Emily paso una mano por su cabello, mientras detenía finalmente el vehículo frente a la mansión de Damon. Con movimientos lentos y firmemente marcados, ella descendió y se aproximo a la entrada principal.
Allí, al pie de la pequeña escalera estaba el rey de los rusos, junto a Casper. Emily sonrió con somnolencia, mientras se aproximaba a ellos. Evito mirar demasiado en dirección a Casper, puesto que tenia la mala costumbre de marcar a sus objetivos de forma visual, igual que los animales.
—Buenas tardes, muchachos... ¿se cansaron de espiarme? —ronroneo ella con diligencia, mientras cruzaba los brazos sobre su pecho.
Ella lo sabía. Había notado el vehículo que la seguía a cierta distancia, como también así a los hombres apostados alrededor de la mansión de Samuel.
Resultaba absurdo pensar que los hombres de Samuel no se habían percatado de su presencia, en cada rincón del lugar, por lo tanto, solo había una respuesta posible, el les había permitido estar allí.
Tanto Damon como Samuel tenían sus propias intenciones, su propio plan oculto, uno que no pensaban revelar prontamente a ella.
—En realidad, nos resulto interesante—respondió Casper. Su acento ruso iba y venía, el podía manejarlo a la perfección, pasando desapercibido si así lo deseaba—... ¿Fuiste a darle los buenos días a tu ex?
—Soy una mujer sentimentalista, añoraba el pasado—respondió ella con dulzura.
Damon rio, pero no dijo una sola palabra al respecto. De eso se encargó Casper.
—¿Sentimentalista? Lo lamento, pero para tener sentimientos hay que tener corazón, algo que no tienes—arremetió con cierta arrogancia el hombre de Damon.
—Te equivocas, cariño, yo tengo corazón—comenzó a decir ella, avanzando hacia ellos, mientras se llevaba una mano hacia su pecho escotado—. Un corazón de piedra y hierro, tan solidos que me vuelve impenetrable a los puñales y dagas.
—Ya veremos...—canturreo Caspian, mientras volvía a abrir la boca.
Pero Damon alzo la mano, silenciándolo.
—¿Qué te propones, Emily? —el tono del rey ruso fue rígido e inmutable.
Ella sonrió y avanzo un paso mas hacia ellos, mientras deslizaba una mano en su bolsillo. Ante la atenta mirada de ambos, expuso una pequeña bolsa transparente con pastillas de múltiples colores.
—Esto, me propongo esto—comenzó a decir ella con una leve sonrisa—. Estas bellezas serán las que me den la corona italiana.
Casper rio profundamente con desdén, mientras negaba con la cabeza, asumiendo que ella había perdido la cabeza. Pero Damon se mantuvo serio, incluso un poco mas rígido de lo usual.
—¿Pastillas? —hablo en tono burlón Casper—. ¿Piensas ganar una corona con golosinas de niños?
Emily no respondió, ella se mantuvo serena, con aquella sonrisa desdeñosa en sus labios.
No le interesaba sorprender a Casper. Aquel hombre poco culto y torpe no le interesaba en lo absoluto... sin embargo, Damon era otra cosa diferente.
—Son nuevas en el mercado—susurro con palabras lentas el rey—. El modelo de prueba que se lanzo aniquilo a las competencias... crei que era de los italianos.
—Y ellos creyeron que te pertenecía a ti—canturreo ella con gracia—. Pero no, estas ahora me pertenecen a mí.
Ante aquellas palabras, Emily volvió a guardar las pastillas en su bolsillo, mientras captaba la mirada atenta de Damon y Casper.
Los dos estaban totalmente serios, y ella comprendió el verdadero motivo.
Por primera vez, era una mujer la que tenia poder. Emily los tenia en sus manos, era su decisión la que importaba, la que regia a todos allí. Su palabra tendría peso y resonancia.
Cambiaria el curso de la vida de todos a su alrededor si tan siquiera se lo proponía.
—¿Cuál es el plan? —pregunto Damon con cierta inquietud.
Verdad y mentira. Ella no confiaba en Damon.
—Debilitar a Samuel—y a ti, se contuvo de decir—. Necesito que planees una reunión con el dentro de una semana, para hablar sobre la nueva droga que circula en sus territorios. Proponle una alianza.
Damon frunció el ceño, por lo que ella se apresuró a aclarar.
>—Dentro de una semana, extenderé una red de distribución tan grande que empujara a la ruina a Samuel... necesito que en ese momento le plantees una alianza, para que sus hombres vean lo débil que es. Yo me encargare del resto.
Casper bufo y maldijo en ruso, mientras negaba con la cabeza. Mientras tanto, Damon la observo lentamente, antes de asentir con firmeza.
El asombro y la admiración apoderándose de su rostro.
—Koroleva, eres brillante—dijo el, mientras se aproximaba a ella y le dejaba un beso en su mejilla—. Estaba seguro de que tu eras la indicada.
Emily le respondió con un guiño de ojo coqueto, mientras deslizaba las manos en los bolsillos de su chaqueta, asegurándose de no golpear ni romper el frasco de vidrio que contenía la toxina letal.
La misma que emplearía para destruir el reino de Damon.
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Éxtasis
RomanceLuego de que su vida se derrumbara ante sus ojos a causa de una desilusión amorosa, Emily se ve empujada a dejar todo atrás y comenzar una nueva vida... junto con el jefe de la mafia italiana. Entre el odio, la desesperación y el deseo de venganza ¿...