Capitulo 26 Propuesta

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La noche había caído para cuando Snape había llegado a la Mansión Prince, una extraña sensación lo recorrió de pies a cabeza al encontrarse una vez más dentro de ese lugar. Una mezcla confusa de dolor y alegría lo invadió. El saber que ahí había vivido su fallecida madre y que también ahí había sido muy feliz con Eleonor Dilarun, el mismo lugar donde ella había perdido a su hijo y condenado su vida. Su nostalgia que se remontaba hacia un pasado que el hacia tiempo que intentaba enmendar. Y porque no decirlo también olvidar.

Mas sin embargo le había fallado, no le había podido salvar la vida, la había visto agonizar y no pudo hacer nada para evitarlo, esa mujer que fuera su paz y alegría por mucho tiempo, había dado la vida por el hacia ya muchos años ahora ya hacia descansando en el cementerio familiar Prince. Era su última vista a la mansión, no deseaba volver a ese lugar, quería dejar su pasado atrás y comenzar una nueva vida.

Eso era lo que su Liánhuā representaba para él, la posibilidad de comenzar de nuevo. Bajaba por las enormes escaleras con destino a salón principal, acariciaba el frio barandal, como si se tratara de una caricia, pero mas bien era una despidida a su manera, se detuvo en el descanso de la escalera, aquel donde giraba esta, se voltio para ver el retrato de la familia Prince que colgaba de la pared, en ese retrato su mamá apenas era una niña de solo 15 años, sus abuelos parados uno junto al otro en posiciones rectas detonaban orgullo y altivez, frente a ellos justo en medio su hija única era una copia casi exacta de su abuela, desde el porte hasta los rasgos mas finos de la cara, con la pequeña diferencia de que podía advertirse un brillo en su mirada.

Eileen Prince seria la única que lograría escapar del oscuro sendero impuesto por la noble y antigua casa de los Prince, pero escapar había tenido un precio muy alto, Elieen había sido expulsada y repudiada por su familia. Todo por haber seguido al amor de su vida y padre de su hijo, mismo hombre que años mas tarde acabaría con su vida...

-Sacrificaste tantas cosas por mi... -- el retrato de Eileen le dedico una sonrisa, ella era una razón mas por la cual el debía comenzar de nuevo, se lo debía principalmente a ella. Bajo el resto de las escaleras, camino con paso lento hacia la puerta principal. Con su rostro imperturbable tomo la manija, giro y abrió, dio un ultimo vistazo a la casa, si sintió melancolía, tristeza o anhelo, no lo demostró, esa mascara de hielo que siempre usaba contenía todas sus emociones...

15 de enero, 4 pm. Las tres escobas.

-Eres la primer chica puntal que conozco Weasley – dijo en su habitual tono egocéntrico Malfoy mientras se ponía de pie y corría la silla adjunta a el para que ella tomara asiento. – Luces hermosa.

-Llámame Ginny – pidió la chica, no se inmuto ante el alago del joven, no era de ese tipo de chicas que con unas cuantas palabras podían endulzarle el oído. – Gracias – le tendió el abrigo que 15 días atrás el joven le prestara.

Cientos de miradas se centraban en ellos, todos los jóvenes del colegio que estaban esa tarde presentes en el mismo lugar, no daban crédito a lo que sus ojos veían, parecía tan surreal aquella escena, pero los dos tenían en común esa facilidad de ignorar olímpicamente a la gente.

-Y bien Malfoy dime a que se debe esta invitación – ordeno Ginny mientras leía el menú para seleccionar su comida.

Draco levanto una ceja, no esperaba que ella fuera tan directa – Digamos que me interesas y me gustaría que nos conociéramos – atajo el con arrogancia. Draco sabia de su popularidad entre la población femenina y no concebía que alguna chica no estuviera interesada en el,

Ginny sonrió con burla, miro unos segundos a los ojos a Draco, después de todo había cosas que nunca cambian. – Y supones que yo estoy interesada – no pregunto, era una afirmación.

Sentencia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora