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Sus ojos se abrieron lentamente con gran pesadez: Se encontraba tirado en piso de cemento sucio. Se sentía de la mierda, todo su cuerpo dolía, desde las uñas de sus pies hasta su cabello. Hace escasas horas había terminado su lucha en contra de Obito y Pain... había quedado hecho mierda a nivel de su cuerpo. Había estado luchando limitado, limitado por su miedo y cuerpo. No quería dar todo de si porqué sino desde que iniciaba la lucha estaría vomitando sangre como idiota.

Suspiro con pesadez mientras se sentaba y movía su cuello para intentar aliviarlo: Observo todo el lugar y lo reconoció... no recordaba llegar ahí pero realmente no le importana. Con dificultad se puso de pie y de inmediato observo el escudo del clan Uchiha implantando en una gran pared.... un templo de los Uchihas de las épocas de guerra de hace cientos de años.

Sacudió su cabeza y lentamente saco una pastilla de soldado y de inmediato se la tomo sintiendo como sus fuerzas se reponían un poco. Soltó un leve gemido y dio un rápido repaso a todo lo que había sucedido en estos días y sobre todo el hecho de que estaba por morir. Si, sentía que su día final estaba por llegar. Que divertido... siquiera lo más fuertes se salvaban de ese camino... el camino de la muerte, inevitable.

Ahora debía apresurar sus planes, tenía que dar pasos rápido y largos para que todo saliera como él quería una vez muriese: Lo siguiente que hizo fue desaparecer en un destello amarillo directo a su casa, cuando volvió aparecer en su terreno le echó una leve ojeada al pequeño cementerio que tenía detrás de su casa... ahora no solo había una lapida, no, ahora eran dos.... apenas su Sensei cerró sus ojos fue trasladado allí con un clon y enterrado con respeto a la memoria de un Gran Shinobi.

Volvió a sacudir su cabeza y entró a su casa, camino hasta que llego a un puerta de roble oscura y la abrió y observo unas escaleras que iban hasta lo más abajo de su casa. Lentamente bajo las escaleras hasta que llegó aun tipo de laboratorio con libros, hojas y rollos regados por todas partes.

Era hora hacer un movimiento y lo que tenía en mente ahora era dividirse... si, dividirse. Lentamente comenzó a desnudarse por completo y tras unos largos segundos lo completó. Se acerco a una ducha descontaminadora que tenía en el lugar y se echó agua por encima, cuando termino salió y se paró en medio del lugar.

Lentamente alzó sus manos y en sus palmas aparecieron las marcas Ying y Yan: Con cuidado las choco entre si y de inmediato sintió como su cerebro obtenía un viaje astral. Sus ojos se pusieron en blanco cuando gran información que no entendía llegaba a su cerebro. El conocimiento absoluto de cada cosa que existía comenzaba arder en él, pero esto no era lo que buscaba.

Aun en ese estado se encontró así mismo en un lugar totalmente oscuro y al final de su vista había una tenue luz blanca que intentaba ser oscurecida por lo que parecía una pequeña llama negra. Se acerco con prisa y las observo

"El Yin y el Yang"- Dijo mientras que acercaba sus dos manos y acariciaba las dos llamas de diferente color. Las dos estaban fusionada entre si y ardían mutuamente pero aun así se intentaban apagar la una a la otra pero sin lograrlo.

FLUSH

Dio un tiron hacía los lados y separó las llamas, de inmediato sintió como todo su cuerpo dolía como el infierno y volvía al mundo real. Apreto sus dientes con fuerza cuando un gran dolor en su pecho sobresalía más que lo demás, no grito, no se quejo, simplemente cayó sobre sus dos rodillas y posiciono sus brazos en el suelo y se mantuvo allí esperando a que el dolor terminase.

Tras unos 10 largos minutos los sintomas de dolor comenzaron abandonar su cuerpo, con un gran suspiro alzo su rostro y observo a su derecha y sonrió cuando vio una copia exactamente igual a él que también lo veía.

Lentamente los dos se pusieron de pie y se observaron bien. Uno tenía la piel levemente más oscuro que el otro pero seguía siendo blanco.

El Naruto con la piel un poco más oscura alzo su mano y palpó el parpado cerrado del otro Naruto. Con cuidado lo alzó y notó la falta del Sharingan.

Asesina Para vivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora