-Carajo, Hannah. -Gimió en mi boca, ahogué un grito de placer cuando su lengua volvió a devorar mi garganta.
Me agarré de las sábanas fuerte, mientras me penetraba cada vez mas rápido, haciéndome estremecer.
Nuestras respiraciones y besos son un desastre, estando nublados de la excitación y la lujuria del momento.
Su lengua bajó a mi cuello, dejando un camino de besos húmedos y marcas que me volvía loca. Agarró mi pezón con una mano, jugando con él, mordiéndolo y succionando.
Con su otra mano me agarraba de las caderas, guiándome a su ritmo, apretando fuertemente haciéndome sentir dolor y satisfacción.
Su atención volvió a mis labios, mordiéndolos.
Estuve a punto de correrme, una sensación en mi vientre de dolor llegó, hasta que paró sus embestidas.
-Rodea tus piernas en mis caderas. -Dijo con voz ronca, firme.
Sólo pude asentir y obedecer.
Cuando me até a él, agarró mis nalgas y me alzó, pegando mi espalda en la pared. Empezó a penetrarme de nuevo duro y rápido.
Clavé mis uñas en su espalda, haciendo que él gruña en mi oreja.
Rodeé mis ojos de placer y gemí al sentir como se llenaba dentro de mí, su pene palpitando y expulsando su orgasmo.
Sacó su miembro de mi interior, y me sentí vacía.
-Marko... -Jadeé, para que vuelva a follarme.
Sus ojos se oscurecieron. Me miraron con deseo.
Sentí sus dedos en mi punto más sensible. Masajeó mi clítoris, mientras me daba besos largos y lentos.
Grité en su boca al sentir cómo me masturbó con sus dedos fuertemente, haciendo que mis entrañas duelan y sienta el vientre a punto de explotar.
-Me encanta cuando te pones así para mi. -Me susurró. -Córrete en mis manos.
Eso bastó con tener un orgasmo, todos mis flujos empaparon sus dedos. Me miró y me llevó hacia la cama, empezó a besarme todo el cuerpo hasta llegar a mi cuello, para apoyarse en mi pecho.
Nuestras respiraciones empezaron a calmarse y nos quedamos abrazados hasta dormirnos.
***
Desperté en la habitación de Marko, pero él no estaba. No le di importancia y fui al baño e hice mis necesidades para bajar a desayunar.
Al llegar a la cocina lo vi haciendo el desayuno, no pude evitar ver el bóxer que le marcaba muy bien el culo.
-Déjame de comer con la mirada, pervertida.
No me di cuenta que había notado mi presencia.
-Ya quisieras. -Me sonrió y se acercó a mi para besarme. -¿Cómo dormiste?
-B... -Antes de poder contestar, una voz muy conocida nos interrumpió.
-Con razón los ruidos de anoche. Estuvieron insoportables. -Anna tenía la mirada como si no hubiera dormido nada.
-Buenos días. -Se rió Marko.
-Imbécil.
Yo no pude evitar sonrojarme.
***
POV MARKO:
No paraba de reír al ver a Hann sonrojada por susurrarle al oído en público.Pasé toda la tarde con ella, me pidió que la acompañe a una librería, que me olvide el detalle de que yo tengo que ir a trabajar en unas semanas, y yo aproveché a comprarme discos.
Ahora nos encontramos discutiendo a dónde mierda íbamos a cenar, porque yo quería sushi y a ella no le gusta el pescado.
-Vayamos a la hamburguesería de Rodo, son buenísimas, una vez fuimos con Theo y nos quedamos fascinados. -Dijo con emoción. -¿Quieres ir?
-Suena bien, nunca las he probado. -Me di cuenta que ocultaba una sonrisa. -¿Qué? ¿Qué me ocultas?- Pregunté divertido.
-Ya verás cuando vayamos. -La miré con desconfianza y fuimos a comer.
Nos sentamos, el lugar estaba repleto de gente.
-Hola jóvenes, buenas noches -Saludó el mozo con una sonrisa mientras se quedaba mirando como un idiota a Hannah. -Les dejo la carta. -El hombre nos recibió amablemente, bastante amable con mi chica para mi gusto, pero lo dejé pasar.
Pedimos y hablamos mientras esperábamos a que las hamburguesas lleguen.
-¡No jodas! Aquí está el desaparecido con Hannah Myers. -Me abrazó Lucas. -¿Qué pasó con mi chico fiestero? Todavía me debes ese trío.
Miré a Hannah, la noté incómoda.
-Lucas, no creo que sea el momento.
-Oh, entiendo. -Me guiñó el ojo y después dirigió su atención a Hann. -Preciosa, nos conocemos de vista, pero nunca habíamos habl...
-Ni se te ocurra. -Lo interrumpí. -Al menos que quieras que te deforme la puta cara que tienes.
Hann comenzó a reírse, eso hizo que mi mal humor se calme.
-Ey ey tranquilo. -Soltó una risa nerviosa. -Era una broma hermano. Escucha, con unos amigos vamos a hacer una escapada al otro lado del pueblo, te quería invitar. Puedes llevar a tu bombón si quieres.
Miré a Hannah por un segundo. -No cr...
-Suena genial. -Intervino. -¿No?
¿Me está jodiendo?
-¿De verdad te parece buena idea? -La miré sin poder creerlo.
-No encuentro lo malo.
-Veremos después. -Terminé la conversación, mirando a Lucas para que de una vez se vaya y me deje a solas con Hann.
-Está bien. -Dijo. -Avísame.
Hizo una seña como saludo, y se fué.
-Me cayó mal. -Confesó. Me eché a reír.
-Si, es un imbécil. Lo conocí por Victor, y ahora se piensa que es mi mejor amigo.
-Hablando de Victor... ¿La policía encontró algo?
-Nada. -Solté, decepcionado.
-Ya va a aparecer. -Me acarició la mano y le sonreí.
-Eso espero.
Después de un rato llegaron las hamburguesas. Me sorprendí cuando probé esa maravilla. Es riquísima.
Al terminar nos fuimos del restaurante y caminamos hasta mi auto.
-¿Todo bien? -Preguntó al ver mi cara de disgusto.
-Si, sólo que me cayó un poco mal la comida. Estuvo riquísima pero joder, necesito un baño urgent...
Paré cuando Hannah empezó a reírse a carcajadas, poniéndose toda roja.
-¿Vis... -Se trabó riendo de nuevo. -¿Viste que antes de comer me preguntaste si ocultaba algo?
-Si... -Dije confundido.
-Theo después de esas hamburguesas se cagó encima.
-Eres una tarada.
Siguió riéndose y la agarré del brazo para correr hacia un baño.
Entramos a una tienda donde tenía baño público y ella esperó a que salga.
-Va a ser la última vez Hannah Myers, la próxima comemos en mi casa y cocino yo.
-¿Y por qué nunca en la mía? -Se quejó enfadada.
-Porque cocinas fatal.
Rodeó los ojos y nos dirigimos, ahora tranquilamente, al auto.
ESTÁS LEYENDO
Ábralin [+18]
Mystère / ThrillerEl pueblo de Ábralin es muy tranquilo con pocos ciudadanos. Hannah, una chica muy querida por la gente, deberá enfrentarse a los nuevos vecinos llegados de Francia, y al mayor problema: las extrañas e inesperadas muertes. ¿Tendrán algo que ver Los A...