Khum Sam es una madre extraña, eso fue lo que pensé mientras escuchaba las torpes palabras de Mind tras salir del consultorio de su pediatra. La pequeña estaba muy bien de salud, así como los dos bebés creciendo en mi vientre. Todavía me resultaba insólito que la niña llamara Boss a Khum Sam y que ella lo aprobara totalmente. Los cuidados de mi honorable esposa eran excesivos, especialmente, ya que los omegas no damos a luz en nueve meses, sino en cinco. Era bastante más rápido que el de una mujer beta. La habitación de las gemelas estaba preparada, era bastante amplia para sus respectivas cunas, Mind parecía entusiasta al ser la hermana mayor. Mi tesoro de casi cuatro años todavía hablaba con dificultad después de estar muda un año, sus cicatrices emocionales desaparecerían gracias a su corta edad, por lo que tratamos de sanarla con todo el amor que le teníamos. Yha me reemplazaba en el trabajo hasta que terminara mi maternidad, Yuki ya tenía su primer bebé, un chico alfa muy vigoroso, ya que lloraba constantemente. Mind se soltó de nuestras manos y corrió cuando vio a varios niños de su edad mirando una oruga sobre una flor con interés. Me alegraba que Mind estuviera dejando la timidez para ser más sociable, creo que trata de imitar a Khum Sam. Hablando de mi mujer, ella observaba a los niños con esa extraña mirada de estar pensando en algo tan serio que cambiaría el curso de la humanidad como la conocemos, o lo que es lo mismo, alguna tontería que seguramente me acabará alterando.
— ¿Ocurre algo? —Pregunté al sujetar la mano de Khum Sam, sintiendo mi estómago lleno de mariposas. Esperaba siempre sentirme así a su lado, aunque sé que es mucho pedir. A lo mejor llegué el momento en el que mi corazón no sienta ese aleteo, pero al menos me sentiré tranquila y reconfortada a su lado.
—Ahora es que me doy cuenta de lo rápido que se forma un bebé.
—Rápido para los omegas, las mujeres beta tienen que soportar más tiempo.
—Cierto… Me siento mal de no haber podido estar cuando ibas a tener a Mind.
—Estás conmigo ahora, mi amor.
—Me gusta cuidarte ahora, no es justo lo que hizo la abuela.
Khum Sam me acercó y acurruqué mi cabeza sobre su hombro, su mejilla en mi frente. La miré detenidamente y ella lucía realmente afectada. Ella supo de nuestra hija por accidente, estuve sola mientras crecía en mí, deseando tener a mi pareja como ahora. Khum Sam, quien me cuidaba con devoción y cariño, entusiasmada como un infante al saber que la vida que creamos juntas está en mí interior. Sonreí, porque ella siempre me buscó, me protegió y nunca se dio por vencida conmigo. No hay amor más grande que el que me demostró ese año sin mí, para luchar por recuperarme al reencontrarnos.
—Te amo. —Dije para luego besar su mejilla.
—Tengo miedo, Mon, no quiero perderte de nuevo, y parece que siempre lo hago… Por culpa de la abuela, Nita o Kirk… No soportaría que pasara de nuevo. Fue demasiado doloroso sentirme sola.
—No estás sola… Me tienes, y a Mind, también a las pequeñas en mi interior… Igual que a nuestras amigas y a mis padres que te adoran.
—No es lo mismo… No eres tú.
—Lo sé… pero no voy a tener más hijas que estás dos. —Advertí y ella sonrió como un gato que se comió a la querida ave de la familia. —Lo sabía.
—Fui descubierta… Mind está creciendo bien.
—Lo está… Se parece mucho a ti.
—Cierto… Ella un día será exactamente como yo. —Habló con orgullo y me preocupé, especialmente de la pobre alma que se llegara a casar con nuestra hija. Si una Khum Sam era problemático, no quería pensar en dos.
¿Quieren saber cómo es mi experiencia con una Mind en crecimiento? Bueno, mis gemelas se llamaron Fire e Ice, y para los que no sepan mucho sobre Tailandia, todos teníamos que tener un apodo para los nombres complicados, pero únicos que llevábamos. En esta ocasión a Khum Sam le pareció apropiado usar los términos de Fire (Fuego) e Ice (Hielo) para nuestras gemelas. Las tres eran omegas, pero Mind perfectamente podría pasar por una alfa, especialmente al verla golpeando a otro niño en el parque. Corrí hasta mi hija de siete años, tratando de quitársela de encima al pobre. Ese carácter busca pleitos no era propio de Khum Sam, era totalmente de Mind, que en su adolescencia no era mucho mejor, pues siempre aparecía llena de raspones y moretones. A sus diecisiete había entrado furiosa a casa y se había encerrado en su cuarto.
— ¿Y ahora qué le pasa? —Pregunté mientras veía a Ice y Fire entrar tras su hermana mayor. Las chicas de catorce años suspiraron y se sentaron en el sofá, ambas de carácter más tranquilo.
—Un chico la insultó y se puso abusivo con ella, por lo que le saltó encima y comenzó a golpearlo. Fue un gran alboroto y fue reprendida. —Explicó Ice.
—Iré a hablar con ella, ustedes vayan a cambiarse para la comida.
Cuando entré en la habitación de mi hija mayor, Mind estaba llorando mientras golpeaba su almohada con fuerza. Cuando veía la habitación de Mind era evidente cuanto admiraba a Khum Sam, especialmente en la forma de vestir, en cambio, Fire e Ice eran de las que les gustaban los colores más claros. Me senté en su cama y coloqué mi mano en su cabeza, ella se giró y colocó su rostro en mis muslos para segur llorando.
—Dime que fue lo que pasó.
—No quiero… es vergonzoso.
—Déjame adivinar… ¿El celo? —Pregunté y ella negó con la cabeza. — ¿Se metieron contigo por ser omega? —Volvió a negar. — ¿Es por tu familia?
—Un idiota me robó el móvil y vio las fotos que tenía allí.
—Por favor dime que no tienes nada allí que sea…
—No tengo porno, mamá. —Dijo disgustada sentándose en la cama y suspiré de alivio. —Allí están… las fotos de alguien que me gusta… Se metieron conmigo al ver quien era.
—Ese no es motivo para insultarte.
—Ah, ¿no?
Mind me mostró una de las fotos en su móvil y me paralicé, especialmente al ver quién era. Risa era la vicepresidenta y socia de Kum Sam, de hecho, su familia siempre lo había sido, por lo que Mind siempre había tenido trato con ella, especialmente al ir a visitar a su otra madre al hotel. Risa era una alfa de veintinueve años. Mi Chamcham no estará feliz cuando lo descubra.
— ¿Hay algún acercamiento de Risa?
—No, ella no me ve de la misma forma.
—Muy bien… —Suspiré. —Khum Sam no matará a Risa, entonces. Ella es muy grande para ti, Mind.
—No es justo, hay personas que tienen más diferencia de edad y todavía salen, incluso se casan. ¡No sería genial que a ella yo le guste! —Habló tan entusiasmada que me preocupé todavía más. No quería que acabara con un corazón roto. —Yo heredaré los hoteles, Fire e Ice heredarán Diversity. Seríamos socias y cuidaríamos de la empresa de Boss… Yo creo que podría gustarle. ¿Verdad?
—Eres una niña muy linda, Mind, pero…
—Por favor… No me digas que no tengo oportunidad.
Sus ojos estaban llenos de ilusión, como el de alguien no únicamente rebosante de amor, sino de admiración. Khum Sam es bastante mayor que yo, aunque un poco menos que la diferencia entre Mind y Risa, no obstante, mientras en mi pasado yo no guardaba ninguna esperanza con mi ídolo, Mind si lo tenía, y era muy dulce.
— ¿Cómo es que te sientes con Risa?
—Mi corazón está cálido, como si algo rosa y dulce me rodeara.
—Entonces, ánimo, mi niña. —Dije con una sonrisa mientras acariciaba su cabeza. —Pero no culpes a Risa si no siente lo mismo que tú. ¿De acuerdo?
—No lo haré… Ella es muy buena, yo solamente quiero tratar.
—Muy bien.
En la noche no podía dormir pensando en Mind, era mi pequeño tesoro y por la cual me sentía responsable, especialmente por lo que tuvo que pasar en el pasado desde su nacimiento. Khum Sam dormía a mi lado, lo cual era reconfortante. Nuestra relación tenía poco más de dieciocho años, especialmente desde que nos reencontramos en Diversity dónde fui su empleada. Nuestras hijas la seguían llamando Boss, mientras yo era mamá. De repente Khum Sam se giró, quedando con la mitad de su cuerpo sobre mí, mientras su mano buscaba en mis muslos entrar bajo la bata. Gemí cuando su boca tomar la mía y la aparté ligeramente.
—Sam, no lo hagas… Las niñas.
