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Pasé unos días en enfermería, al cuidado de Damon y algunos otros enfermeros, aunque él era mi favorito, porque era el único que no parecía una especie de ser de otro planeta, los demás solo venían, me curaban y se iban, sin embargo él era amable y acorde lo iba conociendo más me di cuenta de que teníamos muchas cosas en común.
Cuándo era Damon quién me atendía y no otro,las tardes eran más pasajeras.

-así que le dije que estaba bien, mis padres son muy...¿como decirlo? muy simples, ellos no creen en la guerra pero sabían que estudiando para enfermero de catástrofes me podía llegar a salvar

escucharlo hablar era como un bálsamo, siempre tenía una anecdota que compartir, alguna historia que aunque fantasiosa, lograba distraerme

-tus padres deben ser geniales

-cuándo esto termine te voy a llevar a casa así los conoces

no supe que decirle en ese punto, que la guerra termine podía tener un significado distinto para mí, él lo supo asi que interpretó mi silencio y siguió curando mi herida que ya no dolía demasiado

-¿pensas que voy a volver a combate pronto...

-ah,ahí están tus amigos-dijo mirando por la ventana acrilica de la campaña

yo no tenía amigos ahí, casi que ni siquiera sabía el nombre de nadie, asi que me llamó la atención que dijera eso.Me asomé por dónde él miraba y allí cerca estaban dos soldados que siempre iban juntos a todos lados.
uno tenía el cabello castaño y muy lacio, y era capaz de no comer con tal de intercambiar su ración por un atado de cigarrillos.
el otro era típicamente inglés y tenía el cabello muy rojo

-no deben estar por mi, les habrá tocado guardia

-mm...no, vienen siempre desde que estás acá y cada tanto me preguntan por vos

-¿qué?

-"¿como está el soldado Coxon?"-dijo imitando sus voces

me parecía algo raro, pero todo era raro, estábamos en plena guerra despues de todo.

Damon terminó sus curaciones y se fue. Cuándo Damon se iba, el dia se volvía largo y aburrido, tanto que en más de una ocasión he pensando en inventarme alguna molestia solo para demorarlo un poco más, pero nunca lo hice, porque habían muchos hombres con necesidades reales, y porque yo sabía por que queria que estuviera conmigo, y en los años cincuenta ningún hombre debía tener esos pensamientos acerca de otro hombre, era una especie de infección para mí, me asustaba e intentaba evitar pensar en eso.

Pasé la tarde durmiendo y cuando volví a despertar, era de noche, aunque no tanto porque aún no habíamos cenado.
Fue la primera vez que me desperté sin nada de dolor, asi que me levanté para intentar ir a orinar, era un poco humillante necesitar ayuda para eso.
Me levanté, salí de la campaña y caminé hasta unos arbustos; en ese momento escuché un suave murmullo detrás mio, y como en dónde estaba no era precisamente un jardín de rosas, voltee bruscamente enfrentando a lo que sea que estuviese atrás.
Vi un movimiento entre algunos árboles y corrí, no podía dejarlo escapar.

Corrimos unos metros, pero mi "presa" tropezó con algo, tal vez la raiz sobresaliente de un árbol y cayó al suelo.

-¡tranquilo! ¡soy yo!-gritó al verme acercar y encender su linterna. asi comprobé que era el pelirrojo que según Damon, iba a vigilarme cada día

-¿que queres?

-solo...nada,merodeaba por acá y...¡empezaste a correrme!

lo dejé ponerse de pie, no parecía un peligro y no debería serlo, éramos del mismo pelotón.

-¿por qué me vigilas?

-no lo hago

-no sé ni tu nombre y...

-soy Dave, y no te vigilo, Graham, solo...

Era extraño que supiera mi nombre, como dije, nosotros éramos números

-¿quién te manda a vigilarme?

-ya te dije que nadie

lo empuje contra un árbol preparándome para una pelea, pero no hizo falta, el tal Dave se deshizo en mi agarre

-¡el sargento! ¡el sargento Gallagher nos pidió a Alex y a mí que te vigilaramos! ¡no me pegues, tengo un récord en no obtener un solo rasguño!

-¿el sargento?

-quería asegurarse de que estuvieras bien, y bueno como Alex y yo tampoco somos los mejores...

-¿por qué quiere eso?

-no lo sé, solo cumplo su orden, dicen que el sargento es bastante rígido con quién lo desobedece

No tenía sentido, el sargento y yo no teníamos más vínculo que él dando ordenes y yo recibirlas, habían muerto muchos de sus hombres y no parecía afectarle, ¿porque iba a preocuparse por mí?

Dejé que Dave se vaya y yo volví a la tienda sabiendo que iba a ser dado de alta tristemente dentro de poco.

●●●

A la mañana siguiente, para mi sorpresa, Damon tenía el turno temprano.
fue entonces cuándo me percaté de que mis desayunos allí eran distintos a los demás.
En una guerra, las provisiones son escasas, eso no debería ser sorpresa para nadie, a todos se les servía un jarro de té y dos rebanadas de pan.
A mi en cambio cada día me servían eso, más una fruta, un vaso de leche y a veces  frutos secos,nunca me había cuestionado nada, tal vez pensaba que mi salud lo ameditaba, pero para ser honestos, había tipos destrozados vomitando sangre o desnutridos, mi pequeña herida casi curada era prácticamente nada.

-¿por qué yo desayuno esto?-le pregunté. Damon parecía bastante cansado ese día

se encogió de hombros y sonrió

-es lo que el sargento me dice que te de

Bueno, eso era aún más raro, ya no podía ignorar esas cosas

-¿por qué?

-no sé, yo no le voy a cuestionar a ese tipo nada, mucho menos después de...nada

-¿después de qué?

-nada, tuve una discusión con él antes, digamos que ya nos conocemos

-¿y por qué?

-porque sí, Graham, si queres saber porque sos su protegido preguntale a él

esa contestación cortó más que una navaja, no estaba acostumbrado a esos tratos de su parte, me entristecio un poco, pero no dije nada, desayuné en silencio mientras él atendía a otra gente.

●●●

No hizo falta que fuese a preguntarle nada al sargento, por la tarde recibí su visita.

Después de todos estos años aún conservo el recuerdo del Sargento Gallagher.
era un hombre pequeño, pero altivo y prepotente.
caminaba rígido, con una expresión fría y dominante, si él deseaba dedicarte una mirada de las suyas podías sentir a tus huesos temblar dentro de cuerpo.

Aquélla tarde caminó hasta mí camilla.
yo quise ponerme de pie de inmediato, él era mi superior y tenía que brindar mis respetos, pero con la mano me indicó que me quedara quieto.

Damon estaba en la camilla de enfrente, asistiendo al tipo que volaba de fiebre. no dejó de mirarnos en todo el tiempo que duró la visita.

-¿como está, soldado Coxon?

-estoy mejor, señor, probablemente pueda volver a combate mañana o tal vez el...

-eso no importa-dijo sentandose en la silla que estaba junto a mí

"eso no importa" ¿que quería decir eso? yo era un soldado más en su pelotón y mi capacidad para el combate era todo lo que debería importarle

-señor, yo quería preguntar...

Pero no podía, esa mirada indescifrable me ponía nervioso.
Él no insistió con mi pregunta, pero fue esa misma noche, tal vez la noche más tranquila en mucho tiempo, que entendí todo sin la necesidad de preguntar nada.

TrincherasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora