¿SÓLO AMIGOS?

221 44 12
                                    

NOTA: UN POCO DE CONTENIDO+18.

Después de un par de horas atendiendo la fiebre de Fumiya, Dazai se quedó dormido a al lado, con el pañuelo húmedo en una de sus manos. Fue vencido por el sueño, que ni siquiera alcanzó a recostarse en su cama.

Padre e hijo dormían con tranquilidad, sin darse cuenta de la fuerte tormenta en el exterior.

♡♡♡

A la mañana siguiente, el día era lluvioso y el pronóstico no parecía favorable para salir. Osamu recibió un mensaje de cancelación de su examen y de las clases en la Universidad. Debían proteger a los ciudadanos del fenómeno meteorológico que estaba aconteciendo.

El castaño menor seguía durmiendo, abrazando su perro de peluche y envuelto muy bien en su cobertor.

Dazai preparó el desayuno e iba a servirlo en platos cuando alguien llamó en la entrada. Se asomó antes de abrir y era...

Chūya... Entra. ¿Sucedió algo? ¿Por qué vendrías hasta aquí con este clima tan horrible? Podrías tener un accidente.

El pelirrojo no respondió nada, simplemente se aproximó a él para abrazarlo, mojando un poco su ropa por lo empapado que venía de la lluvia. Dazai estaba confundido, pero aún así correspondió.

¿Chūya?

Es mi celo, Dazai... Te necesito. Es doloroso contenerse tanto.

Murmuró cerca de su oído, luego de hacer que el castaño se agachara un poco mientras lo abrazaba.

Dazai agachó un poco la mirada con seriedad, separándose del abrazo.

No eres el único al que le duele, Chūya. Los Alfas también sentimos dolor si no atendemos esa necesidad. Vayamos a mi habitación, Fumiya sigue durmiendo en la suya.

El corazon de ambos se aceleró; el pelirrojo era guiado por la mano de Dazai, quien pronto lo hizo llegar hasta la cama.

Luego de cerrar bien la puerta, se desvestían rápidamente para tener tan siquiera un pequeño encuentro, pues nunca se sabía cuándo Fumiya iba a despertar y comenzar a buscar a su padre por toda la casa.

Tan pronto como pudieron, el cuerpo de Chūya empezó a recibir lamidas, caricias y besos que respondía con sonidos de placer. Sin darse cuenta, sus piernas se separaban por sí solas para dar entrada a su Alfa.

Creo que ya estás listo. Voy a entrar, Chūya.

Chūya soltó un gemido, conforme Dazai se movía de lento a rápido, soltaba más acompañados de jadeos.

Pasaron una mañana agradable, entregándose una vez más, y más por el clima lluvioso. Desayunaban en compañía del otro, y en medio de la mesa, había una charola con exquisitos panes que Chūya había llevado para compartir.

La luz por la ventana era cada vez más tenue, por lo que tuvieron que encender la luz de la cocina.

Se está nublado más, Chūya, y la tormenta está empeorando. Veo árboles moverse allá afuera.

Comentó Dazai, después de un silencio incómodo de varios minutos al comer.

Sí... Oye, lo de hace un rato, yo... Creo que me precipité, fui muy atrevido. Sé que eres el Alfa que me dió su marca, y agradezco enormemente todo lo que has hecho por mí y por Isamu pero, sólo te busco cuando mi celo llega.

—¿Y eso que tiene de malo? Creo que nosotros dos no podemos seguir siendo más amigos.

Sujetó una de las manos del pelirrojo y la besó, provocando rubor en las mejillas del contrario.

—Seamos oficialmente novios, Chūya. Por Fumi, no te preocupes, no voy a descuidarlo.

Hablé con mi papá.

Interrumpió el de sombrero un poco nervioso.

—Le dije que intentaría estar contigo, como tu Omega y el padre maternal de Isamu. Son mi familia y me esforzaré para hacerlos felices a los dos. Aunque... está bien si aún no le decimos la verdad. Tú sabes, si no funciona no podría...

—Acepto. Ven a vivir con tus cosas cuando quieras, mantendremos el secreto.

En ese momento, un ruidoso niño entró a la cocina con un carro de construcción de juguete. Sus ojitos azules brillaron al ver al amigo de su papá.

—¡Papi! ¡Chūya-san! ¿Viniste a desayunar con nosotros?

Dejó su juguete de lado para acercarse a la mesa y a Chūya, sin percatarse de que Dazai había tocado su frente de manera rápida por la fiebre de la noche anterior.

—¿Eh? Sí...

—¡Que bueno!

—Al parecer la fiebre sí se te quitó después de media noche, Fumi.

—Ya no me duele la cabeza, papi. Gracias por cuidarme.

El castaño mayor sonrió y se puso a la altura del menor, abrazándolo con cariño. Chūya veía la escena con ternura.

Fumi estuvo enfermito anoche, Chūya. Además le tenía miedo a los truenos y relámpagos.

Todo se quedó en silencio durante pocos segundos, hasta que Chūya, también en altura de Fumiya, lo sujetó de ambos hombros y le sonrió.

—Pequeño Isamu. Hay algo que tienes que saber.

Chūya, ¿estás seguro de lo que harás?

—Tu papá y yo somos novios ahora. Viviré aquí con ustedes y podré estar contigo durante el día.

—¿Serás como mi mamá?

Sus ojitos se iluminaron con ilusión.

—Claro que sí. Tenemos los ojos iguales ¿no crees?

Fumiya rió mientras asentía con la cabeza.

—Chūya, te olvidas de la Universidad.

—La Universidad en línea es una opción.

Dazai suspiró con cansancio.

—¡Papi, ya tengo mamá! ¡Chūya-san es mi mamá!

04-08-2024

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 05 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

UNA AVENTURA ENTRE AMIGOS [SKK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora