9

74 9 36
                                    

Aquél día llegué a casa con la cabeza repleta de cosas pero eso estaba bien, no tenía buenos pensamientos hacía muchos años.
Noté que Anna no estaba pese a ser bastante tarde, me había dejado una nota que decía que cenaria con su hermana y que tenía lasaña en el congelador pero yo no tenía hambre, solo me acosté un momento en el sofá y empecé a pensar en Damon y en lo mucho que podría hacer con él si se quedaba conmigo; Pensé también en que me hubiese acostado con él si solo me lo hubiese pedido, pero no lo hizo y supongo que al menos para mí eso era lo mejor.

Desperté tarde en la noche con las luces del alumbrado público en mi cara; fui a la habitación y no había nadie allí, me dejé caer en la cama y volví a dormir hasta el dia siguiente.

Por la mañana abrí los ojos y escuché la voz de Anna que venía de la cocina; el olor a café recién preparado era potente y podía distinguir una voz más en casa.

Llegué a la cocina sintiendome bien, había dormido sin interrupciones ni pesadillas, pero la paz y buen humor que sentía se fueron a la basura cuando vi a Damon allí, hablando con mi esposa

-no te desperté porque hoy no trabajas y parecías cómodo-me dijo ella

tomé a Anna por la cintura, besé su mejilla y miré a Damon que parecía tranquilo y sonreía

-¿que haces acá?

-solo quería averiguar algún hotel por acá, me voy a quedar unos días

-le dije que podría quedarse en tu hotel pero dice que no quiere molestarte-dijo Anna mientras me servía una taza de café

yo me sentía incómodo y molesto, no me gustaba sentirme invadido y era exactamente eso lo que Damon estaba haciendo.

Anna desayuno con nosotros; parecía encantada con Damon, parecía que se conocían de toda la vida.
Cuando terminó dijo que nos dejaría solos para que pudiéramos hablar y se fue al jardín, Anna cuidaba sus flores más que a ella misma.

-¿que estas haciendo acá?-le pregunté a él intentando no levantar la voz

-quería saber de hoteles y Anna me dijo que...

-no juegues conmigo

me miró fijamente por unos segundos y apoyó una mano sobre la mía

-te quería ver-susurró

-nos vimos ayer, además está mi esposa en la casa ¿te volviste loco?

-dije ver, no dejarte cogerme

-¡por favor!-exclame retirando su mano de la mía

-solo quiero ayudarte

-¿presentandote en mi casa de sorpresa y haciéndote amigo de mi esposa?

-hoy no trabajas ¿no?-preguntó ignorando por completo mi enojo-hay una feria, podríamos ir

todo me parecía demencial, no sabía que hacía este hombre en mi casa invitandome a pasear como dos adolescentes

-los días que no trabajo, duermo, asi que no, gracias

-¡vamos! Anna cree que sería bueno, además no dije de ir solos, si eso te preocupa, Anna va a ir, y su hermana

-¿planearon todo mientras yo dormía?

-algo así-dijo dandole el último sorbo a su café-anda a vestirte, dale

●●●

Con Damon las cosas siempre eran a su manera, asi que un par de horas más tarde estábamos todos, él, yo, Anna y su hermana Marie, deambulando por la feria.
Anna iba de mi brazo comentando lo rápido que habían armado todo mientras yo veía a Marie enloquecida por Damon, ellos iban de la mano como si se conocieran de toda la vida, o al menos eso parecía pretender mi cuñada, porque Damon, cada tanto, volteaba a verme y sonreía, y yo sentía que de pronto no había nada mal, si él estaba cerca todo parecía ir mejor.

Almorzamos comida grasosa y nos subimos a algunas atracciones que no parecían demasiado seguras durante horas.
Cuando se hizo tarde, Marie nos invitó a su casa a seguir comiendo, yo creía que no podría pero finalmente ahí estaba, comiendo pastel y café junto a ellos

-¿y sos médico de adultos o también de niños?-preguntaba Marie, todas sus preguntas o comentarios iban dirigidos a Damon quién amablemente, como un actor de películas americanas o como un domador de serpientes, le respondía y la hacía enamorar aún más.

Anna y yo no hablábamos mucho y en realidad soy generoso, Anna y yo no hablábamos de nada.
Sin embargo la notaba especialmente incómoda y nerviosa, algo ausente, supuse que estaría en sus días o alguna bobería de mujeres

-pueden quedarse a cenar-gritó Marie-no ceno desde antes de ayer, vivir sola y no tener a nadie con quién comer hace que te olvides

-pero ayer cenaste con Anna-le dije

ella me miró confundida y luego miró a mi esposa sentada a mi lado que se escogía en el asiento

-¿si?-le preguntó-¡oh si! es verdad, a veces creo que olvidaria la cabeza si no la tuviera pegada al cuerpo

-¿dónde estuviste anoche?-le pregunté a Anna

ella me miró seria y luego desvió la vista

-Anna, dijiste que estuviste toda la noche acá...

-Graham, lo olvidé, pero si vino...

-¡callate Marie! Anna, ¿que esta pasando?

-hablemos de esto en casa

-¿cual casa? vas a decirme que pasa ahora

-¿en serio?-preguntó. en sus ojos había violencia-¿queres que te diga dónde estuve anoche? ¿delante de ellos?

el corazón me latia rápido, no me sentía bien, tenía la mirada de todos encima

-¿dónde estuviste anoche, Anna?

-con Jerry

-¿Jerry?-pregunté confundido intentando buscar en mi lista de nombres mental-¿el...de la tienda?

ella dijo que si y empezó a llorar

-capaz deberíamos salir a fumar...-dijo Damon tomando del brazo de Marie, pero ella se apartó

-claro que no, quiero escuchar esto

-¿me sos infiel con Jerry?

yo estaba tan confundido y asqueado, no entendía nada de lo que sucedía a mi alrededor

-vos nunca estas en casa...

-¡porque trabajo!

-¡trabajas para evitarme!-gritó poniéndose de pie-¿pensas que no lo sé? no me soportas, y a lo mejor yo tampoco

-¿Anna, te volviste loca?

-¿loca? no estoy loca, estoy cansada, cansada de tus desprecios, de tus ausencias, de tus infidelidades...

-¿de que hablas?

-de los jueves, Graham ¿pensas que no lo sé?

el estómago se me comprimio completamente, si Anna sabía de los jueves con Noel estaba muerto

-vayamos a casa y...

-¡no!-gritó-no quiero que vuelvas a casa, tenes a tu amigo de la guerra, andate con él a un hotel, yo quiero el divorcio-dijo y corrió por las escaleras siendo seguida por Marie

Miré a Damon quién también me miraba

-¿que pasa los jueves?-preguntó como una vieja chismosa

pero yo no tenia tiempo para eso, tenía que empezar a prepararme para el resto de mi vida.

TrincherasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora