Día 31: "llevaré uno extra, por si lo olvida"

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Capítulo 18
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Los oscuros mechones caen acariciando su clavícula, hace un mes pensaba en cortarlo, pero después de aquella confesión por parte de su adorable amante prefiere mantener el largo. Sonríe con maldad cuando termina de secar los cabellos, desenchufa la secadora y con cepillo en mano llega hasta el sofá donde su lindo rubio descansa. Minutos después se encuentra sentado de piernas cruzadas en el suelo y frente al televisor, el cabello ha sido peinado y ahora se encuentra siendo recogido para formar una trenza. Suou tararea contento, dedicarse tiempo para cuidados y mimos es lo mejor, todo es cálido y suave, ama sentirse así. Y ahora estos momento son prolongados todo lo posible, Nirei ya no siente la necesidad de huir y puede dedicarle tiempo al cabello de Suou, el disfrute es para ambos.

—El nuevo champú te sienta bien —comenta Nirei, apoya la nariz contra la oscura cabellera.

Suou voltea y muestra una traviesa sonrisa al tiempo que envuelve la cintura del rubio, hay una depredadora intención en su mirada. Sabiendo las intenciones de su pareja, Nirei no puede evitar estremecerse.

Sin embargo, no es la única actividad que aumentó en tiempo y constancia, el sexo nunca fue algo a lo que pusieran especial empeño, ninguno tenía esa pasión desenfrenada y eso estaba bien, pero después de la confesión parece haberse liberado el fuego de la pasión, despertó algo que creían inexistente. Han tenido más encuentros deliberados y atrevidos, bueno, esto último está por verse, hace unos días terminaron masturbándose en el baño de un restaurante y Nirei aún no supera la vergüenza de eso, Suou esta bien siempre y cuando nadie los atrape.

—Quieres jugar, ¿ahora? —cuestiona Nirei, no es entusiasta sino todo lo contrario.

—¿Tenemos tiempo?

—En realidad no, perderemos el tren.

—Entonces en el tren.

Al escuchar esa sugerencia las mejillas de Nirei toman un furioso color rojo, verlo así hace al corazón de Suou rebosar de ternura.

—No, eso no.

—¿Cómo puedes avergonzarte con sólo hablar del tema?

—Ya sabes lo fácil que es volverme emotivo.

—Y eso es dulce —comenta Suou rebosante de cariño, estira los brazos para envolver y aplastar esas mejillas sonrojadas.

Akihiko encuentra la expresión amorosa de Hayato intoxicante, no quiere luchar, cede y cae en los brazos del amor dejándose ahogar por la más pura felicidad.

Al minuto siguiente suena un celular, es el taxi solicitado anunciando su llegada. En el viaje a la estación hacen una parada para comprar chucherías, de seguro en el tren habría un carrito de venta pero a un precio de infarto. Haciendo una rápida selección Suou llega a la caja, está por pagar cuando la pregunta “¿algo más?” desbloquea un recuerdo: su amorcito ama los dulces y en su último viaje estuvo triste por falta de azúcar. Esta vez Nirei va preparado o eso fue lo que escuchó esta mañana, ante la duda Suou decide llevar uno extra.

—Una bolsa de gomitas, por favor —pide y señala el producto querido.

La primera hora en tren es consumida durmiendo y al despertar pierden otra hora en el celular, luego deciden ver una película y por ello se acurrucan en un abrazo, las miradas indiscretas aparecen, pero ellos son inmunes al veneno. A mitad de película Nirei termina el primer paquete de gomitas y cuando busca los demás en la mochila recuerda no haberlos comprado, de inmediato mira a su novio con ojos tristes.

—No puede ser, olvide pedirte comprar gomitas cuando fuiste a la tienda.

Nirei parece querer agregar algo más, quizás un insulto a su propia persona, pero opta por golpear su cabeza contra el hombro de Suou y verse miserable con eso siempre consigue palabras dulces y muchos besos.

—Y por eso estoy aquí para ti —dice Suou sacando la bolsa de golosinas de su mochila. Ve a su compañero revivir lleno de emoción con ojos brillantes y una adorable sonrisa genuina. Suspirando enamorado, Suou se pregunta cómo una simple expresión de Nirei puede hacerlo tan feliz.

—¿Eres un ángel? Definitivamente puedo ver una luz a tu alrededor.

—No, sólo te conozco bien.

—Un ángel modesto.

El hombre del parche ríe ante las ocurrencias de su pareja y hace entrega de las golosinas, comienza a avergonzarse cuando Nirei no deja de verlo con esa adorable expresión, esta embelesado. Es encantador y Suou siente el corazón volverse ansioso, este tipo de intercambio por alguna razón le avergüenza mucho.

—Ya basta.

—Eres mi ángel guardián.

—Oh, mi… —murmura Hayato sintiendo el calor subir a sus mejillas. Incómodo se aparta del rubio buscando tranquilizar su emocionado corazón.

Y así enamoras a tu hombre. Nirei sonríe contento al tener éxito con su simple y limpia estrategia. Con el índice toca la sonrojada oreja, baja hasta golpear el colgante, con eso consigue la atención del propietario y después de una cariñosa mirada comparten una alegre sonrisa.

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