Capítulo 5:

173 24 17
                                    

Emily se quedo paralizada. Por la reacción de los hombres a su alrededor pudo darse cuenta al instante que nadie estaba al tanto de las intenciones de Damon.

Al parecer, a diferencia de Samuel, el no le contaba sus planes e intenciones a nadie.

La bella bailarina parpadeo, y por un instante una idea brillo en su mente. Una idea demente, absurda y extremadamente peligrosa... pero no pudo desecharla con tanta facilidad. No cuando parecía ser la respuesta a todos sus anhelos y deseos.

—¿Qué te hace creer que quiero ser tu reina? —siseo ella, mientras se inclinaba hacia un costado en su silla—¿Crees que traicionaría a Samuel para saltar a tu cama? No soy una puta.

La mirada de Damon se volvió mas intensa y profunda, mientras cruzaba la distancia que los separaba a gran velocidad. Sin demasiados protocolos el le quito las ataduras, ante la mirada confusa de todos, incluida la de Emily.

Por su parte, ella no movió un solo musculo. Sabia perfectamente que el grupo de hombres a su alrededor la estaba midiendo. Un movimiento en falso y ellos la ejecutarían.

—Creo, Emily, que somos iguales—comenzó a decir el, mientras se ponía al mismo nivel que ella—. Los dos deseamos el poder, lo necesitamos tanto como al aire en nuestros pulmones.

—Te equivocas, cariño—ronroneo ella con una sonrisa que exponía sus caninos—, no somos iguales. Yo no soy un monstruo.

Damon no dijo una sola palabra, simplemente se incorporo de su lugar, mientras observaba a Emily ponerse de pie. Ante la aguda mirada de todos los presentes, ella comenzó a caminar por la habitación, con gracia, clase y elegancia, incluso enfundada en aquella ropa que exponía demasiada carne.

>—Mi vida no será perfecta, pero al menos tengo algo a mi favor... libertad de decisión.

El rey de la mafia escupió una risa, antes de que Emily lo fulminara con la mirada.

>—Para todos ustedes yo tengo dos opciones. O coopero y mis llaves pasan a ser de otro dueño, o me rehusó a hacerlo y ustedes me matan—ella paseo sus ojos de uno en uno, hasta detenerse nuevamente en Damon—, o simplemente lo hace Samuel cuando se entera.

>—Según ustedes, solo puedo escoger la primera opción. La que ustedes decidieron previamente para mí.

Emily avanzo llegando hasta donde estaba Damon. Con una mano colocada sobre su pecho con firmeza, ella lo empujo, obligándolo a sentarse en la silla que ella había estado utilizando.

Todos los hombres a su alrededor alzaron las armas hacia ella, apuntándole a la cabeza, pero la bella chica simplemente continuo con sus movimientos.

Con Damon doblegado ante ella, Emily se inclinó sobre él, tomándolo por sorpresa.

>—Pero no pienso arrastrarme para complacer los deseos de un hombre—ronroneo ella contra su oído—. No llegue hasta aquí para doblegarme ante los deseos de un tonto con corona.

—En ese caso, imagino que ya tomaste una decisión—respondió Damon, con la voz afectada y la mirada oscura colmada de un brillo espectral.

—Así es, puedes matarme tu o Samuel... esa será tu decisión—dijo ella, mientras se sentaba a orcadillas sobre sus piernas—. Tendrás mi muerte, pero no mi vida.

Damon se la quedo observando, con su rostro inexpresivo. El la vio sentada sobre sus piernas, con todos sus hombres apuntando en su dirección.

No había calor en sus ojos, solo un brillo extraño. Reconocimiento y admiración, quizás... o quizás algo más.

ÉxtasisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora