•Cap 1•

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Algunos dicen que nuestro destino está conectado a la tierra, que es parte de nosotros, como de nosotros a ella.
Otros dicen que el destino está entretejido como una tela, entrelazando el destino de uno con el de muchos otros.

Es aquello que más buscamos, o luchamos por cambiar.
Algunos nunca lo encuentran, pero hay otros que... son guiados a él.

En una isla donde un reino habitaba, eran conocidos como el clan Don Bruch, conformado por una familia real.

En el castillo, yendo a la zona de pelea, se encontraba el hombre que era el rey, que peleaba con varios hombres a la vez con una espada y escudo, teniendo una pata de palo que reemplazaba su pié izquierdo.

La historia de cómo mi padre perdió su pierna luchando con el oso demonio Mor'du, es leyenda.

Cuando un hombre intentaba darle con su espada en la pata de palo, no lograba hacerle ni un corte e incluso la espada quedaba atrapada en el corte.
Ante esto, Fergus miraba al hombre con molestia, para repentinamente ser lanzado hacia donde las armas se guardaban.

Me convertí en hermano, de tres hermanitos. Los príncipes
Hamish, Hubert y Harris.

Una mujer sirvienta del palacio caminaba por los pasillos con una bandeja de dulces, cuando repentinamente un pequeño niño de cabellos rojos y rizados lograba robarle uno de la bandeja, estando colgado de un candelabro.
Luego otro igual aparecía escondido en un armario, para que después un tercero corriera al rededor de la mujer con un florero, logrando marearla al girar con él, para repentinamente ver que donde debía estar la bandeja, en sus manos yacía el florero.

Pequeños rufianes más bien.

Los trillizos iban a la ventana para caer en una catapulta, activando esta para ser lanzados por el aire, logrando escapar de la sirvienta con los postres, aterrizando en una carreta con heno en ella.

Siempre se salen con la suya. Yo nunca me salgo con la mía en nada.

Dentro del palacio, las puertas de la sala del trono se abrían, revelando a un joven de cabellos rizados pelirrojo, que estaba mordiendo una manzana. Cuando se quedaba en plena acción al ver que abrían las puertas siendo visto por todos.

Soy el príncipe.

Elinor al ver a su hijo, soltaba un suspiro para hacer una seña de que se pusiera derecho y mostrara una sonrisa.

Soy el ejemplo.

Merid mordía rápido la manzana, para lanzar esta detrás suyo mientras se limpiaba con su brazo para sonreír. Al comenzar a avanzar tranquilo y con algunos pasos rápidos, todos las personas que estaban parados a los lados hacían reverencia ante él.

Tengo deberes, responsabilidades, expectativas. Toda mi vida fue planeada, preparándome para el día en que me convierta en... en mi madre.
Ella está acargo de cada segundo de mi día.

El joven subía las escaleras, para sentarse en su silla, mientras buscaba con la mirada a alguien, hasta que la encontraba en una esquina de la habitación.
Una joven de cabello castaño largo y suelto, ojos oscuros y con vestimenta de sirvienta, notaba que Merid la observaba, por lo cual daba una sonrisa como forma de saludo.

𝕍𝕒𝕝𝕚𝕖𝕟𝕥𝕖 (Male Merida X TN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora