Hola, dulce Violet.
Si tuviera una cámara podría haber captado lo hermosa que te veías hoy, tan irreal, parecías sacada de esas películas románticas clichés, he de admitir que siempre te ves preciosa, pero ¿hoy? Hoy te veías como un ángel.
No creo en Dios pero ante ti me arrodillo sin pensarlo, aunque tal vez para ti suene ridículo.
Soy un gran fanático de tu cabello negro, moviéndose al compás del viento, brillante ante el sol, viéndose tan suave como para acariciarlo mientras te miro a los ojos.
Y tus ojos... fácilmente podría quedarme como si estuviera hipnotizado viéndolos, pintados de un marrón tan lindo, que sin necesidad del sol pueden verse espectaculares, en conjunto con tus pestañas y tus cejas forman una mirada de otro mundo.
Lo sé, sueno como un poeta de bajo presupuesto, pero he de intentar hacerte ver lo sublime que te ves frente a mis pobres ojos.
No podría obviar los tiernos hoyuelos que se te forman al mostrar toda tu sonrisa, esa que se ve tan perfecta, que son completados con tus labios, siempre tiñados de rojo; no me quejo, te queda de maravilla.
Todos notan lo linda que te ves al hacerlo, irradias tranquilidad, calma, paz, aunque no te percates de eso.
Y tu piel blanca, soprendentemente libre de imperfecciones, solo llena de lunares que amaría repasar a besos.
No me alcanzaría el tiempo para repasar cada pequeña cosa de ti me encanta, todo de ti me llena de ternura el alma y me fascina esa sensación, añoro el día en el que por fin pueda por un momento entablar una conversación contigo, incluso aceptaria no llegar a ser nada, solo estar ahi para ti si me necesitas.
Att:
Tu admirador secreto.
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Mi dulce Violet.
RomantizmÉl le envía cartas a ella. Eso es lo único que la hace sonreír.