—La habitación de ellas está lejos de la nuestra y no se enterarán si estás calladita. —Murmuró, su mano muy cerca de mi intimidad. Yo realmente no estaba de ganas, mucho menos con Mind en mi cabeza. Aunque ella tuviera mucho carácter, seguía siendo una omega. Era agotador tener que vigilar el celo de tres hijas, especialmente el de la mayor.
—A Mind le gusta alguien. —Dije y de inmediato Khum Sam sacó la mano de debajo de mi bata. Ciertamente eso había arruinado el momento para ella.
—Ella es demasiado joven.
—Eso no importa… Hoy me ha confesado que tiene sentimientos por alguien.
— ¿Es de su escuela? ¡Voy a castrarlo si la toca!
—No le ha dicho nada a quien le gusta, hasta ahora es unilateral.
—Mon, dime quién es.
—Tengo miedo de hacerlo.
—Mon... —Alargó la voz, completamente disgustada. Mind era su bebé, por lo antes mencionado. Estoy segura de que mataría a quien se le acercara. Tener hojas adolescentes era difícil.
—Ella ama a Risa.
—Voy a cortar la cabeza de Risa y enviarla a Japón.
—Risa no ha hecho nada malo, Mind es la que se enamoró de ella.
—Extraño cuando era una niña… la que quería pelearse con otros, totalmente alejada de lo sentimental, todavía más lejos de lo sexual.
—Y tú querías tener más… y todavía nos quedan Ice y Fire.
—No me recuerdes eso… ¿Segura que Risa no ha hecho nada?
—De momento es completamente unilateral… El problema será si Risa acepta o rechaza a Mind. Si la rechaza, Mind sufrirá, y es muy probable que lo haga, en primera por la edad, la segunda por la lealtad que te tiene. Risa es una mujer muy correcta, Sam.
—Lo sé… es que… No quiero que sufra más de lo que lo ha hecho…
—Lo entiendo… Ambas queremos protegerla.
—No haré nada… Todo dependerá de Risa. ¿Verdad? Apoyaremos a nuestras hijas pase lo que pase.
—Eres una buena madre Lady Boss.
—Ahora… Dejando ese tema de lado…
Khum Sam volvió a subirse sobre mí, besándome con vehemencia, su mano regresando balo el cobertor y mi bata de seda rosa. Sus labios pasaron a mi cuello mientras su mano tocaba mi clítoris y lo estimulaba. Abrí ligeramente más mis piernas para que tuviera más espacio. Levanté mis caderas al contacto, sintiendo mi vientre apretarse. Khum Sam levantó la bata sobre mis pechos y me observó con lujuria. Ella siempre conseguía hacerme sentir hermosa.
—Mon, incluso si no es con Risa, quiero que Mind, o cualquiera de nuestras hijas, sean tan felices como lo soy contigo.
—También lo deseo, cariño.
—Te amo, mi Monmon… igual que antes, de la misma forma de siempre.
—Yo también. —To qué con mi dedo la punta de su nariz. —Mi Chamcham.
—Trata de no hacer mucho ruido. ¿Bien?
Así era nuestra vida, no tan llena de emoción como antes, mi corazón ya no vibraba desesperadamente como lo hacía en el pasado, simplemente me sentía sosegada, cómoda y feliz. No tenía que preocuparme por otra cosa que mi trabajo y mi familia. En estos casi diecinueve años juntas, desde que nos enamoramos, Khum Sam ha estado en mis momentos buenos y malos. Cuando Singha murió, fue ella quien me abrazó hasta que mis lágrimas dejaran de salir, o en mi tristeza por despedirme de Cher que se mudó a Japón, ya que no tendría cerca a una persona que me ayudó tanto cuando lo necesitaba, sin pedir nada a cambio. Ya sea en la salud o en la enfermedad, estamos con la otra. Podemos enojarnos, pero tratamos de reconciliarnos, sin importar quién se hubiera equivocado, después de todo, éramos una familia. El futuro sigue siendo rosa, uno claro y reconfortante, sin tener miedo a lo que fuera a pasarnos, o si hay quien intentara separarnos nuevamente. Quiero envejecer con ella, tenerla a mi lado hasta que deje de respirar. Khum Sam me alegra haberte conocido.
Fin
Comentario de la autora:
Han pasado muchas cosas en mi vida, así que escribir será algo que haga dependiendo de mi tiempo y mi estado anímico.
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Fanfic GAP THE SERIES: Mordida de posesión 2
FanfictionMon y Sam vivían felizmente, especialmente tras regresar de su luna de miel, hasta que un accidente terminó con la vida de la más joven poco tiempo después, es así cuando Sam se encierra en sí misma, su vida sin ser la misma, el apoyo de una persona...