➹ ✧

145 11 5
                                    

Mis ojos comenzaban a picar por los rayos del sol que traspasaban por las cortinas.
Fue cuando al fin me digne a despertar y con ello ver la hora marcada por el reloj, eran las 12 del mediodía, para mi desgracia hoy era viernes, lo que significaba que me había perdido de las clases en la academia.

Me senté sobre la cama y volteé a ver a mi lado, en donde Kokichi seguía durmiendo, su rostro se veía tan delicado y apacible que me causaba pesar el solo pensar en despertarlo. Supongo que él se daría cuenta más tarde que había perdido un día de escuela también.

En un principio me negaba rotundamente a dormir con Ouma a mi lado, sin embargo, parece ser que ha sido la mejor decisión que he tomado en toda mi vida, el descanso que por fin logré tener era una cosa del otro mundo, es como si las horas que no había logrado dormir en estos días hubieran sido reparadas en tan solo 15 horas.

Aunque parecía ser que yo no había sido el único aquí que había estado sufriendo de insomnio durante las últimas semanas, me tomé la libertad de analizar nuevamente el rostro de mi compañero, el cual presentaba ojeras que tenían un color casi rojo, creaban un gran contraste con su blanca y pálida piel.
Coloqué mi mano en su frente para comprobar su temperatura, al menos parecía que la fiebre había abandonado su cuerpo, casi por instinto deslicé mi mano por su mejilla, es como si buscara tener un poco más de contacto con su suave piel.

Vi sus párpados tensarse y de manera rápida alejé mi mano, tal parece que estaba a punto de despertar.

–. ¿Saihara? –Pronunció el contrario mientras tallaba sus ojos.

–. Buenos días Ouma.

–. ¿Qué hora es?

–. Las 12 del mediodía, ¿Dormiste bien?

–. Demasiado.

Tuve que reír ante esa respuesta, pues me sentía igual.
Aunque casi de inmediato cambié mi expresión por una más seria.

–. Hace algunos años yo fui mordido por otro alfa, por suerte mi tío se encargó de llevarme al hospital rápidamente.

–. ¿Lograron atrapar a ese alfa?

–. Sí, su nombre es Haiji Towa, no saldrá a caminar por las calles durante mucho, mucho tiempo.

–. Debió ser terrible. – dijo mientras colocaba su mano sobre la mía como acto de consuelo.

–. Lo fue, no cabe duda alguna de que lo fue.

–. ¿Cómo te sientes ahora?

–. Mejor, he aprendido a lidiar con eso.

–. ¿Sabes que no tienes que lidiar solo con eso, cierto? Estoy aquí contigo.

Por más que Ouma lo hubiera dicho por simple lástima, no se sentía así, sus palabras sonaban en su totalidad sinceras (algo que era raro considerando que estaba hablando con el rey de las mentiras), y hablando con sinceridad, me había hecho sentir muy bien.

–. Gracias Ouma, yo- –. Antes de que lograra completar mi frase el timbre de la puerta principal empezó a sonar una vez tras otra, al punto en que sentía el eco de estos mismos retumbando en mis oídos.

–. ¿Quién te visita a estás horas del día Saihara-chan?–. Preguntó Ouma, que de hecho seguía recostado en la cama, mientras levantaba su mano de la mía, por alguna razón desconocida eso me había hecho sentir un poco extraño. Me habría gustado seguir teniendo su mano conmigo.

–. Iré a averiguarlo, puedes seguir durmiendo si gustas.– Y acto seguido me levanté totalmente para después dirigirme hacia la puerta.

___________________________________________

Al fin pude actualizar, la escuela me está comiendo viva.

- ¡Hey Delta! - Saiouma/OumasaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora