego vino de la nada y obligo a las hermanas a tirarse a un lado; Terenia se había tirado al lado contrario de la Agora.
-¡Terenia! – grito Agora, pero en ese mismo instante, un enorme cuerpo rojo había volado de manera veloz encima de ella y se la había llevado.
La Agora levanto rápidamente a Verita para huir, pero una ráfaga de fuego incendio las escaleras; las llamas empezaron a consumir todo el castillo.
Cientos de cuerpos enormes parecían volar encima de sus cabezas. La cabeza de la Agora daba vueltas y no sabía hacia dónde ir. El fuego estaba a punto de alcanzarlas cuando del cielo despejado una voz vocifero:
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La Agora y las gemas de la vida
FantasyCon la Agora al mando, los habitantes de las tres montañas se ven protegidos por el poder de las gemas de la vida; las hermanas protectoras de cada ser vivo en el universo. Pero los malvados planes del monstruo que solía ser la gema de la vida roja...