CASITA FAMILIAR

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Después de hacer las compras mínimas para el bebé, Dazai tuvo la idea de ir a cotizar una pequeña y económica casa dónde podrían refugiarse con su hijo una vez naciera.

— Oye, es vergonzoso ir con todas estas bolsas por la calle. ¿Qué pasaría si nos encontramos con algunos compañeros de clase?

Dijo Chūya, cargando un par de bolsas y su mochila en la espalda.

— No tenemos porqué darles explicaciones, Chūya. Además, no se ve nada en las bolsas a menos que intenten abrirlas y eso no harían ellos.

Chūya se quedó en silencio durante un minuto, procesando su presente. Aún no podía asimilar bien que tendría un bebé y que su mejor amigo sería el padre de ese niño. Por alguna razón, le aliviaba saber que Dazai sería el padre de su hijo, un padre que desde que se enteró de la noticia, mostraba ser amoroso y atento.

Chūya sonreía.

— Tienes rato sonriendo, Chūya. Finalmente llegamos a las casitas a crédito. Si vamos a tener un bebé, deberíamos vivir juntos para cuidarlo.

— Pero somos amigos. Sería raro vivir juntos.

— No. Hay chicos estudiantes que viven juntos por cuestiones de renta de departamentos, y son de afuera de la ciudad.

Miraban las casitas económicas, bastante reconfortantes. Eran tradicionales japonesas, no muy grandes, pero con el espacio suficiente para una pequeña familia de tres.

Señor, ¿estas son las más económicas que tiene?

Preguntó Osamu. Chūya sólo observaba maravillado esa hermosa casa que estaba frente a ellos. Quería entrar a verla pronto.

— No. Las más económicas son aquellas de allá—. Señaló a unas casas no tradicionales y más pequeñas. — Estas con las de costo medio. Muy recomendadas por nuestros clientes.

— Hmm, ¿Te gusta esta, Chūya?

Chūya no respondió nada, pero podían percibirse brillos en sus orbes azules.

— ¿Podría mostrarnos esta? A mi amigo y a mí nos gustaría vivir en esta hermosa casa.

Por supuesto, por favor, entren.

Una hora más tarde, todo estaba decidido. Dazai consiguió un crédito para adquirir la casa tradicional que había fascinado a los dos. Ahora estaban en el interior, disfrutando su corta estancia antes de volver a sus respectivos hogares.

— ¡Es tan espaciosa y cómoda, Dazai! Lo mejor es que tiene muebles, y dos habitaciones. Una será para el bebé, y la otra para... Espera un momento, ¿Se supone que dormiremos juntos?

Dazai se sonrojó con la pregunta, riendo después.

— No lo sé. Puede dormir uno con el bebé y el otro en la habitación que queda sola. ¿O quieres dormir conmigo?

Ahora Chūya era el sonrojado.

— E-Eso... Pues... Mientras no intentes nada raro, no me molesta dormir contigo.

Dazai fue hacia una ventana a contemplar el hermoso paisaje exterior.

— ¡Es una vista maravillosa! ¡Ven a ver, Chūya!

Había flores, árboles, arbustos de todos los colores, y un lago que pasaba por ahí, con peces Koi y flora y fauna variada.

— ¡Es mejor que mi casa, Dazai! ¡Es hermoso!

Emocionado, fue y abrazó a su amigo rodeando su cuello con sus brazos hasta que reaccionó.

— P-Perdón, no es lo que crees...

— ¿Y qué es lo que creo?

Al ver que Chūya retrocedía avergonzado, Dazai lo siguió y recargó una de las paredes, sujetando su mentón y aproximándose a su rostro.

El corazón de ambos latía acelerado por su cercanía.

— T-Te lo advertí, no intentes nada raro...

— Sé que somos amigos Chūya, pero no me gustaría que otro Alfa te marque y te obligue a hacerlo con él, cuando puede hacerle daño a mi hijo con eso.

— ¿Q-Qué quieres decir?

— ¿Te gustaría ser mi Omega Predestinado y ser el que deje su marca en tí? Aunque seamos amigos.

UNA AVENTURA ENTRE AMIGOS [SKK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora