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No podría haber imaginado ser tan feliz con Perú a su lado.

La habitación que había apartado para el omega ya estaba siendo ocupada por el mismo chico de los ojos bonitos, eso lo enternecía; sin embargo, aún estaba bastante ansioso sobre cómo es que se sentía Perú sobre vivir con él.

El omega solo hacia los quehaceres del hogar y se turnaban sus momentos en la cocina. Probar la comida del peruano era una nueva sensación, sensación que Usa no conocía hasta entonces.

No conocía esa parte culinaria de Perú, pero ¿cómo podría conocerla? Si solo compartían dos o tres palabras al día.

Su presencia era lo bastante silenciosa, cómo para sorprender a Usa cuando aparecía detrás de él.

— ¡ugh! — se sobresaltó.

— disculpa...

— n-no, no, está bien...

—...

—...

Usa sonrió nervioso por última vez antes de continuar su ida a la cocina, sin embargo cuando se dispuso a caminar escucho la voz del bicolor.

— yo también...

— ¿tu también?... ¿Perú?... — volteó a verlo confundido.

— yo también quiero seguir a tu lado... — confesó nervioso mirando hacía el suelo.

—... ¿de verdad?...— preguntó con una sonrisa de oreja a oreja antes de acercarse con intención de envolverlo en un abrazo.

Esa acción hizo que el omega cerrará los ojos por algunos segundos y reprimiera sus brazos en ambos lados, realmente no estaba acostumbrado a ningún tipo de afecto.

— es muy pronto, ¿verdad?...

Perú sonrió avergonzado al darse cuenta que el estrellado había parado, Usa estaba lo bastante feliz pero ya no haría o diría nada apresurado.

A decir verdad, una de las muchas razones por las cuales no había mucha comunicación es porque tontamente Usa confesó lo que sentía, y se sintió tan mal que se había convencido así mismo de que tal hecho no existió.

Sin embargo, ¿a quién podría mentirle? Sí cuando Perú aceptó, recordó el nudo en su garganta disolviéndose en cada palabra.

—... espero ser suficiente, Usa...

— eres más que eso, Perú, gracias.

Tenía tantas ganas de llorar al ser tomado de la mano por el bicolor, era tan feliz, si esto no era lo más parecido al amor, absolutamente nadie sabía el concepto de aquello.

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Un alfa | UsperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora