Gato Negro ; Minsung

7

A Jisung juraba que tenía un sexto sentido que le avisaba cuando algo andaba mal cuando de Jiseok se trataba. Diría que era algo obvio, era su hermano menor, compartía sus genes de una manera tan exacta que su conexión podría ser incluso sobrenatural; pero debido a lo poco probable que era eso, simplemente lo llamaba intuición.

El único problema en ese momento era que... Jisung estaba manejando, a una alta velocidad en una autopista con un chico demasiado hermoso para su propio bien abrazándolo por la espalda, y en vez de sentirse libre y suertudo, un sentimiento de preocupación le había inundado de pies a cabeza.

— Mmm — Jisung sintió su pecho contraerse y se vio obligado a bajar un poco la velocidad si no quería estrellarse. Minho estaba muy cómodo recostando su cabeza en su espalda, pero obviamente se dio cuenta del cambio.

— ¿Estás bien?

Silencio. Jisung seguía frenando lentamente hasta que tuvo la velocidad adecuada para estacionarse a un costado de la carretera y tomar aire.
Minho no volvió a preguntar, sólo dejó que el chico colocara el caballete de la moto contra el suelo y buscara su teléfono en uno de sus muchos bolsillos.

Lo miraba con detenimiento, apoyándose ahora con sus brazos detrás de sí mismo, sosteniendo con sus manos la parte trasera de su propio asiento.

— Lo siento, pero... — Jisung encontró el teléfono y, antes de buscar su lista de contactos, volteó a mirar a Minho — ...algo anda mal.

Minho no dijo nada, sintiéndose sin probabilidad de rechistar.

Jisung llamó a su hermano como un reflejo automático y acercó su teléfono a su oreja, escuchando el insistente beep, beep, beep del timbre.
Y luego, hubo un corte que lo llevó a la contestadora.

¿Jiseok le había colgado?

Volvió a marcar, esta vez únicamente escuchando un beep antes de que la voz robótica de la contestadora le recibiera de nuevo.

Cuando volvió a marcar, no hubo ningún beep.

Había apagado su teléfono. Algo de verdad iba mal.

-*-

— ¿Lo apagaste? ¿Estás loco? — Seungmin le murmuró algo fuerte en el oído a Jooyeon, quien sostenía el teléfono de Jiseok con manos temblorosas.

El chico de cabello largo sólo atinó a mirarlo con ojos aterrados. Si Seungmin pudiera ver su boca, lo más seguro es que lograra ver un leve temblor en su labio inferior.
Ambos tenían un par de mascarillas que cubrían la mitad inferior de su rostro, totalmente negras que combinaban con un intento de maquillaje que buscaba ocultar sus identidades en ese lugar. Sus cabellos estaban recogidos y ocultos tras un par de bucket hats y lo único que se podía distinguir en sus rostros eran sus ojos.

— ¿Qué más quería que hiciera? ¿Decirle "hola, Jisung, robamos el auto de un corredor profesional para venir a las carreras con tu hermano menor"? — Seungmin rodó los ojos e iba a rechistar, pero Jooyeon no le dejó hablar — "¡Oh! ¿No te habíamos dicho? Jiseok compite en carreras ilegales, y gracias a su accidente ahora le debe millones a una mafia, ¡se nos pasó por completo contarte!".

— ¡Pudiste mentir! — Seungmin intervino en la crisis, agradecido que el ruido de los autos amontonados en aquel lugar suprimía el volumen de su voz — "¡Oh, hola Jisung! Estamos en casa de Seungmin viendo películas, Jiseok se queda a dormir", ¿¡no crees que era mejor opción!? ¡Ahora estamos siendo sospechosos!

— Oh, vamos, Jiseok desaparece todo el tiempo, Jisung no estará sorprendido.

Suspirando, Seungmin simplemente se rindió.