Le club

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Desde que llegue a casa pude dormir unas dos horas, ya que mi sueño fue interrumpido por los gritos de mi madre:

-¡Hann! ¡Te hice el desayuno!

Suspiré y me levanté con cansancio de la cama.

Un pequeño detalle es que Vanesa no se había dado cuenta de que no estuve durante la noche.

Fui al baño a hacer mis necesidades, y cuando terminé bajé las escaleras para ir a la cocina.

-Hola mi vida. -Mamá me dio un beso en la mejilla. -Quería verte antes de irme a trabajar.

Me senté en el desayunador y comencé a comer.

-De nuevo te me vas. -Dije con un tono triste. -Cuando termines de estar tan ocupada con el trabajo quiero que hagamos algo juntas.

-Te lo prometo. Pero esto va a tomar tiempo.

-Si ya se supo que fue Felipe el culpable, ¿Qué siguen investigando?

-Hija, es algo muy complicado de explicar.

-Está bien, si no confías en mi lo entiendo.

Mi madre me vió cansada dándome a entender que esa no era la razón por la que no me lo contaba, y lo sabía.

-Te lo contaré cuando las cosas se calmen un poco. ¿Que harás hoy? -Preguntó para cambiar de tema.

-No se, ¿Salir? no puedo, ¿Ver a mis amigos? tampoco, ¿Hacer los trabajos que me mandan de la universidad toda la tarde? no me queda otra que hacerlos.

-Puedes verte con tus amigos Hannah, no te prohibo eso. Solo quiero que te cuides y tengas cuidado porque la seguridad de antes no es la misma que la de ahora.

-Entonces me dedicaré a hacer los trabajos y a verme con los chicos.

-Me parece perfecto. -Mamá vio la hora del reloj. -Se me hace tarde, cualquier cosa me llamas.

-Adiós. -Le dediqué una sonrisa tierna.

Me dió un pequeño beso en la frente y segundos después escuché las llaves cerrando la puerta.

Se fue mi madre, eso significa...

A dormir de nuevo.

***

Dormí sin manejar los horarios y me olvidé de poner la alarma, así que cuando me levanté maldije al ver lo tarde que era.

Supongo que hoy no voy a poder ver a los chicos, me quedaré haciendo los trabajos de la universidad.

Aunque no vayamos a clases presenciales, nos mandaban trabajos y dábamos algunas clases virtuales.

La nueva profesora que tomó el lugar de Elena era callada pero educada. No era de esas viejas malhumoradas ni mucho menos, así que me caía bien.

Igual ni me acuerdo de su nombre.

Estuve un rato largo haciendo los deberes hasta que terminé mas temprano de lo que pensaba.

Me empezó a sonar la panza del hambre, ya había pasado la hora de la merienda y en mi casa no había nada, así que me dirigí al supermercado que quedaba cerca.

Salí de casa y el Sr. Baker estaba regando sus plantas.

-Buenas tardes Sr. Baker. -Lo saludé.

Mi vecino era malhumorado y no se llevaba bien con nadie del pueblo, pero por alguna razón cuando lo veía me saludaba y yo también. Es de esos hombres mayores que no tienen familia ni hijos, me daba pena.

Ábralin [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora