Parte Única.

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Su amor está escondido en el fondo del mar, pero incluso en lo más profundo, logra salir a flote de vez en cuando. Y él intenta controlar la intensidad de ese sentimiento. Sin embargo, duele tener que esconder algo tan hermoso.

Jungkook es fuerte, mientras observa la foto de su novio, y suspira, pensando en todo aquello que no los deja ser completamente feliz.

Su pecho se encoje ante los recuerdos de cada momento que han vivido juntos. De repente una sonrisa se inmiscuye en su semblante, iluminándolo levemente cuando revive aquel instante cuando estuvieron en Las vegas un año atrás. Habían ido a comer con el personal de trabajo y uno de sus Hyungs, para celebrar el maravilloso show que habían logrado hacer esa noche. Después de cantar canciones, tomar algo de soju y degustar la deliciosa comida tradicional de su país, se despidieron de sus acompañantes, y subieron al vehículo que los llevaría de regreso al hotel.

Las vegas tenían una energía que creaba un efecto diferente en ellos. Se sentían libres, aunque básicamente era una ilusión, porque sabían que nada era para siempre, y el día de regresar a Corea estaba cada vez más cerca.

No obstante, el pequeño sabor de la libertad les había nublado la mente. A veces solo querían dejarse llevar y ser ellos mismos, ser gays, tontos, jóvenes, y estar enamorados juntos, sin importar el qué dirán.

''Amor, ven a mi habitación cuando te hayas cambiado de ropa, quiero mostrarte algo.'' La voz de su querido novio sonó bajita dentro del ascensor, ya era común llamarse con apelativos cariñosos cuando no había cámaras cerca. Sejin, su manager, les daba su espacio, manteniéndose casi en una esquina para no escucharlos.

''¿Qué vas a mostrarme?'' Espetó sugerente, a lo que Jimin, fastidiado, pero risueño, murmuró. ''Tal vez lo digo como una excusa para no dormir solo.'' Ambos rieron sin hacer mucho ruido, chocando sus hombros al salir del cubículo en el que habían estado segundos antes.

''Te veo en 15' '' Avisó el más joven antes de adentrarse en su habitación, que quedaba justo al frente de la de su pareja.

Tomó su tiempo en arreglarse, y cuando estuvo listo se encaminó hacia el cuarto de Jimin.

Una vez dentro, no podía creer lo que sus ojos veían.

'' ¿Tú hiciste todo esto?'' Su voz sonó ahogada, admirando los pétalos rojos sobre la cama, la champaña sobre la mesa, junto a unas hermosas copas de cristal, y sus chocolates favoritos.

Jimin le regaló una hermosa sonrisa acercándose lentamente a él.

''Sabes que no soy muy romántico, pero... Me siento tan feliz de estar contigo.'' Sus manos mucho más pequeñas se aferraron a su cintura. ''Quería agradecerte, y hacer esta noche inolvidable.''

Nadie podría comprender la intensidad y el amor con el que Jungkook miró a Jimin en ese instante. Solo la luna, que se posaba curiosa en la ventana abierta, y las velas que definían sus cuerpos, siendo testigos de cómo se convertían en uno.

Un puchero adorable se formó en sus labios, y se levantó del sofá en el que había estado reposando por más de media hora.

Le gustaba estar solo, pero no le gustaba extrañar a Jimin.

''Tal vez debería hacer un live para evitar llorar por ti patéticamente.'' Espetó en voz baja sin quitar su atención de la foto que aún sostenía, y la dejó sobre la mesa de noche de su habitación.

Cuando estaba con sus fans, ya sea virtual o personalmente, se sentía energizado, lleno de ganas de hacer las cosas, y por un momento quería olvidar que estaba pasando el día blanco sin el amor de su vida.

WHITE DAY.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora