Capitulo 23 Entre calderos

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Era indescriptible la forma en la que se sentía, jamás hubiera creído capaz a Luna de una traición como esa, siempre la había considerado una chica noble, sencilla, humilde y honesta, era verdad que era algo excéntrica, pero esa pisca de locura era lo que a él lo volvía loco. No lograba digerir lo ocurrido, ¿Cómo era posible que estuviera comprometida y encima que se lo hubiera ocultado? En medio de su enojo se había adentrado corriendo en el bosque prohibido, se había quedado dormido bajo un árbol, después había caminado por horas buscando la salida, ahora se encontraba perdido sentado sobre una roca frente a un riachuelo que era iluminado por la luna llena que iba haciendo acto de presencia con el atardecer.

"Debe haber una explicación, mi Luna no es capaz de algo así" pensaba desesperado, ahora ya más tranquilo si quería escuchar una explicación, no concebía la idea de que aquella rubia inocente fuera capaz de hacer una canallada, no aquella hermosa rubia de ojos azules que le había enseñado a creer en sí mismo. Para todos era un misterio como se había dado aquella relación tan fuera de lo normal. Comenzando a temblar de frio, recordó como se había hecho la conexión entre ellos dos aquel invierno del 97.

***FLASHBLACK***

Hacia un frio de los mil demonios, tenía unos minutos que había llegado a la Mansión Malfoy, había recibido el llamado para hacer acto de presencia, él al igual que Draco habían sido obligados a convertirse en mortifagos, apenas el verano anterior habían sido iniciados en contra de su voluntad, él había sido chantajeado con la vida de su madre, ya que su padre había muerto en la primer guerra mágica, había perecido por seguir los locos ideales de Voldemort, así que ahora él tenía que apoyar a ese loco demente aunque estuviera en total desacuerdo con él.

-Camina maldita zorra - escucho la voz de un hombre proveniente del pasillo continuo, se detuvo para no irrumpir en el camino de quien fuese dueño de la voz.

-Sabes no estás tan mal, podríamos divertirnos un rato - justo en ese momento apareciendo en su pasillo Amycus Carrow manoseando de los senos a un chica rubia al que no lograba reconocer ya que los cabellos con el forcejeo que hacia la chica le cubrían el rostro.

-¡Suéltame, tu no vas a tocarme! - grito la chica después de morder la mano de Amycus para que soltara su seno que le presionaba, "grave error" pensó Theo, ya sabía que esa ofensa no se quedaría así.

En efecto lo que paso a continuación hubiera deseado no presenciarlo, Amycus tomo de los cabellos a la chica y la levanto unos centímetros del piso, con su varita le apunto al vientre y le lanzo dos crucius seguidos mientras la besaba a la fuerza y le mordía salvajemente el labio inferior, no conforme con eso, le enterró su varita dentro del estómago creándole una herida muy grande, la aventó a los pies de Theo - enciérrala en las mazmorras a que muera ahí lentamente - le ordeno Amycus mientras se alejaba sobándose la mano donde la rubia amablemente le había causado una herida que no dejaba de sangrar.

Theo se inclinó lentamente y cargo a la chica con sumo cuidado para evitar lastimarla, juraría que iba inconsciente ya que no había puesto resistencia cuando él la toco, camino por varios minutos hasta que llego a las mazmorras, se dirigió a una celda que tenía una pequeña ventana, la celda estaba muy sucia y olía a pestes, vio pasar una rata enorme, reviso el lugar, estaba vacío, al parecer tendría que dejar a la chica en el piso. El joven sentía remordimiento por ella a pesar de no haber sido el quien la lastimara, pero el hecho de estar presente y no poder hacer nada lo hacía sentirse culpable y miserable por ser parte de todas esas injusticias.

Saco su varita y conjuro una colchoneta, recostó a la chica sobre esta, no supo porque pero algo le impulso a saber la identidad de esta y le corrió el cabello de la cara, la identifico, era Luna, la chica rara de Ravenclaw, tenía los ojos cerrados y su labio inferior no paraba de sangrar, saco su pañuelo y le limpio el labio, miro su vestido que estaba empapado de sangre por la enorme herida de su abdomen "Vulnera Sanentur" susurro el hechizo que Snape le enseñara a él y a Draco en privado. Conjuro un manta vieja y la cubrió con esta, esperaba que la chica se salvara.

Sentencia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora