[...]
— Usa, tienes que cuidar muy bien de Perú.
— cuido bien de él, Suiza ¿por qué lo preguntas?
— pregunto porque es un omega encantador y ha sido bastante complicado tratar con sus pensamientos.
—...
— eres de las únicas cosas buenas en su vida, Usa. — confesó sin mirarlo. — Tu y yo sabemos que para ti es lo mismo.
— no tengo porque negarlo.
— después de tantas sesiones juntos, ya no puedes mentirme, aunque...— pensó por algunos segundos. — él todavía lo hace, no diré nada respecto a eso, pero respeta sus decisiones, ¿bien?
— siempre lo hago.
— me alegra mucho, eso es todo por hoy, Usa.
[...]
Los días pasaban y podía ver como Perú acomodaba un nido dentro de su habitación.
Desde que su omega había tenido su última sesión con Suiza, hace aproximadamente un mes y medio, tenía más confianza en Usa, cosa que significó un gran paso para ambos, pues al día de hoy, Perú llevaba dos semanas de embarazo.
Al parecer, tener cerca a Usa había despertado a su omega y con ello su fertilidad. Perú estaba convencido de entregarse por completo al alfa, y el estrellado no podría haber sido más feliz, aunque en primera instancia expresó confusión y desconfianza sobre la decisión del peruano, pero recordó lo que había dicho Suiza.
— cariño, ¿no crees que ya es suficiente ropa?. — preguntó recostado en el marco de la puerta.
— no quiero derrumbar mi nido.
— no estoy diciendo eso, pero no tendré con que ir al trabajo. — rió ante la expresión del más bajo.
— uh... eh, yo...— se levantó del sitio. —... dejaré, dejaré tres camisas...
— y ¿pantalones?.
— pantalones... — miró alrededor. — quizás deba ordenar todo...
— no, iré de compras hoy. — se acercó al omega desordenando su cabellera. — estaría bien si dejas un poco de tus feromonas en mis tres camisas, me relaja tener tu olor en el trabajo.
—...
—...
— sí... yo haré eso...
— ¿pasa algo?.
— Usa, ¿estás seguro de continuar?
— Perú, ¿por qué sigues haciendo preguntas como estás?...
— me siento muy afortunado y no se si pueda darte la misma felicidad.
Usa abrazó fuerte a Perú, y dejo que el bicolor llorará en su pecho.
La felicidad que tanto quería alcanzar estaba entre sus brazos, sin embargo las inseguridades del peruano seguían presentes.
—-

ESTÁS LEYENDO
Un alfa | Usper
RandomOdiaba ser alfa, lo detestaba con todo su ser. Sin embargo era uno. Y aparentemente, para Perú también lo era, y si ser alfa significaba vivir junto a Perú, entonces se aferraría a esa identidad. / Segunda parte de "Un Omega" /