Emily inhalo profundamente, aspirando un poco mas del cigarrillo que tenia en sus labios. Estaba ansiosa y nerviosa, lo cual no era una buena combinación.
—Es un habito de mierda—se quejo Damon, apareciendo a su lado de manera sorpresiva, logrando que ella se sobresaltara.
Con un veloz movimiento, ella se volvió hacia el hombre de pie a unos pasos de ella. Estaba totalmente vestido de negro, sin una mínima marca de color a la vista. Su mirada seguía igual de ensombrecida que la ultima vez, acompañada por aquella extraña tristeza casi lúgubre.
Si ella no sabia que estaba junto a un rey de la mafia, bien podría confundirlo con algún personaje del romanticismo ingles extraído de la literatura.
—Lo dice el hombre que mata personas para vivir—respondió ella a modo de saludo, mientras soltaba el aire en dirección de Damon, con la clara intención de irritarlo o fastidiarlo.
Emily no estaba segura de que buscaba generar, pero deseaba algo, algún tipo de reacción de su parte. Lo que fuera.
Pero Damon se mantuvo neutral, sin la más mínima emoción reflejada en sus rasgos de piedra.
—Hago mas que eso para ganarme la vida—comenzó a decir el con desdén—, cosas que no te dejarían dormir.
—Ilústrame... no soy una persona que pierda el sueño con mucha facilidad—insistió ella, buscando obtener algo de información.
La realidad era que no conocía mucho al respecto de la vida de Damon. Solo sabia su apellido y que era demasiado peligroso. Pero ciertamente no estaba al corriente de la clase de negocios que el manejaba con su gremio.
Algo que le interesaba mucho. En especial si quería convertirse en la nueva reina de todo eso.
Damon le dedico una larga mirada durante algunos segundos, evaluándola con especial detenimiento y dureza, hasta que simplemente se apartó de ella para buscar asiento en una plaza cercana.
Emily lo siguió, consciente de que miles de ojos la estaban observando desde las sombras.
Había sido Damon quien escogió aquel punto de encuentro. Un lugar publico y sumamente concurrido, una plaza para niños. Era la tarde de un fin de semana, por lo tanto, el lugar estaba lleno de ellos.
Resultaba extraño encontrarse en un lugar como ese, en especial cuando tenían que tratar un tema en extremo delicado.
—¿Cómo reacciono Samuel a tu secuestro? Al parecer no le intereso demasiado tu ausencia—dijo el con una mirada fría en su dirección.
>>Maldito idiota<< se dijo a si misma, sintiendo el golpe de aquellas palabras.
—Mi vida privada no es de tu incumbencia—siseo ella en respuesta.
Damon bufo una risa seca, mientras una esquina de sus labios se alzaba ligeramente. El fantasma de una sonrisa muerta y demasiado lejana.
—Tu vida deja de ser privada cuando puedo leer lo que ocurrió en tu rostro, Koroleva—dijo Damon con un pequeño destello de humor enmascarando sus palabras—. De igual modo eres demasiado predecible... tuviste sexo con él.
—Tuve sexo con un hombre al que pienso traicionas... ¿Y? si me voy al infierno no será por ese pecadillo, de eso estoy segura—respondió Emily, mientras asesinaba la poca vida del cigarrillo, antes de arrojarla a un lado suyo—. ¿Qué significa Koroleva?... ¿Acaso me estas insultando?
—A estas alturas, seria muy necio de mi parte juzgarte por no tener el cielo ganado, en especial cuando existe un castigo especial reservado para mi en el infierno... aunque muchas veces me pregunto si acaso no estoy ahí—reflexiono Damon, reclinándose hacia atrás, mientras alzaba su mirada hacia una pequeña niña que corría para ganar el lugar en una hamaca individual—. Y en respuesta... si, es un insulto.
ESTÁS LEYENDO
Éxtasis
RomanceLuego de que su vida se derrumbara ante sus ojos a causa de una desilusión amorosa, Emily se ve empujada a dejar todo atrás y comenzar una nueva vida... junto con el jefe de la mafia italiana. Entre el odio, la desesperación y el deseo de venganza ¿...