Dormimos toda la noche juntos y la mañana siguiente, aprovechando que aún no tenía que ir a trabajar, tomamos el desayuno en la terraza del hotel.
La mesa estaba llena de cosas: tostadas, frutas,cerales, yogurt, mermeladas, jugo; pero yo solo tomaba café,no podía dejar de pensar en los pasos que tenía que seguir con respecto a mi divorcio.
-parece que si, pero en realidad no hay una sola cosa sana en esta mesa, ni siquiera las frutas, creo-dijo tomando una manzana-que están abrillantadas y eso tiene conservantes...
-no sé que voy a hacer
Me miró y dejó la manzana sobre la mesa
-tenes que tener paciencia, hacer las cosas bien, hoy no se va a resolver nada, deberías descansar
-si pero el descanso no es para siempre, necesito tener un plan, saber a donde ir...
-¿y...nosotros? sé que no es momento, pero...
-¿que pasa con nosotros?
-bueno, ahora que te vas a divorciar y yo vine a verte podríamos...
dudaba, parecía tímido y eso era impropio en él
-¿que?
-hacer algo juntos-murmuró nervioso
-¿juntos? ¿como...pareja?
dijo que si con la cabeza como si temiera usar las palabras conmigo
-¿dos hombres viviendo juntos? ¿estás loco?
-Graham, yo no me escondo de nadie
-el mundo no está preparado para eso, sé que vos estuviste en otros lados...
-si, y es genial, no quiero ocultarme
-¿tuviste...¿conviviste con otros hombres?
-si, con uno
-¿y que pasó?
-nada, era hermoso, divertido, me gustaba mucho
-¿entonces?
-no había magia, no la sentía, yo sentí eso una sola vez y por eso estoy acá... y no me quiero ir-dijo tomando mi mano por encima de la mesa
Miré sus dedos frotando suavemente los mios y no podía decir que me sintiera mal, me gustaba eso,me gustaba tenerlo
-no quiero que te vayas
-yo nunca dejé de pensarte, nunca
-pasó mucho tiempo
-y en todo ese tiempo siempre pensé que quería verte, pero en realidad no me animaba a hacerlo, tenía miedo de que no quisieras...bueno, que no me vieras como antes
-tuvimos demasiado poco tiempo juntos
-¿queres decir que no te gusto tanto?
-quiero decir que te quiero conocer
-pero ¿te gusto?
-como te gusta que te digan eso, eh, y te lo deben decir todo el tiempo
-quiero que me lo digas vos-dijo sonriendo, más confiado
-me gustas mucho-le dije, creo que nadie me había gustado mucho antes
se inclinó sobre la mesa para besarme pero lo detuve
-acá no, bajemos a la habitación-propuse y eso hicimos, dejando ambas tazas de café aún humeantes.
●●●
En cuánto entramos empezamos a besarnos.
Había estado con dos hombres en mi vida hasta ese entonces y ninguno de los dos tenía comparación.
Damon no me castigaba, era suave y sus manos no buscaban lastimar, querían acariciarme, hacerme sentir bien; sus besos me hacían olvidar todo,completamente todo, cómo si nada existiera después de él, y finalmente asi fue, asi es.
