Las verdades de la abuela parte I

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Capítulo Cuarenta y cinco

Mientras tanto, en la mansión, su padre se estaba llevando a Artemisa en el helicóptero familiar. Había arreglado que esta se casara con un antiguo novio que ahora estaba teniendo muy buena racha en los negocios. Se había asociado a una empresa importante en la industria del entretenimiento y había aceptado recibir a Artemisa como su prometida, ya que él seguía enamorado de ella.

En ese momento llegó la policía y trataron de detenerlo. Por lo que Artemisa forcejeó con su padre y cuando el helicóptero ya estaba en el aire ella lo golpeó.

—Maldita niña —dijo al notar que estaba sangrando. Se molestó con ella y la empujó—. Serás una lección para que tus hermanos entiendan que no van a poder conmigo.

Después de decir eso, arrojó a Artemisa desde el helicóptero a la azotea de la mansión, casi tres metros. Ella golpeó con su cabeza el suelo y mucha sangre empezó a salir.

Hermes e Hipólito llegaron cuando la subían a la ambulancia.

—¡No, Misa! —gritó Hipólito al verla.

—¿¡Que fue lo que pasó¡? —Hermes estaba histérico. Su hermanita estaba siendo llevada al hospital.

Cuando llegaron al hospital, Artemisa había sido llevada a terapia intensiva. Después de todo había perdido mucha sangre y tenía un traumatismo severo en la cabeza. Ulises fue apenas recibió el llamado de Hipólito.

—Nuestro padre está completamente loco —dijo Hermes, estaba furioso con lo ocurrido.

—¿Cuándo lo arrestarán? —preguntó Apolo más enojado aún.

En ese momento Dionisio llegó con Ariadna. Ella se encargó de averiguar el estado de Artemisa. Era muy delicado por lo que quedaría en observación.

—¿Ahora qué haremos? —preguntó Hermes a Ulises. Este sentía culpa por lo ocurrido a su hermana. Aun así, no podía dejar de pensar en Nadia.

—Debo encontrar a Nadia y tenemos que hablar con la abuela —dijo Ulises y en ese momento Nadia entró con Ares a la sala del hospital donde sus hermanos estaban.

—Nad —dijo Ulises felizmente sorprendido, aunque al ver a Ares este trató de golpearlo.

—Detente Ulises —dijo ella poniéndose en medio.

—¿De qué estás hablando? Él me reemplazó e incluso se casó contigo fingiendo ser yo, dejó que mi padre y mi abuela me tuvieran encerrado y ahora Artemisa... —Ulises estaba furioso.

—Lo sé, y si está aquí hoy es porque quiere disculparse con todos ustedes —dijo Nadia tratando de ser la voz de la razón.

Aunque deseara hablar con Ulises a solas, besarlo, abrazarlo. No podía hacerlo todavía. No sin antes asegurarse de que él y todos sus hermanos estarían a salvo.

—Tu abuela no es la culpable de todo lo que ocurrió. Tu padre hizo demasiadas cosas malas, pero para que me entiendas todos debemos escuchar esto —dijo Nadia y les mostró un pendrive.

Ulises pidió prestada la sala de reuniones en el hospital. Por lo que él y todos sus hermanos fueron ahí. Ulises aún no entendía el porqué Nadia estaba tan seria. Él esperaba que ella lo abrazara después de tanto tiempo sin verse.

—Nadia, siéntate aquí —dijo Ulises, pero ella se quedó de pie.

—Ella se quedará a mi lado por ahora —dijo Ares, pero Ulises no le permitiría que hiciera eso.

—Basta, Ulises —dijo ella enojada—. Después de que escuches el audio entenderás todo. Ahora solo siéntense.

—Nadia, ¿me llamaste? —preguntó Ángel entrando a la sala de reuniones.

—Sí, por favor toma asiento —dijo Nadia aún sería.

—Bueno, ya que todos estamos aquí, es hora de empezar con la diversión —dijo Ares y colocó el pendrive en un parlante pequeño—. La abuela tenía ganas de hablar un poco y quería que todos estuviéramos presentes. Para quien no me conoce, mi nombre es Ares y soy el gemelo de Ulises.

Después de presentarse ante sus hermanos y Ángel, Ares tomó su móvil y colocó el audio de su abuela.

—Lamento haberlos engañado por tanto tiempo. Es solo que su padre está muy enfermo y aunque lo quise y traté de ayudarlo, todo empeoró con la muerte de su primera esposa. Él tiene una enfermedad en la que frente a ciertas situaciones no controla sus emociones. Y eso lo llevó a hacer cosas horribles —dijo la anciana y se escuchó que tocia—. Todo comenzó con el nacimiento de Ulises y Ares. La familia había tenido dos bendiciones, pero su padre no lo vio así, ya que el esfuerzo de dar a luz a sus dos hijos acabó con toda la energía de su madre. Oculté a Ares para que su padre no lo lastimara, pero sin saberlo él lo encontró. Lo usó como rehén para que yo le siguiera dando dinero y aceptara a casa una de las mujeres con las que se casó después de la madre de Ares y Ulises. Sin que yo supiera, torturó a Ares obligándolo a comportarse como Ulises para que si algún día este lo desafiara poder reemplazarlo.

La mujer volvió a toser y se detuvo un momento. Después de eso siguió hablando, pero ahora su voz parecía denotar que estaba llorando.

—Lo siento tanto. Pensé que podría cuidar de ustedes; sin embargo, no fue así. Ares pagó por mi descuido. Él lo encontró y lo alejó de mí. De mi protección. Pasé muchos años buscándolo, no obstante no lo encontré. No hasta que fue demasiado tarde y ya su padre me tenía en sus manos. Nunca creí que podría asesinar a uno de sus hijos. Aunque me amenazaba con eso, no lo tomé en serio hasta que descubrió que yo ocultaba a otro de sus hijos. Intentó asesinar a Hades, pero en su lugar murió un joven inocente. Nunca me perdonaré por eso.

Hermes detuvo la grabación. No podía entender de qué se trataba todo esto.

—¿Vamos a considerar esto? Seguro Ares también está metido en esto —dijo Hermes furioso.

—Espera Hermes. Por favor, escucha un poco más —dijo Nadia y su amigo se calmó.

—Nad, yo debería irme —dijo Ángel, pero ella lo detuvo.

—Ángel, tú eres Hades —dijo Nadia sorprendiendo a todos—. Tu abuela te estuvo protegiendo del demente de tu padre. Eres el hijo que él supone que asesinó.

Ulises miró a Nadia, ella no jugaría con eso. Lo que estaba diciendo era muy difícil de asimilar, pero a la vez solo era la punta del iceberg.

Autora: Osaku

Una niñera para el CEO 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora