Un almuerzo con cariño

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Capítulo siete

—Hipólito, no es necesario el postre especial para el menú de hoy —dijo Ulises entrando en la cocina.

—Ya lo tenía en el refrigerador —dijo este mientras se daba vuelta para mirar a su amigo.

—Lo siento —dijo Ulises que ya estaba de mal humor.

—No te preocupes. No me costó mucho hacerlo. ¿Por qué no viene? M–preguntó el chef a Ulises.

—Es por trabajo. Tiene una reunión que no puede cambiar —dijo Ulises suspirando.

—¿Y si le mandamos la comida? —preguntó Hipólito para ayudar a su amigo—. Así ella y tu bebé se podrán nutrir con algo delicioso.

—¿Podemos hacer eso? —preguntó Ulises cambiando la cara.

—Claro, mi hermana menor hace cafetería —dijo este y buscó su teléfono—. La llamaré y le pediré que le lleve todo a tu ex. Te aseguro que quedará complacida.

—Gracias, eres un gran amigo —dijo Ulises y lo abrazó.

A la oficina de Nadia entró su asistente Analía con un pedido.

—Señora. Aquí está su orden —dijo esta y la apoyó sobre el escritorio.

—¿Mi qué? —preguntó Nadia confundida.

—¿Usted no pidió comida del restorán de su amigo? —preguntó a Nadia confundida.

—Yo no...–dijo Nadia mientras buscaba su teléfono para llamar a Ulises mientras su asistente lo sacaba del escritorio—. Espera, no te lo lleves.

Su asistente abrió el paquete y ella pudo ver lo bello y delicioso que parecía todo.

—Es increíble —dijo Nadia aun con el teléfono en la mano.

—Sí, y es mucho —dijo su asistente sonriendo.

—Trae cubiertos y siéntate a almorzar conmigo —dijo Nadia a su asistente mientras esperaba que Ulises respondiera—. Hola.

—Hola —dijo él al otro lado de la línea.

—¿Tú me enviaste la comida? —preguntó Nadia, aún sorprendida.

—Sí. Pensaba sorprenderte cuando vinieras, pero como no pudiste por tu reunión creí que sería una pena desperdiciar esos platillos —dijo él, feliz de que ella lo llamara.

—Muchas gracias. Esto en verdad es increíble —dijo ella con alegría y aún sorprendida por el gesto de Ulises— Es mucha comida.

—Supongo que el chef se entusiasmó. Espero que lo disfrutes —dijo Ulises orgulloso de sí mismo por poder haber sacado una sonrisa en Nadia.

—En verdad, gracias —dijo ella con una gran sonrisa en sus labios—. ¿Ulises?

—Sí, dime —dijo él.

—¿Te gustaría que esta noche nos viéramos? —preguntó Nadia al fin.

Ulises no sabía qué decir de la emoción. Claro que quería verla. Pero ¿Cómo actuar natural?

—¿Sigues ahí? —preguntó Nadia muy avergonzada.

—Sí. Sigo aquí. Por supuesto que quiero verte —dijo él al fin.

—Te llamaré cuando termine así no vuelvo a dejarte plantado —dijo ella con mucha ansiedad.

—Está bien —dijo él tratando de sonar tranquilo.

—Adiós —dijo Nadia y después de escuchar la despedida de él colgó.

Analía miraba a Nadia, esta no se había dado cuenta en que momento había regresado.

Una niñera para el CEO 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora