Parte XI

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Nada de Crepúsculo me pertenece, la historia es de Sthepenie Meyer y yo solo lo utilizo con fines de entretenimiento.

Summary: Estaba segura de tres cosas: Primero, no era un personaje de esta novela; segundo, posiblemente termine loca de remate y tercero, estaba perdida en crepúsculo.

Advertencia: todos los personajes pertenecen a Meyer, excepto Hannah James, Danielle James y Charles.

Advertencia 2: algunas frases originales del libro aparecerán en la historia.

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Sentarme con los demás en la cafetería, había ido como si me hubieran amarrado al asiento, no participaba de los comentarios y planes que estaban forjando para ir hacia la Push, solo Ángela hablaba conmigo comentando las ganas que tenia de vernos todos juntos, intuía lo que ella pretendía, que nos olvidáramos lo del día anterior, tomémonos un tinto y seamos amigos.

Pero tanto Mike como yo, no estábamos dispuestos a olvidar las afrentas así tan fácil y tampoco parecía muy contento de que me hubieran incluido al paseo, sino fuera por que Bella amenazo con no ir a la Push sino me incluían, de seguro Mike tendría un aspecto mucho mejor.

Así que aquí me encontraba, con los brazos cruzados y con un gesto serio, observando como trataban de armar espacio en la mini furgoneta, las chicas en las que no incluía a Bella y Ángela me observaban con un deseo de arrancarme los ojos, en especial Lauren que me advertía claramente no acercarme ni un centímetro a Tyler.

Jessica no parecía muy contenta cuando Mike se ofreció para llevar a Bella, pero la cantidad de gente que había asistido, obligo que Tyler también se ofreciera a llevarme para que no me sintiera incomoda, estuve tentada a negarme, pero después de pensarlo acepte sugiriendo que Bella fuera con nosotros para alegría de Jessica y la mortificación de Tyler.

Entre La Push y Forks había menos de veinticinco kilómetros de densos y vistosos bosques verdes que bordeaban la carretera. Debajo de los mismos serpenteaba el caudaloso río Quillayute, o al menos eso era lo que recordaba del libro, viajar junto a la ventanilla me hizo bien, podía girarme para observar los paisajes e ignorar que Tyler pretendía cogerme la mano cuando realizaba los cambios.

Prácticamente abrí mi boca al observar el imponente paisaje y muchos más planes vinieron a mi cabeza cuando visitara a Jacob, era una playa en forma de medialuna como las mordidas que dejaban los vampiros, sus aguas eran grises oscuras, tenia piedras de muchos tamaños y formas, cuando volviera al mundo real le diría a Charles que viniéramos a este pequeño paraíso.

Pronto nos detuvimos detrás del auto de Mike y los chicos empezaron a organizar un sitio cómodo para todos, algunos comenzaron a recoger leña, mientras yo buscaba ansiosa un atisbo de Jacob caminado perezosamente por la playa.

— ¿Has visto alguna vez una fogata de madera varada en la playa? —preguntó Mike a una Bella despistada.

Bella se acomodo en un banco de color blanquecino. En el otro extremo se congregaban las demás chicas, que chismorreaban animadamente. Mike se arrodilló junto a la hoguera y encendió una rama pequeña con un mechero.

—No —contesto Bella mientras él lanzaba con precaución la rama en las llamas.

—Entonces, te va a gustar... Observa los colores —señalo algo ansioso.

Prendió otra ramita y la depositó junto a la primera. Las llamas comenzaron a lamer con rapidez.

— ¡Es azul! —exclamo Bella sorprendida.

Perdida en CrepúsculoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora