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Minho siempre pudo considerarse un amante de la velocidad. Desde niño solía obsesionarse con la idea de sentir el viento chocar contra su rostro y enredar su cabello con la constante brisa que le dejaría un par de nudos difíciles de quitar; y aunque su profesión requería que usara casco y su deseo de tener la cara al viento se viera frustrado, siempre podía apreciar la manera en la que la realidad se distorsionaba cuando llegaba a una velocidad alta.

Por ejemplo, ahora. El mundo, tan grande a su alrededor, parecía moverse de manera menos lenta a medida que Jisung aceleraba por las largas rectas de la zona; amaba como las montañas en el horizonte parecían alejarse a una velocidad distinta a la de los árboles que lo rodeaban en cercanía, dándole una sensación de conexión profunda con el medio.

Probablemente no estar al volante debería estresarlo más de lo que lo hacía, pero Jisung parecía ser uno con la motocicleta, llevándola con una facilidad digna de admirar.

No habían dicho una palabra, Minho sólo apreciaba la vista, la brisa que se colaba por debajo de sus prendas y la sensación de libertad a medida que los colores del cielo comenzaban a tomar tonadas más cálidas. Por su parte, Jisung no tenía mucho para decir.

Sin embargo, no tomó mucho tiempo para que la escasez de tema de conversación tomara un rumbo distinto, cuando Jisung le avisó a Minho que ya casi llegaban.

— ¿Ah? Pero estamos en medio de la nada.

— Eso es lo que hace el sitio especial, obviamente. ¿Para qué quieres tanta gente en un sitio perfecto?

— ¿Perfecto?

— Ya verás.

Jisung tomó una curva un poco inesperada, sin embargo siguió siendo con total experticia. Minho por poco no se da cuenta de que era un desvío de la ruta principal.

Por lo menos no hasta que pasaron un pequeño túnel y... oh...

— Wow...

La vista era preciosa; una cascada se abría paso desde un pico tan alto que era difícil de ver desde su lugar. La carretera, para su sorpresa, parecía continuar por debajo de la corriente, algo que notó de inmediato debido a que el mecánico mermó la velocidad poco a poco hasta que el ritmo se volvió perfecto para admirar la gran vista.

— Hermoso, ¿no?

Los colores cálidos que apenas se notaban sobre la montaña se sentían acogedores, dando una sensación acogedora que Minho no había sentido en años.

Cuando pasaron por debajo del gran volumen de agua, no pudieron evitar mojarse. Sin embargo, ambos solo rieron mientras que Jisung intentaba acelerar un poco más para no terminar emparamado sin antes llegar al sitio que quería mostrarle a Minho.

Rápidamente dieron vuelta a la montaña, donde Minho finalmente se dio cuenta de por qué Jisung quería llegar antes del atardecer.

El sol, colocándose en el horizonte, por poco era una vista cegadora. Pese a ello, no podía dejar de mirar.

Jisung frenó en una pequeña plataforma que quedaba justo al borde de una curva, estacionando la moto en un sitio donde no se la llevaría un auto si venía muy acelerado (aunque había que admitir que era poco probable que alguien pasara por esa zona, especialmente a esa hora). Bajó el caballete de la moto para mantenerla sostenida en una posición parada, dedicándose a admirar la vista un momento antes de quitarse el casco.

Minho no se quedaba atrás con respecto a la sorpresa que sentía al ver el panorama tan interesante que le estaba recibiendo tan pronto como bajó de la moto para quitarse la chaqueta, pues al haberse mojado estaba lo suficientemente pesada como para tenerlo sintiendo que estaba a nada de caerse debido a la fuerza de gravedad.

Gato Negro ; MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora